Que hermosas son las palabras de Juan, Mi hijo y Discípulo amado cuando expresó: “todo puede resumirse en esto: ámense unos a otros como Yo los he amado”, entonces lo esencial de la vida gira alrededor de esta expresión, aquí o en el extremo de la Tierra Mensaje del 12 de Enero de 2005
Habla Artemio:
Para los que no vienen tanto a estas reuniones o la primer vez, Jesús está sentado en ese sillón, que parece muy lujoso pero que no lo es porque es lo único que tenía un hombre que se sanó y lo trajo para agradecer, lo único que tenía y después de entregar eso se fue a vivir a un hogar de ancianos, abandonado por su mujer y sus hijos, así es la historia y de ese hombre Jesús está usando su sillón, hay cosas que son muy elocuentes que no hace falta aclarar mucho ¿no?, bien, al lado, a su derecha, tiene a San José y a su izquierda la Virgen y más allá está Santa Teresita del Niño Jesús, después sigue San Pío de Pietralcina, la Madre Teresa, Beata Madre Teresa, San Benito Abad, San Martín de Porres, bueno después hay una montonera ahí de gente, familiares míos y familiares de ustedes ¿mmm?, bueno, y de este lado está también Emiliano Tardiff, Monseñor Pironio, el Cardenal Pironio, también Gabriel Guillén, está también..., además de Emiliano Tardiff, Pironio, Guillén..., no conozco los otros.
Bien Señor, te escuchamos.
Dice Jesús:
Siguiendo lo que vos dijiste tenías pensado hacer la sanación, está bien y después dijiste bien: si el Señor está con nosotros, para qué sanación, se sobreentiende la sanación, porque todo lo que el hombre puede aspirar aquí en este mundo y pasándose a la otra dimensión es siempre lo mismo estar en la presencia del Señor como alguien dijo: Señor, hemos sido hecho para vos y nuestra alma no está en paz hasta que no descansemos en vos, pero eso es un poco lejano mientras tanto, está el mientras tanto de vuestra vida en este mundo, en este tiempo, en este lugar.
Escuchaba Yo atentamente lo que estabas diciendo y es cierto que te lo he inspirtado porque a todos les hablo a través del Espíritu Santo y para quien quiere oírme le hablo continuamente, ahora pero lo fundamental no es tanto lo que se dice sino con la intención con que se lo hace y en la medida en que uno está disponible para hacerlo, entonces Yo puedo hacer toda la fuerza para que algo sea de una manera pero necesito la fuerza del hombre para que Mi fuerza se canalice a través de.
Es hermosa la imagen, esa que usaste para decir: que les diría el Señor a estos hombres, porque en general el noventa y ocho por ciento de los hombres o más, tal vez el cien por cien, según como se lo mire vive al margen, hasta el fin de los tiempos en que todo sea nuevo, pero no se preocupen, aquí esta noche también todo es nuevo. Entonces, hasta el fin de los tiempos la mayoría estará al margen por no decir todos, porque si bien es cierto que una gran cantidad de personas no tienen nada de lo que es esencial a la persona humana para vivir y uno piensa enseguida en cosas materiales pero también de las otras, ahora Yo pregunto a ustedes pero a todos los hombres del universo porque estos Mensajes van dirigidos a todos los hombres: ¿quién de todos los hombres, de los seis billones que tiene el universo puede decir: yo no necesito porque lo tengo todo?, nadie, quien no le falta una cosa le falta la otra. Asi que dentro de ese concepto de marginales entrarían todos los seres humanos, ¿o consideran ustedes que aquellos que más o menos pueden leer todo, saben contar hasta diez, tal vez manejan idiomas, ya lo tienen todo?, Yo diría que lo tienen que conseguir todo porque en sí todas las cosas que da el mundo sirven como medio pero el mundo no está tan generoso como para dar amor y además, incluso aquellos que parecen, que me poseen a Mi plenamente es opinión de ellos.
