Mensaje del 20 de Marzo de 2005
Habla Artemio:
Lo que hicimos recién fue un pequeño, brevísimo repaso de las cosas que nos preocupan y ocupan del Señor para conocer todos los días un poco más de Él y de la herencia que nos dejó porque Jesús dice y lo dice con tanta razón que uno no puede amar aquello que no conoce ¿verdad? y ustedes saben muy bien que a los cristianos nos falta conocer tantas cosas, tantas cosas del Señor ¿mmm?. Tal vez estemos muy actualizados en otras pero en las cosas del Señor no tanto y la pena está en que son todas cosas que nos atañen a nosotros, cada día que pasa nos conviene saber más de Él porque si yo de repente descubro todo lo que representa para mí la sangre de Jesús derramada quiere decir que en adelante voy a pedir que esa sangre me cubra siempre para que me de todo aquello que necesito y para vivir de una manera ¿verdad?, si yo no lo sé no puedo invocarlo ¿mmm?, no siempre, pero en general aquello que uno conoce más lo ama más ¿mmm?, bien.
Estamos Señor en esta tarde y todas las tardes a que alcance nuestra vida, estamos Jesús delante de la cruz donde vos estás allí colgado, estuviste nada más que horas allí pero lo suficiente para demostrarnos a todos cuánto nos amaste y nos amás porque tus heridas Señor aún siguen sangrando por nosotros. Si uno te mira Señor así todo llagado, todo tu cuerpo destrozado por los golpes, cubierto con salibazos, uno tiene una pena muy grande, sobre todo porque esa sangre fue derramada por mi, por vos, por vos, por cada uno de nosotros, pero entonces ¿nosotros somos culpables de esta muerte?, no, Él eligió eso porque Él quiso elegir eso ¿mmm?, Él quiso morir así por nosotros. Ahora, nosotros lo miramos de esta forma pero nosotros no lo pusimos en ese lugar, ahora Él estuvo y lo miramos allí por nosotros ¿mmm?, porque Él quiso hacerlo y tal vez hubiera podido elegir otras formas de morir pero esta debe ser una de las más terribles, normalmente cuando uno piensa en la muerte dice: que sea corta para no sufrir, no es justamente lo que le pasó a Jesús porque esto duró mucho y lo más lindo es que sigue durando todavía, ¿por quien?, repito ¿por quién?, por cada uno de ustedes y por mí, no hay vuelta, es así.
Te pienso Señor y te observo y también Jesús observo toda mi propia vida, cuando digo mi propia vida cada uno piensa en su propia vida ¿no es cierto?. Al verte así Señor todo humillado, todo sangrante pienso Señor todo lo que has sufrido por mí y al pensarlo Señor voy revisando toda mi vida pero no solamente la mía así concreta sino también la vida de mi papá y de mi mamá y por supuesto tengo que ir revisando también los que vivieron antes de papá y mamá, que los conozco por fotografía tal vez o porque me lo contaron y si no conozco me lo imagino y pienso en cada uno de ellos, en toda su lucha, en todo el dolor acumulado a través de los años y del tiempo y uno piensa en muchas generaciones hacia atrás. Lamentablemente Señor uno no tiene tantas cosas lindas que enumerar del pasado, es cuestión de escarbar un poquito nada más, de investigar un poquitito para darnos cuenta hasta que punto la vida de nuestros pasados, de nuestros abuelos, nuestros padres y también la nuestra, es un montón de dolor apilado, disimulamos bien, tratamos de mantener un rostro sin mayores problemas pero en el fondo sabemos todas las que pasamos y todas las que pasaron aquellos que vivieron antes de nosotros. Si uno empieza a analizar ciertos detalles tal vez terminaría llorando, porque el llanto es una forma de canalizar tanto dolor, los días felices en cada uno de los seres humanos son tan contados y es como de a ratitos, lo mismo ocurre con la paz interior, con todo ¿eh?, y todo lo que ha paz supone.
Entonces, así como la historia del hombre sobre la Tierra es una historia de vivir en guerras, porque tres cuartas partes de la historia siempre hubo guerras, así también en nuestra vida la mayor parte es dolor apilado y no me digan que no porque se ve en cada uno de los rostros de ustedes y mío, ¿vamos a negar todas las que pasamos?, ¿vamos a ser falsos de negar la que pasamos?, no, se ve, se ve en las cicatrices de nuestros rostros, en el rostro de cada uno de nosotros se ve todo el dolor que pasamos, vivimos a fuerza de estar acostumbrados de vivir ¿no?, a fuerza de estar acostumbrados de vivir seguimos viviendo pero muchas veces nos preguntamos quién nos sostiene todavía en pie a pesar de todo ¿mmm?. Claro, pero no puedo ser tan chiquitito de pensar solamente en que le paso a mamá, a papá, a los abuelos y más atrás sino, y a mi mente, tendrán que aparecer también otros que están en las mismas condiciones y tal vez peor que uno. Si pienso en mis antepasados también pienso en los habitantes de mi país, de América y del mundo ¿mmm?, pienso en los países europeos viviendo todas las guerras que vivieron en el siglo pasado, pienso en nuestras personas que nos anteceden en el país, pienso en que de cada mil niños que nacen en Jujuy, en nuestra provincia, solamente diez llegan a adultos, el resto se muere antes.
