Oración del 28 de Diciembre de 2005
Habla Artemio:
Bueno, muy bien, como toda palabra cristiana empezamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Bien, la cuestión es que nos encontramos con el día 28, un día usado medio mal porque se lo usa para hacer bromas pesadas y que se yo y no sé cuantas cosas pero hoy se conmemora la matanza de todos los inocentes ¿verdad? que el Rey Herodes Antipas mandó a matar para que entre ellos muriera Jesús, pero a todo esto Jesús ya había partido a Egipto con María y José, ya estaban muy lejos cruzando el desierto pero hoy se festeja o se conmemora mejor dicho la muerte de los inocentes. Entonces José y María se quedan con el Niñito en Egipto hasta que Herodes Antipas muere entonces vuelven, regresan. Entonces usemos bien el día, no lo usemos para hacer bromas pesadas o que se yo, para tomar inocencia, el famoso aquello de la inocencia te valga, no, nada que ver, nada que ver, los Santos Inocentes es otra cosa ¿mmm?, bien.
Y ya han pasado algunos días después de la Navidad y no sé por qué pero por teléfono, en las consultas, las personas están como si hubieran perdido fuerzas, había todo un entusiasmo esperando la Navidad y de repente pasó y te preguntan: ¿como lo pasaste?, y yo me pregunto: ¿qué es lo que uno tiene que pasar?, ¿qué es lo que uno tiene que pasar?, ¿cómo lo pasaste?. Porque para muchos o la mayoría la Navidad uno la pasó de una manera mientras que la Navidad no es una cosa que llega y pasa sino es una cosa que permanece siempre, se conmemora y sigue siempre ¿mmm?, entonces no entiendo por qué aquello de cómo lo pasaste ¿mmm?, cómo lo pasaste... (se interrumpe la grabación) ... . Bueno, entonces cómo lo pasaste, yo digo siempre que Navidad es cualquier día del año cuando uno mira al semejante como hermano entonces no entiendo esa expresión cómo lo pasaste, ¿por qué, hay una hora para pasar entre las 23:45 hasta las 00:30?, ¿hay una forma de pasar ahí?, no, no entiendo, y a veces pregunté por ahí que quiere decir eso cómo lo pasaste pero no, nadie me contesta ¿no?, ¿no será que para los otros la Navidad todavía no tiene el valor que debería tener?.
Todo este tiempo hemos hablado, tiempo de Adviento, tiempo de preparación para la Navidad, hemos venido diciendo y diciendo para qué nos preparábamos, para qué, para qué, para qué ¿mmm?, para recibir una vez más al Niño, pero todos los días repito es Navidad cuando uno ve al semejante como hermano ¿mmm?, tal vez sea eso lo que nos cuesta ¿eh? y mucho, que pena ¿no?, y si vos le preguntas a los chicos por ejemplo: ¿como fue la Navidad en tu casa?, y había pan dulce, había..., y te enumera una serie de comidas y chicos siete, ocho, nueve y diez años, ¿papá y mamá no pudieron haberle dicho: esta noche nace nuevamente Jesús o conmemoramos el Nacimiento del Niño?. Es posible que cosas tan tremendamente terriblemente grandes como el Nacimiento del Hijo de Dios sea pan dulce, garrapiñadas y así esas cosas, lechón frío porque si es frío hace menos daño al hígado y así, no, no sé pero me parece que estamos en falta con el Señor ¿no?. Partamos de la base, si estamos acá es porque creemos en Él sino no estaríamos, es obvio, y si creemos en Él entonces habrá que buscar la forma de creer como corresponde, como debe ser ¿verdad?.
Los seres humanos nos manejamos con señales, con códigos, con gestos que expresan algo, por ejemplo, si yo veo..., si yo veo por ejemplo el semáforo verde sé que no tengo que avanzar, perdón tengo que avanzar porque puedo, si lo veo en rojo no, son signos ¿verdad? o códigos, códigos ¿eh?, bueno, si veo humo necesariamente digo: aquí hay fuego ¿eh?, ahora si veo esto es un niño, aunque no esté tan linda la imagen ¿no es cierto? pero es el Niñito Dios, bueno, aquí está el Hijo de Dios que conmemoramos su Nacimiento el 25.
