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Mensaje del 10 de Julio de 2006

¿Qué podemos pedir?, cuando la verdad avanza y de tan evidente y tan fuerte y tan clara los lleva por delante.

Mensaje del 10 de Julio de 2006

Habla Artemio:

10 de Julio de 2006.

Dice Jesús:

Decíamos ayer: ¿qué podemos pedir a alguien que se crió en el seno de su madre con todo tipo de privaciones materiales y espirituales? y luego, a veces ni siquiera un trato instintivo, criarse así, desprolijamente, ¿qué podemos pedir?, si aquellos para los cuales solamente sale el sol, que no llega a un diez por ciento, pero sale el sol teniendo en cuenta sus privilegios o más bien diría: acaparan el sol, su luz y su calor, sin tener un poquito de cargo en su conciencia porque todo se resuelve con los debe y haber y los pronósticos y planes y programas de esos sofisticados aparatos llamados computadoras, maravilloso invento del hombre, que pena que se lo ensucie por dentro con tantas cosas indignas.

¿Qué podemos pedir?, cuando la verdad avanza y de tan evidente y tan fuerte y tan clara los lleva por delante, sin embargo formados dentro de un orgullo malsano, de una soberbia repugnante, de un odio sutilmente disimulado por la mayoría. Entonces, vayan y prediquen el Evangelio, imaginen ustedes si este mandato Mío cuajara en algunos o en muchos, porque pobre del que lleva el Evangelio tal cual como lo inspiró el Espíritu Santo, si tiene que escalar posiciones no podrá, si tiene que ocupar puestos importantes no se lo darán, si podría llevar a cabo obras gigantescas se lo ve como un utópico inservible.

Ahora, Yo dije de aquellos que acaparan la luz y el calor del sol, pero no crean que en el resto, en el noventa por ciento del resto hay tantas cosas rescatables, porque parecería que todo está programado, entonces hay una lucha entre sí por hacer prevalecer alguna sofisticada escala de valores que no conviene a nadie porque no sirven para nada, escala que no sirve para nada y que sostienen a rajatabla y que cambian tan rápido como las aves cambian de plumaje o las ramas pierden sus hojas al llegar el frío.

Todo este desorden es visto por algunos y dicho por otros, cuánto hace que Yo estoy aquí diciendo Mi palabra y alguien se pregunta ante cualquier cosa horrible: ¿dónde está el Señor que no hace oír su voz?, ¿dónde está?, es de acuerdo a las intenciones que se tenga una forma de ateísmo. Hombre contra hombre, pueblo contra pueblo, provincia en contra de provincias y por supuesto naciones cuyo principal objetivo es buscar, sacar todos los beneficios posibles en lugar de pensar que todo poder viene de Dios y debe ser utilizado para bien del hombre, pero qué vamos a hablar, qué vamos a hablar de esto; si la palabra del Señor está guardada en baúles de siete llaves, guardada objetivamente y subjetivamente. Cómo han desfigurado la imagen del hombre que fue creado a imagen y semejanza del Señor, cómo han destruido todo, por supuesto como ya lo dije otras veces hay algunos que caminan en la noche para llegar a la cima o pequeños grupos que tienen que vivir casi en forma clandestina para poder sobrevivir y de alguna manera hacer conocer la palabra.

Qué ocurre, cuando Mi palabra llega a tanto desorden o no se la entiende o no se la ve posible o se la quiere ignorar porque pone en evidencia tantas cosas, ¡qué monstruosidad hacen los hombres con los hombres!. Lo digo porque la palabra justicia se ha vuelto tan relativa a los gobiernos de turno y además ejercida por seres muchas veces despreciables. Uno ve esos altos edificios donde las oficinas de los que administran la justicia están llenas de papeles, de expedientes que nunca verán la luz o si la ven como ha pasado tanto tiempo tal vez ya están desfigurados mientras pobres personas tal vez están pagando encerrados por cosas que no cometieron, o si las cometieron, era como un fruto de una vida indigna, de una vida al margen de todo, lo que decíamos: los que están en la cuneta de la vida.

A veces lo pensamos Mi Padre y Yo y por supuesto el amor que nos une y nuestra desazón es tan grande, nuestro desconsuelo es tan desmedido, nuestras manos están tan atadas de todo aquello que un día Mi Padre miró lo creado y vio que todo estaba bien.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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