Entonces en mi mente pienso en que lo me toca de cerca pero yo no puedo permanecer indiferente por los de Jujuy, o los que están en Bolivia, o en el Ecuador o en Mozambique en el África, porque son seres humanos como soy yo y vos y vos ¿verdad? y entonces al tener en común sufrimiento uno tiene que pensar en aquellos que sufren tanto como uno ¿mmm?. No podemos limitar nuestro mundo a la familia y tres o cuatro más, los hombres están ocupando todo, toda la Tierra en cinco continentes y por cada uno de esos hombres, así como por nosotros Jesús, lo estoy mirando aquí en la cruz, pero no solamente los hombres de aquél tiempo sino de todos los tiempos ¿mmm?.
Entonces, asalta en mi mente las imágenes de tantos seres dolientes a lo largo y a lo ancho del planeta y del tiempo y me siento como aturdido, ¿por qué?, ¿será porque todavía la sangre que derramó Jesús no llegó hasta nosotros para redimirnos que seguimos viviendo tan mal?, si Él justamente nos hace decir en el Padre Nuestro: “hágase tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo”, y la voluntad del Señor es que seamos felices, entonces ¿qué pasa Señor que vos estás en la cruz para que nosotros seamos felices?, y está tan lejos de nosotros esa felicidad Señor. Como te decía recién Jesús, y somos felices de a ratitos o bien en algún momento, por ahí sentimos que nos invade un poco de paz en nuestro interior, que tenemos las cosas más o menos ordenadas, pero ya de repente vemos que no es así, pero no un día, cientos de días, años, me parece Señor que tu muerte en la cruz derramando tanta sangre Señor parece que no la supe aprovechar yo, vos lo hiciste por mí, y yo ni siquiera se me ocurrió pensar que lo habías hecho por mí Jesús, que lástima porque de repente me hubiera encontrado con un Padre que además de Padre es amigo, es compañero y además alguien que murió por mí…, ay que serio que es esto, y murió por mis antecedentes, es decir mis padres, mis abuelos y más atrás y también por mi descendencia ¿mmm?.
Ahora, Señor, yo quiero que esta sangre derramada Jesús realmente descienda sobre mí vida y la vida de cada uno de los hombres que pueblan la Tierra y no en este momento, no solo para Semana Santa sino siempre Señor, si yo no pienso que tu sangre descienda sobre mí siempre tu redención Señor fracasa porque yo no estoy tomando conciencia de lo que fuiste capaz de hacer por mí. Entonces Señor no es cuestión de que me vaya a la Iglesia y empiece a pasar las estaciones del Vía Crucis y me ponga triste por eso, bueno también puedo ponerme triste Señor mirando una telenovela, pero lo tuyo es otra cosa Señor, todo eso que veo lo hiciste por mí, cuando yo digo por mí mis queridos cada uno piense en ustedes ¿verdad?, bueno.
Señor, me gustaría tener así de repente Señor se me ocurre, tener tantos ojos Señor para mirarme, para mirar todas las heridas, todas las cicatrices que tengo pero Señor no puedo ser tan egoísta de mirarme solamente yo, tengo que pensar también en los campesinos bolivianos, tendré que pensar también en todos los hombres que diariamente mueren en el África, en el ex Congo o en Mozambique y también Señor quiero tener ojos para poder ver lo que está pasando en las Selvas del Brasil o en la frontera de México donde todos los días mueren tantos para escapar de una vida e ir a otra. Quisiera Señor mirándote a vos así muriendo por todos los hombres, me gustaría tener tantos ojos Señor para mandarlos a ver todos esos barrios de bolivianos, paraguayos que hay en Rosario, en Córdoba o en Buenos Aires, por decirte algo que tengo cerca pero también me gustaría tener ojos no solo para ver los campesinos bolivianos sino también los mineros de Bolivia que tienen que trabajar a 3000 metros de profundidad. Señor, me gustaría también tener tantos ojos para mirar de cerca a nuestros hacheros del Norte cuyo promedio de vida son treinta y cinco años nada más y los que llegan, me gustaría Señor poder multiplicar mis ojos para ver no solo en nuestro país sino en todos lados, todos los niños que diariamente se abortan Señor y todos los que día a día se acuestan con hambre que son cuatro billones de seres Señor. Yo te miro a vos Jesús escarnecido, sangrando, humillado, sufriente y no puedo Señor pensar solamente en mí y en mi familia, todos los hombres son mis hermanos y yo tengo que pensar en todos sino soy un descosido, sino la cosa no va.