Entonces, ¿qué pasa con nosotros?, atendemos algunos signos o códigos por ejemplo no pasar el semáforo en rojo, si hay humo suponemos que hay fuego, etc., es decir algunas cosas las entendemos, otras no ¿no las podemos entender?. Yo pregunto a los padres: ¿qué le dicen cuando preparan el arbolito o el pesebre?, ¿qué es lo que están haciendo?, ¿que qué ceremonia es?, eso de poner el Niñito ahí, mirarlo, etc., qué significa para un niño de cuatro, tres, cinco, ocho, diez, y más, nosotros también porque todos tenemos un niño adentro, ¿qué nos pasa?, estamos tan así lejos de las cosas que creemos, sin embargo, fíjense ustedes que estamos acá, ¿por qué estamos acá?, porque hemos venido desde muy lejos, de todas partes, personas de todos lugares, ¿por qué?, porque estamos esperando que Nuestra Madre y Jesús nos miren al rostro y curen nuestras enfermedades ¿verdad?, y en la mayor o menor cantidad de fe que pongamos en esta presencia aquí seremos escuchados o no, el Señor siempre nos acompaña, siempre, en todo lugar por supuesto pero tenemos que dejarlo entrar también adentro ¿no? en nuestro corazón.
Como se dan cuenta ustedes que una mamá quiere a su hijo, lo aprieta contra sí y le dice: cuánto te amo o sos la luz de mis ojos, entonces se dan cuenta ustedes por ese gesto que la madre quiere al niño, en una pareja ¿cómo se dan cuenta que se aman?, sí, pueden tener muchos gestos y muchos toqueteos, está bien, pero que no son toqueteos sino directamente son una forma de explorar el cuerpo del otro porque todo cuerpo es sagrado ¿verdad? y es una forma indirecta de buscar la paternidad o la maternidad, algunos ven por ejemplo, lo que llaman comúnmente el toqueteo en las parejas ¿no es cierto? como algo pecaminoso, nocivo, lo que sea, nada que ver, es una forma de, psicológicamente, de ir aprendiendo, entendiendo el cuerpo que tengo a mi lado, el hombre busca en la mujer la maternidad y la mujer en el hombre la paternidad. Es decir, todos esos juegos no son malos ni son sucios, nada que ver, nada que ver, todo es muy creativo, el cuerpo del hombre es sagrado ¿verdad? y si se lo toca mucho mejor, por qué tenemos que ser tan reacios a tocarnos, bueno, cuando vemos que dos seres se aman, una parejita o lo que sea ¿eh?, se lo demuestra de esa forma, son gestos ¿eh? y se manejan con códigos, es decir, tenés, no se lo dice pero con la mirada se lo dice: tenemos que besarnos. ¿Qué es besarse sino ponerse en contacto con el otro, entrar dentro del otro que no es nada pecaminoso ni malo, es tan santo, tan tremendamente santo un beso ¿mmm?, por qué tenemos que mirar mal las cosas digo yo ¿no?, si todo este cuerpo es el templo de la Trinidad entonces un cuerpo es sagrado ¿verdad? y el tocarlo no puede ser pecado ni nada por el estilo, es sagrado tocar un cuerpo ¿mmm?. Vos dirás: ¿entonces vamos a permitir que cualquiera nos toquetee?, no, hay formas y formas, uno sabe, se da cuenta ¿verdad?, uno se da cuenta cuando el niño va a arrancar una flor o va a acariciarla, es decir, las cosas no son tan difíciles, es fácil todo, solamente que a veces somos medio cerraditos para querer entender, pero en general estemos empecinados en ver todas las cosas que pasan en el mundo como malas, ¿por qué?, ¿por qué?, si se sobreentiende que hay intenciones y depende siempre que intenciones tengamos pero en general no miren al mundo como algo malo, el Señor lo ha creado todo, el pasto, la hierba, las piedras, la tierra y también el hombre como obra maestra pero todo es bueno, qué hay de malo ¿mmm?, qué hay de malo, un sapo que cruza, oh el miedo que me da pero Gloria a Dios que haya sapos porque se comen los insectos para que haya un equilibrio en la naturaleza y se coma los insectos dañinos que perjudican a las plantas ¿verdad?.