El ser humano puede decir que posee plenamente al Señor cuando pasa a la Bienaventuranza Eterna, incluso allí lo saben muy bien que hay muchas moradas y que no es fácil lograr la plenitud del amor del Señor, serán algunos y esto lo digo para hacer referencia a esos privilegiados que citan algunas sectas o grupos de hermanos separados, porque parecería que algunos se salvan, no, ese grupo del que se habla es justamente aquellos que tendrán la Bienaventuranza Eterna en plenitud, el resto tendrá la Bienaventuranza en proporción a en qué cantidad deseó ver al Señor; entonces dirán ustedes: pero aquellos que son de clausura, que están siempre de rodillas orando esos ya tienen como gancho para tener la Bienaventuranza, pero entendámonos Mis queridos, entendámonos, esta noche se dijo y se dijo bien que Mi Mensaje era: “ámense unos a otros como Yo los he amado y conozcan al Padre”, bueno entonces quiere decir que el amor no puede ser estéril de decir: amo a Dios y punto, no, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, es decir los que formamos la Trinidad somos la plenitud del amor, es decir el amor del hombre no completa a la Divinidad porque ya está completa pero esto no lo entienden y entonces la medida está dada en cómo encuentran Mi rostro, del Padre y del Espíritu Santo en cada uno de los hermanos.
Entonces, creo que queda lo suficientemente claro, no se pueden confundir los términos, la mayor o menor intensidad de la entrada en el amor del Señor está en cuanto se ve Mi rostro en el del hermano y en consecuencia se obra como tal. No nos engañemos, no hay otra respuesta que esta, los hombres buscan muchas respuestas para acomodar sus vidas y sus intereses pero no, es así ¿mmm?, y esto es importante que se tenga en cuenta siempre, porque incluso a nivel humano, simplemente a nivel humano, simplemente a nivel humano el hombre es en la medida en que es para los otros sino no es. Si quieren se los digo más explicado, en la medida que la actitud del hombre y su acción están encaminadas al semejante entonces el hombre es sino no es, es alguien que aún no encontró su órbita para girar, todavía no encontró su hábitat para vivir, no encontró los elementos esenciales para desarrollarse.
Entonces lo básico para desarrollarse como persona está claramente establecido en la dimensión del otro, como una realidad distinta pero no como objeto de conocimiento que hace la mayoría sino como objeto de amor. Son palabras muy simples pero de tanto contenido y lamentablemente no es entendido esto como debe entenderse porque o bien se opta por refugiarse solamente que en la Divinidad, no, o bien se cree que hay que estar totalmente con los otros, totalmente y eso no es posible, salvo que se piense en la realidad de cada uno como uno está metido totalmente en los otros, quiero decir un padre y una madre con sus hijos y con todos los que se van acercando a sus hijos. En afectos no se..., ahora, entonces es la acción pero sobre todo es la actitud de la apertura en el otro como una realidad distinta entonces detrás de la expresión cuánto te amo que le dice un ser a otro, con su mirada o con sus palabras está toda la redención del hombre, en ese expresar: miro por tus ojos, escucho con tus oídos, siento tu corazón latir dentro del mío, en esas expresiones totalizadas en el ser se da toda la redención, porque es la actitud de la apertura al otro, total y definitiva, completa y sin atenuantes de ninguna clase, pero de acuerdo a los seres humanos esa entrega es relativa, quien mas entendió con su corazón más se entrega y obvio, quien menos entendió menos se entrega, otros creen que la entrega se da con algunos y dentro de lo más aséptico posible, no, solamente es posible decirle te amo a alguien que está en el barro cuando uno está también dentro del barro, porque yo tengo ese extraño privilegio, de que a Mis hijos puede chapalear en el barro sin ensuciarse cuando en ese barro se meten por amor, que es por amor al semejante, es un extraño privilegio, maravilloso privilegio chapalear en el barro sin ensuciarse, ¿tan así es tremendo y radical es el pensamiento del Señor dirán ustedes?, y sí, pero Yo les digo a los hombres, cada uno dará según entienda, el tamaño de su corazón no lo establecen los científicos, lo establece la Divinidad y hay corazones tan grandes pero tan grandes que a veces parecería que hasta la Tierra entera cabe en ellos. Ustedes dirán: el Señor está diciendo términos tremendos, y Yo les estoy diciendo y les estoy hablando de la misma forma en que les hablé en estos diez años. Si digo que en un corazón puede caber la Tierra entera lo digo en sentido figurado pero Yo veo que en ese corazón cabe la Tierra entera.