Quiero Señor también tener no dos sino un montón de oídos para escuchar las voces entre cortadas de tantos enfermos que están esperando confesarle algo a alguien y no tienen quién los escuche, quisiera Señor mirándote a vos de esta forma, quisiera poder mirar al mismo tiempo a todos los que están presos detrás de rejas de hierro y también a todos los que están presos detrás de las rejas del egoísmo, del orgullo y de todas esas cosas tremendas, sí Jesús, pienso en mí, en mis enfermedades, en las enfermedades de mis familiares, de mis parientes, de mis amigos pero no puedo dejar de pensar en los otros Señor porque son mis hermanos, ¿acaso vos no dijiste que tengo que amar a todos con el mismo amor que vos nos amaste?, claro que pienso en mis enfermedades, me molesta el cáncer que tengo, me molesta mi cabeza que ya no razona bien, me molesta mi piel totalmente llagada o mis piernas hinchadas, me molesta todas mis enfermedades, mi diabetes, me molesta cada una de las cosas que cada uno de ustedes tiene, cada uno de los dolores, cada uno de los sinsabores, cada uno de los problemas pero Señor me interesan también, me preocupan también y me quitan el sueño también Señor todos aquellos que no pueden vivir como hombres, que están viviendo como animales Señor, sí Jesús. Vos viste Señor que ser diferente en este mundo es prácticamente lo mismo que no existir, tener el color de una piel, tener una religión, pertenecer a una raza, a un sexo o lo que sea es muy difícil Señor ser diferente en este mundo porque ¿quién escucha a los diferentes?, quién le pone el oído a todos aquellos que están al margen de todos los derechos, de vivir dignamente como personas, Señor, sería muy desconsiderado si yo solamente pensara en mi cáncer Señor, tengo que pensar en todo eso Señor, no porque vos me obligues ni mucho menos sino porque a mi me corresponde porque son mis hermanos.
Señor, pero qué voy a pensar en los que están tan lejos si en una de esas a mi esposa o a mi esposo los tengo sonando, siendo injusto con ellos, exigiéndole cosas que no corresponden, si a lo mejor malcrío a mis hijos y les doy todos los gustos que no conviene que les de ¿mmm?, qué voy a pensar Señor si tal vez mandé a mi papá o a mi mamá al geriátrico pudiéndolos tener en mi casa, entonces Señor me parece que voy a tener que revisar un poco mi vida porque estas heridas que estoy mirando en tu cuerpo me están diciendo muy poco si yo no tengo la más mínima consideración por todos los que habitan en el mundo. Jesús, me gustaría que fuera de otra manera pero el sol sale solamente para un ocho por ciento de las personas que viven en el mundo, el resto vive a oscuras, viviendo en la injusticia, ganando sueldos de hambre o nada, Señor de repente pensando en vos no fue lo menos que tener delante de mí a todo ese mundo sufriente Señor que participa también de tu Pasión y de tu dolor y aunque vos estás entre nosotros vivo, resucitado y triunfante pero las heridas, los moretones y todas esas cosas todavía las tenés Señor.
Por eso Jesús, en este día y todos los días a que alcance nuestra vida quiero vivir de otra manera, quiero ampliar mis horizontes, mi familia no es solamente aquellos con los que tengo lazos de sangre, mi familia son todos los hombres, ya sé que tengo obligaciones para los que viven más cerca, por supuesto, pero no puedo perder de vista a los demás, antes te pedí tener cientos de ojos para ver todo Señor, quiero tener oídos multiplicados para escuchar la voz de todos aquellos que están esperando una palabra que no les llega de ningún lado. Señor Jesús, que no pase más una Semana Santa sin que yo tome conciencia de todo lo que representa Señor el estar en la cruz sangrando por los hombres, yo tengo que aprender a valorar Señor la sangre que derramaste y no solo por mí sino por todos.
Dice Jesús:
Paz y bien a todos.
Uso esta voz que me prestan para decirles a todos... (se dio vuelta la cinta) ..., que todas mis heridas siguen aún sangrando por todos los hombres.