Todo está tan, todo es tan fácil si uno quiere verlo fácil ¿verdad?, cuando uno entra en la dimensión del Señor, Señor vos no pudiste haber hecho mal nada, por qué yo tengo que pensar mal de esto o de lo otro ¿mmm?. Incluso por ejemplo, yo veo a veces la presencia aquí en mi casa de algunas personas que no se atreven ir a ningún otro lado porque creen que su conducta..., bueno, equis, y yo les hago ver que todo lo que hacen y todo lo que pasa de alguna manera está obedeciendo a algo que hay dentro del cuerpo ¿verdad? o dentro del alma que necesita canalizarse pero malo en sí no hay nada, por qué tiene que ser malo ¿mmm?, bueno ¿verdad?.
Entonces, todo esto venía a propósito de los gestos o de los signos, es decir nos manejamos con eso, estábamos hablando de la Navidad que tenía un montón de signos, que el pesebre, que el arbolito, que esto, que lo otro, que las luces que se prenden y se apagan pero eso nos está indicando algo, ¿qué pasa dentro de nuestro corazón cuando yo veo un bebé en un pesebre, o que pasa en mi corazón cuando me entero por ejemplo que hoy el día de los Santos Inocentes se conmemora la, toda esa cantidad de niños muertos por Herodes Antipas ¿verdad? para que muriera Jesús también pero Jesús ya estaba camino a Egipto con María y José ¿mmm?. Por ahí en las Revelaciones hay escenas maravillosas, realmente preciosas de las escenas estas de Jesús y María en el desierto parando en los oasis, los oasis son los lugares donde hay agua para beber y cerca de los oasis hay algunos comestibles, entre ellos palmeras que tienen dátiles para alimentarse porque uno de las primeras cosas que comió Jesús ¿no es cierto?, ¿que fue?, miel, leche cuajada además de la leche de la Virgen y dátiles que José subía a las palmeras del desierto y bajaba para Jesús. En las Revelaciones hay escenas preciosísimas de eso ¿verdad?, cuando María y José están a la luz del fuego que han encendido cerca del oasis y brilla en el rostro de ellos el color del fuego ¿no? porque estaban huyendo a Egipto para salvar al niño, lean esas cosas porque no se las van a olvidar más ¿verdad?. Se lo imaginan a José subiendo a una palmera para buscar dátiles o piensan a la Virgen haciendo leche cuajada de cabra para poder alimenta al Niño además del pecho que le daba o juntando miel silvestre, esas cosas comía nuestro Señor cuando era niño, diríamos en estos días ¿verdad?, lean en las Revelaciones estas cosas porque les va a quedar imágenes tan preciosísimas que no se la van a olvidar mientras vivan, mientras vivan no se las van a olvidar.
Bueno, pero no nos quedemos con estas imágenes solamente, busquemos qué significa para nosotros todo esto, pasó la Navidad hace tres días y ¿realmente nuestro Señor nació en nuestro corazón?, ¿nos sentimos un poco distinto?, ¿somos un poquito más buenos, más tolerantes, más generosos? ¿mmm?, ¿o seguimos a los gritos, a los insultos, no toleramos nada de los chicos ni de los viejos, ni de nadie? ¿eh?. ¿Tenemos algún signo de que Jesús ha nacido en nuestro corazón o todavía tenemos los signos del lechón que se nos quedó atravesado porque lo comimos caliente y había que haberlo comido frío o bien la cantidad de calorías que nos dejó la garrapiñada y todas esas cosas? ¿verdad?. ¿Qué nos quedó acá dentro?, no digo justamente en el estómago sino en el corazón, ¿nos quedó la dulzura, la ternura del bebé, que es el Hijo de Dios y Dios mismo?, es decir la conmemoración de ese Nacimiento porque Jesús nació una sola vez hace dos mil años ¿no es cierto?, pero ¿está en nuestro corazón?, ¿se ve en nuestros gestos diarios?, ¿seguimos estando tristes o preocupados?, ¿estamos todavía un poco nostalgioso o extrañamos demasiado a algo o que se yo o hay algo nuevo dentro de mí que está latiendo?, ¿hay algo dentro de mí que está latiendo?, hace tres días que pasó nada más ¿eh?.