Que hermosas son las palabras de Juan, Mi hijo y Discípulo amado cuando expresó: “todo puede resumirse en esto: ámense unos a otros como Yo los he amado”, entonces lo esencial de la vida gira alrededor de esta expresión, aquí o en el extremo de la Tierra, en todos lados es exactamente igual y decir te amo puede decirse en cientos y cientos de idiomas y dialectos diferentes pero es nada más y nada menos que lo que ya dijimos: cambiar de sitio el alma; algunos dirán: pero ¿cómo es esto de cambiar de sitio el alma?, y sí, el que entendió Mi amor lo puede hacer y cambiará de sito su alma en forma relativa en base a cómo entendió Mi amor.
Si ustedes se ponen a contabilizar las cosas del mundo de todos esos hombres, en todas las latitudes, aquí se aplicaría lo que dijiste esta noche citando a alguien: que lo verdadero, genuino y esencial estaba en cuartos desiertos y corazones solitarios, entre hijos Míos que no conocen mucho del Señor pero saben con aterradora intimidad el drama diario de vivir y de morir. Tal vez no conozcan tanto de Mí, teóricamente, pero al conocer de forma aterradora el drama de vivir y de morir son más especialistas en el Señor que los especialistas.
Y como alguien de la pampa decía: estas cosas y otras muchas medité en mis soledades, pero la soledad del Señor está poblada, tan poblada, como todos aquellos que están dirigiendo su mirada a sus hermanos.
Es increíble como se me pegan expresiones de este lugar, no podría hablar de otra forma, estas cosas y otras muchas medité en mis soledades.
Así es de simple todo Mis queridos, así de simple, y Yo voy a completar esto diciéndoles con toda Mi fuerza y con todos los alcances de Mi Misericordia, les regalo para ustedes y todas las generaciones hacia atrás y hacia adelante las Indulgencias Plenarias de la posesión del Señor, en todos los aspectos y en todos los sentidos, ¿también esto será privilegio?, y sí Mis queridos porque en seis billones de personas están ustedes aquí conmigo y así como Yo tenía Mi Discípulo amado que era Juan y cuánto hizo Mi Juan ¿no es cierto?, Yo también los tengo a ustedes y alguien dirá algún día: cuánto hicieron estos discípulos amados, cuánto y así como lo recuerdan a Juan con tanto amor por aquello que hizo hace tantos años pasará igual con ustedes, solamente es necesario entrar en la rueda del tiempo para no medirlo nunca más y también para salir del espacio.
Les decía que les regalo todas las Indulgencia a ustedes, hacia atrás y hacia delante, por los siglos de los siglos y por supuesto consideren que Mi presencia en ustedes, aquí, mirándoles al rostro, así como les miré en el primer momento cuando fueron engendrados en la panza de mamá, así también les miro y les digo: queden libres de todas las cosas malas, sean físicas, psíquicas, espirituales o de cualquier naturaleza, quedan libres, porque todos siempre como aquí se dice: se hace en el nombre del Padre... (se dio vuelta la cinta) ... .
Habla Artemio:
Cantemos al amor de los amores, cantemos al Señor, Dios está aquí, venid adoradores, adoremos al Cristo Redentor. Gloria a Cristo Jesús, Cielos y Tierra, bendecid al Señor. Honor y Gloria a ti Rey de la Gloria, honor por siempre a ti, Dios del amor.
Le decimos a la Madre: la Virgen se está peinando, entre cortina y cortina, sus cabellos son de oro y el peine de plata fina. Pero mira como beben los peces en el río, pero mira como beben por ver al Dios nacido. Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver al Dios nacer. La Virgen lava pañales y los tiene en el romero, los pajaritos catando y el romero floreciendo. Pero mira como beben los peces en el río, pero mira como beben por ver al Dios nacido. Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver al Dios nacer. La Virgen se está lavando, con un poco de jabón, se le han picado las manos, manos de mi corazón. Pero mira como beben los peces en el río, pero mira como beben por ver al Dios nacido. Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver al Dios nacer.
Le damos gracias al Señor por todo lo que es para nosotros, por todo lo que nos regala, como una consecuencia de todo lo que nos ama, tenemos en nosotros esa extraña sensación de no saber si estamos de este lado o del otro, de cualquier forma disfrutémoslo, porque es un estado de Gracia tan precioso que no tiene límites ni se puede medir.
Amén.