Esa noche del 24 cuando me fui a acostar a pesar de la comida copiosa o lo que sea ¿no es cierto? o no tan copioso porque muchos no la tienen, nos abrazamos al Niño y le dijimos con ternura: cuánto te amo, porque tu Papá engendró en la Virgen, te engendró a vos para mi salvación, para que me trajeras todo lo mejor ¿mmm?. Y también cuando estaba ese Niño ahí en nuestros brazos el 24 ¿pensamos que después de 33 años iba a pasar esto? ¿mmm?, porque ese era el precio que había que pagar para salvarnos a nosotros ¿eh?. Si tuviéramos mucho tiempo hablaríamos de la Alianza de Dios con los hombres, de que le mandaría el Redentor para salvarlos a todos, ta, ta, etc., pero tenemos poquito tiempo, solamente yo apelo a vuestro corazón, mírenlo en la noche o a la mañana o a medio día o al atardecer y piensen: ¿le he dado un lugarcito en mi corazón a ese Jesús que nació?, ¿o Herodes Antipas, el rey que mandó a matar a todos los niños quiere matar a mi niño también que tengo en mi corazón metido?, epa, despacio, ¿lo estoy acompañando al Niño por el desierto con José y María?, ¿colaboro también para hacer leche cuajada y buscar panales de miel silvestre para que se alimenten?, al decir esto es algo simbólico, si busco miel es decir, la miel sería te amo Señor ¿mmm?, te amo ¿verdad?.
Yo estoy seguro que en el fondo de los corazones de todos está el lugarcito reservado al Niño que el 24 a la noche nació ¿eh?, yo estoy seguro que en el fondo está, más abajo en el estómago todavía quedarán restos de comida pero en el corazón no, debe estar el Niñito, el Niñito que estoy esperando que se haga hombre porque no va a pasar tanto tiempo en el calendario litúrgico para conmemorar esto ¿eh?, por eso que la Navidad es alegre pero no tanto porque me está recordando esto, esto sí es alegre porque me está recordando que Jesús va a resucitar para nunca más morir y venir a mi conciencia todos los días que yo lo pida como Espíritu Santo.
Entonces, se lo decimos de esta forma, tenemos a este Niñito dentro de nuestro corazón y si no lo teníamos le hacemos un lugarcito y decimos así, con los ojos cerrados decimos: mirarte solo a ti Señor, mirarte solo a ti Señor, mirarte solo a ti Señor y no mirar atrás. Seguir tu caminar Señor, seguir sin desmayar Señor, postrarme ante tu altar Señor y no mirar atrás. Y ahora estamos cerca del oasis, donde hay agua, el fuego encendido iluminando los rostros de José, María y el Niño alimentándose y entonces tenemos esa imagen en nuestra mente y decimos: amarte solo a ti Señor, amarte solo a ti Señor, amarte solo a ti Señor y no mirar atrás. Seguir tu caminar Señor, seguir sin desmayar Señor, postrarme ante tu altar Señor y no mirar atrás. Tengo cincuenta caminos delante de mí para hacer, cuántos caminos puedo tomar para ir a tantas partes de acuerdo a lo que sé hacer, de acuerdo a lo que siento, de acuerdo a tantas cosas pero cuando yo tengo delante de mí tantos caminos tendré que buscarme mejor, el que me parezca mejor y que mejor que el Señor, por eso le decimos así acariciando en nuestro corazón: seguirte solo a ti Señor, seguirte solo a ti Señor, seguirte solo a ti Señor y no mirar atrás. Seguir tu caminar Señor, seguir sin desmayar Señor, postrarme ante tu altar Señor y no mirar atrás. Y todo esto por qué, Señor porque sos el Hijo de Dios y Dios mismo, vos me tuviste presente ya en tu memoria en el comienzo de los milenios, me seguiste teniendo presente hasta que un día aparecí dentro de mamá y tomé vida y vos seguiste amándome y me miraste a los ojos y me llamaste por mi nombre Señor y sé que seguiré caminando y me espera una eternidad con vos Señor ¿eh?, pero hace falta solamente algo, que yo confíe en vos Señor, yo tengo que confiar en vos Señor, tengo que confiar y tengo que confiar que sos el único camino, que puedo hacer cualquier cosa pero vos sos el único camino, por eso te digo: confiar solo en ti Señor, confiar solo en ti Señor, confiar solo en ti Señor y no mirar atrás. Seguir tu caminar Señor, seguir sin desmayar Señor, postrarme ante tu altar Señor y no mirar atrás.
Y todo esto por qué, porque ya entre mis antepasados y en mi pasado un día ocurrió que: te acercaste a mi puerta y pronunciaste mi nombre, yo temblando te dije aquí estoy Señor. Tu me hablaste de un Reino... (se dio vuelta la cinta) ..., que detalle Señor has tenido conmigo, cuando me llamaste, cuando me elegiste, cuando me dijiste que tu eras mi amigo, que detalle Señor has tenido conmigo. Yo dejé casa y pueblo por seguir tu aventura, codo a codo contigo comencé a caminar. Han pasado los años y aunque apriete el cansancio, paso a paso te sigo sin mirar hacia atrás. Claro, Señor porque un día en la panza de mamá me miraste a los ojos y me llamaste por mi nombre para que te siguiera siempre Señor porque es el único camino verdadero, por eso, cuanto te amo Señor y: que alegría yo siento cuando digo tu nombre, que sosiego me inunda cuando oigo tu voz, que emoción me estremece, cuando escucho en silencio, tu palabra que aviva mi silencio interior. Sí Señor, que detalle Señor has tenido conmigo, cuando me llamaste, cuando me elegiste, cuando me dijiste que tu eras mi amigo. Que detalle Señor has tenido conmigo, cuando me llamaste, cuando me elegiste, cuando me dijiste que tu eras mi amigo. Que detalle Señor has tenido conmigo, cuando me llamaste, cuando me elegiste, cuando me dijiste que tu eras mi amigo, que detalle Señor has tenido conmigo. Sí Señor, que detalle tuviste y lo tenes con cada hombre Señor, porque todos los hombres somos llamados al amor, todos, todos, todos son llamados al amor, tanto que el único pecado que existe y de él derivan todos los demás es ser tacaño, es ser mezquino en el amor, no seamos tacaños ni mezquinos, el Señor no los dio todo, está esperando que lo recibamos, sí, nos espera muchas cosas, cansancio, de todo, pero como dice al comienzo: que detalle Señor has tenido conmigo, que detalle Señor.
Una parte en el Evangelio dice: “Jesús se lamenta un poco y dice lo siguiente: las aves del Cielo tienen su nido para pasar la noche, hasta las fieras tienen para refugiarse su madriguera y el Hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza”, ¿quién es el Hijo del Hombre?, es Él, cómo podemos nosotros aceptar que Jesús nos diga eso, todos tienen su lugar y el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar su cabeza, piénsenlo a Jesús en la noche cerrada, yendo de un lado para el otro buscando ¿qué?, buscando corazones que se abran para que lo dejen entrar, Él es todo amor y lo que espera de nosotros es que abramos nuestro corazón con amor. Todos tienen su lugar y el Hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza, ¿han pensado ustedes así en la noche cuando se acuestan y tal vez estén un poco tristes por una cosa o por la otra o tal vez estén, estén, estén, estén ¿no?, piensen: que hermoso es si se corren un poquito al costado y le dicen: Señor poné tu cabeza en mi almohada y si es sobre mi hombro mejor Señor porque quiero dormirme así Señor, sabiendo que el Hijo de Dios y Dios mismo ha reclinado su cabeza sobre mi hombro y te voy a pensar Señor tan, tan profundamente con mi corazón que voy a sentir el calor de tu cuerpo cerca el mío Señor y de tu cabeza, de tu rostro descansando sobre mi hombro, que es decir también en mi corazón.
Probemos, ensáyenlo, van a tener noches muy preciosas porque solamente el contacto con el Señor les llenará la vida de felicidad y eso es lo que Él quiere para nosotros, cuando en el Padre Nuestro rezamos: hágase tu voluntad Señor, su voluntad es que seamos felices, en todo tiempo, desde pequeñitos hasta adultos y grandes y ancianos, porque Jesús dijo montones de veces que la muerte no existe, es un cambio de estado nada más y ese mismo Jesús que recuesta su cabeza sobre mi hombro si yo cierro los ojos para siempre también la va a seguir recostando, también la va a seguir recostando sobre mi hombro dándome su calor y todo. Eso de que cerrar los ojos es frío, es lubre, son mentiras, el Señor está siempre allí, está siempre con nosotros, dejémoslo que Jesús recueste la cabeza sobre nuestro hombro por las noches y también en el día y en la tarde y en el amanecer, cuando se les ocurra y van a pensar allá en el fondo, en lo más profundo van a pensar: Señor, yo te amo Señor, te amo tanto, por eso te digo: no me mueve mi Dios para quererte el Cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte, muéveme tu amor que si no hubiese Cielo yo te amara y si no hubiese infierno te temiera.
Ven Señor, quédate sobre mi hombro y entra en mi corazón, me gusta tanto Señor sentir el calor de tu cuerpo porque es el calor de Dios que está penetrando en mi Señor y mi noche va a ser feliz Señor y mis enfermedades se van a pasar y mis dolores no van a existir y todas mis angustias se van a esfumar Señor porque cuando vos entrás en un lugar toda sombra se desvanece porque la Luz total y completa entra Señor. Sí Jesús, no quiero más oírte decir: y el Hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza, no Señor, no quiero más oírte decir eso, porque hoy mismo, en este momento, acepto Señor que cada noche, cada momento en que vos quieras reclines tu cabeza sobre mi hombro y entres en mi corazón, por una razón tan simple Señor, porque te amo. Ya sé Señor que tengo otros amores, tengo mi esposo, mi esposa, mis hijos, mis padres, tengo tantos amores pero ninguno es comparable al tuyo Señor porque no desaparece nunca Señor, viene desde siempre, desde hace milenios ya cuando yo estaba en tu memoria y sigue para siempre por toda una eternidad.
Que feliz que somos Señor, que feliz que has nacido de nuevo hace tres días para recordarme todas estas cosas Señor, que feliz que me siento al ver que Dios mismo está recostado sobre mi hombro llenándome de todo el calor, de todo el amor, de toda la sanidad para mis problemas, para mis cosas, para todo Señor.
Y si yo te acepto Señor que te recuestes sobre mi hombro voy a pensar que entrás en mi corazón y entrás en mi torrente sanguíneo y vas a pasar por venas y arterias de todo mi cuerpo Señor para todas aquellas partes que tengo enfermas dentro de mí vos en un instante la sanes Señor, yo quiero que entres a mi corazón, yo quiero que entres a mi sangre porque ella recorre todo el organismo y al recorrer todo el organismo va a llevar la sanación a todos los lugares, se terminarán los dolores, las enfermedades se curarán milagrosamente, los dolores no existirán, las tristezas desaparecerán, la nostalgia de tonterías ya no tendrán sentido y voy a ver que no estoy solo, que hay millones junto a mi que te dicen: Señor mío y Dios mío cuanto te amo Señor, que hermoso es tenerte en mi corazón y sentir que recorrés toda mi sangre llevando la sanidad a todos mis órganos Señor, sé que pasas por mis piernas, mis rodillas, mis pies, todo Señor, sanando todo Señor, sé que pasas por mis brazos, mis hombros, mis codos, mis manos, todos esos huesitos torcidos, vos haces que no duelan mas Señor y yo sé que entrás en mi estómago, en mi hígado, entrás en mis pulmones, entrás en mi páncreas Señor, entrás en cada uno de los lugares de mi cuerpo, en los ovarios para las mujeres, en la próstata para los varones. Vas a entrar en mi cerebro Señor para que no envejezca, vas a entrar en mis ojos para que no pierdan la luz y si no la tienen la recuperen, vas a entrar Señor en mis oídos para abrirlos para que se pueda oír Señor, para que pueda gustar, para que pueda tocar, para que pueda ver todo Señor, porque mi sanación Señor, tenga lo que tenga, el cáncer más terrible, o la uña encarnada o la hemorroides o un granito en la cara, Señor si vos estás conmigo todo eso va a desaparecer, es cuestión que yo lo crea Señor, es cuestión de que yo te deje reposar sobre mi hombro para que vos entres en mi corazón, te metas en mi sangre y lo recorras todo Señor para llevar la sanación.
Siéntanlo a Jesús en este momento como corre por vuestra sangre para darles la sanación a todos pero no solo piensen en ustedes, piensen en todos los seres que aman, todas las personas que ustedes aman, piénsenlas, piénsenlas, que también en la sangre de ellos corra el Señor y lleve la sanación a todas las enfermedades que puedan existir y que prevenga las que podrían venir algún día porque Él también va a sanar toda nuestra herencia, de todos los antepasados y va a sanar también la descendencia para que no nazcan niños con problemas de ninguna especie.
Que hermoso Señor que es esto, siento que estás pasando por todos lados Señor, te siento que corrés por mis venas Señor, no es que se me esté subiendo la tensión, es vos que estás pasando dentro de mis arterias y mis venas para llevar la sanación a todo mi organismo. Cuidá Señor mi cerebro para que no envejezca nunca porque es muy duro envejecer de ideas porque podemos tener montones de años y así podemos cumplir aquello que vos dijiste: los hombres no deben morirse por enfermedad, deben morirse de viejos, de viejos, la enfermedad es un desorden, por eso Señor vos corriendo por mi sangre, por la sangre de cada uno de mis hermanos estás llevando el orden a todos su organismo Señor, estás llevando orden, sanación, normalidad, estás haciendo luz en algunos ojos, estás destruyendo las células del cáncer, estás sacando los dolores que están metido en los huesos, estás sacando todo lo malo Señor, sí Señor Jesús, sí Señor.
Y todo esto Señor te lo pedimos también especialmente por tu Mamá Señor que nos quiere tanto, por eso le vamos a decir un tema que a ella le gusta mucho, palabras que a ella le encantan, entonces le decimos así: la Virgen se está peinando, entre cortina y cortina, sus cabellos son de oro y el peine de plata fina. Pero mira como beben los peces en el río, pero mira como beben por ver al Dios nacido. Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río al ver al Dios nacer. La Virgen lava pañales y los tiende en el romero, los pajaritos cantando y el romero floreciendo. Pero mira como beben los peces en el río, pero mira como beben por ver al Dios nacido. Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río al ver al Dios nacer. La Virgen se está lavando con un poco de jabón, se le han picado las manos, manos de mi corazón. Pero mira como beben los peces en el río, pero mira como beben por ver al Dios nacido. Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río al ver al Dios nacer.
Y ahora antes de entonar la, las palabras de sanación le vamos a pedir a Jesús una vida nueva, una vida totalmente en Él, ya se lo dijimos tantas veces pero se lo repetimos porque Él es el alfarero que nos va transformando, por eso se lo decimos: tu eres el alfarero, que con tus manos me has transformado, mientras pasan los días, pasan los años más te venero. Rompe mi cántaro, rompe mi copa, rompe mi vida y hazla de nuevo. Rompe mi cántaro, rompe mi copa, rompe mi vida y hazla de nuevo. Se lo vamos a decir con más ganas: tu eres el alfarero, que con tus manos me has transformado, mientras pasan los días, pasan los años más te venero. Rompe mi cántaro, rompe mi copa, rompe mi vida y hazla de nuevo. Rompe mi cántaro, rompe mi copa, rompe mi vida y hazla de nuevo.
Yo te alabo Señor porque eres grande Señor, yo te alabo porque me diste la vida y me sustentas, yo te alabo Señor, estás pasando dentro de mi sangre sanando todas mis enfermedades, yo te alabo Señor porque es grande tu Misericordia y por más que yo sea malo, dañino, tenga mis cosas, yo te lo ofrezco todo a vos y en un instante todo vos lo quemas con un amor preciosísimo, ningún temor tengo Señor que te fijes en las cosas malas que pude haber hecho alguna vez, como vos un día dijiste: quien es malo, a los ojos de Mi Misericordia nadie es malo, hay enfermos, hay dañinos, hay indiferentes, hay mucha gente pero malo por sí mismos no hay y aquél que se considera así que deposite todo delante de mi porque yo lo quiero quemar con Mi amor para darle la paz para siempre. El Señor nunca castiga, Jesús nunca nos pone piedras en el camino, las personas sí pero no Él, Él no nos pone pruebas, lean la Epístola a Santiago, nada de pruebas, Él tiene un solo oficio con nosotros que es amarnos, mañana, tarde, noche y trasnoche y a media mañana y siempre, ese es su oficio, por eso decíamos antes: seguirte solo a ti Señor porque sos el único que puede darnos el amor, el amor verdadero y el que dura para siempre.
Señor, yo te alabo porque estás sanando cada una de las cosas que yo tengo en desorden, cada uno piensa en su enfermedad o en sus problemas o en sus dolores o lo que sea, yo te alabo porque me estás sanando Señor en este momento, estás sanando mi angustia, estás sanando mi pasado, estás sanando mi odio por aquellos parientes lejanos que me hacen mal, estás sanando Señor mi ignorancia de tus cosas, me estás sanando Señor que no te haya dado mucha bolilla en esta Navidad Señor, me estás sanando todas las cosas que no están bien Señor porque yo quiero irme de este lugar como vos prometiste Señor con toda la felicidad Señor, porque vos queres que me vaya de aquí sano Señor, totalmente sano y si no nos vamos sanos es porque no queremos sanarnos, porque no te queremos dejar entrar en nuestra sangre para que llevés tu vida a cada una de las partes de nuestro cuerpo, por eso Señor te alabo tanto, porque tu amor se manifiesta en la sanación de cada uno de mis dolores y de mis enfermedades por graves que sean Señor.
Por eso te alabo Señor y te agradezco Señor y solamente te digo con mi pobreza: te amo Señor, te amo, te amo Señor y perdoná que no sea tanto mi amor pero te amo con todo el amor que me alcanza Señor, con todo el que me alcanza, te amo Jesús, te amo, te amo, te amo Virgen Santa porque sos la Mediadora de todas las Gracias, te amo Señor y esta noche..., esta noche quiero que reposes en mi hombro, voy a sentir tu calorcito sobre el hombro porque te has acostado ahí al lado de mi y me vas a llenar tu Corazón de amor y todo mi cuerpo de salud, sí Señor, no hoy, siempre, quiero que duermas recostado sobre mi hombro Señor y te pases a mi corazón Señor. Ven Señor, ven, esta noche y todas las noches a que alcance mi vida vení Señor, vení, quiero que recuestes tu cabeza sobre mi hombro Señor. El Maestro de Galila va pasando...