Habla Artemio:
Yo sé Señor que ya no estás allí en la cruz porque estuviste seis horas nada más, nada más que seis horas y estás vivo entre nosotros, andando entre nosotros, viviendo entre nosotros pero Señor yo todavía no te di entrada en mí, tengo mucho orgullo Señor, tengo mucha soberbia, me creo el centro del mundo, me creo que soy capaz como el otro día me decía uno: yo no quiero la bendición porque la verdad es que no sé si la necesito o no y no le digo, seguramente no la necesitás vos porque…, bueno, hay para todo ¿no?, pero Jesús, que esta Semana Santa, así como nuestra Navidad o como Pentecostés sea un tiempo para llegar a estar mas cerca tuyo Señor. Yo pienso a veces que esos animales que oyen a la hora de la oración se vuelven locos gritando, ellos entienden, por qué los seres humanos no podemos entender muchas veces. El Señor los llama Mi coro de Ángeles a esos animales ¿mmm?, como el miércoles pasado que eran las 23:30 hs. de la noche y ante los oídos de montones de personas que estaban acá un pájaro empezó a cantar como no pueden imaginarse, normalmente es muy difícil que un pájaro cante de noche ¿no?, eso les está indicando hasta qué punto ¿no es cierto? en las cosas, en los animales, en todo el mundo que nos rodea a veces hay más conciencia de Dios que en nosotros.
Por eso Jesús, miro tu cuerpo allí estaqueado en la cruz Señor y voy pensando en toda mi vida, en todas las cosas que pasé, en cómo me fue a través del tiempo. Señor, por los méritos de esa sangre que derramaste y seguís derramando yo quiero que me sanes, que me sanes de todos mis problemas físicos, psíquicos, todos mis problemas de salud pero Señor también quiero que sanes mi corazón porque ya no me parece que me de resultado para mi vida ser egoísta, cerrado, ya no es posible que siga maltratando a mis hijos, a mi esposa, a mi esposo o a los empleados que tengo en mi casa, no. Señor, yo hasta hoy creí que el mundo era de algunos pero cada día que pasa me estoy dando cuenta que el mundo es de todos, cada día Señor me estoy dando cuenta que esos empleados que tengo en mi casa, que trabajan para mi, tienen mi misma naturaleza, que la señorita que está ayudándome en los trabajos no es la muchacha sino que es la señorita mucama que me ayuda a hacer todas las cosas y por la cual y por cualquier empleado o cualquiera Jesús murió en la cruz tanto por ellos como por mi. Señor, si yo no empiezo a pensar de esta forma entonces yo soy burro y no aprendo nunca, cómo puede ser Señor que yo haya despreciado a mis hermanos por su condición social, porque tienen menos que yo, porque el color de la piel no es el color mío, porque la raza no es la mía, porque la religión no es la mía, cómo puede ser Señor que yo digo que te amo, que te amo tanto y me emociono cuando hago las etapas del Vía Crucis y lloro por el dolor que vos pasaste en la cruz y llego a mi casa y trato a mi esposa o a mi esposo, a mis hijos, a las personas que trabajan, a cualquiera, lo trato con indiferencia, con egoísmo, le doy lo que me sobra no lo que el otro necesita, lo miro como dicen en la pampa: como carne de cogote, Señor, me parece que no entendí nunca nada, no entendí Señor, mientras yo siga pensando que yo soy superior a los demás, mientras yo siga pensando que porque tengo dinero puedo hacer lo que quiero con mi vida y la vida de los otros, mientras siga pensando que porque tengo poder político, religioso o lo que sea puedo darme el lujo de basurear a la gente, Señor yo todavía no te conozco a vos, si yo procedo en esa forma todavía no te conozco y más vale saque de mi el concepto de cristiano porque no me cae bien, me cae mal Señor. Si yo sé que cerca de mi casa, a una cuadra, dos, cinco hay alguien que no tiene para alimentarse o no tiene remedios y ni me acerco para ver como está su salud o al menos decirle: buen día, como le va ¿mmm?, entonces Señor todavía no entendí nada tuyo ¿mmm?.
Ten compasión de nosotros Jesús, ten compasión de nosotros Señor, estamos enfermos Señor, no algunos, todos estamos enfermos, algunos mucho más, otros mucho menos, Señor pero todos los días tenemos que empezar de nuevo, todos los días tengo que empezar de nuevo Señor porque yo creí que te amaba Señor pero me parece que no, me parece que he sido demasiado egoísta, de que me creí superior, de que creí porque a lo mejor fui a la Escuela, o tengo un título o tengo un color de piel o lo que sea como dijimos antes me hace superior a los demás, no. En la medida Señor en que yo no acepte a cada uno de mis hermanos realmente como hermanos, yo lo que puedo menos hacer es llamarme cristiano.
Vos Señor sos amor, sos Misericordia, por eso Señor te pido humildemente, que a pesar de mis problemas, a pesar de mis cosas llegues a mi vida y me des todo lo que necesito para estar en paz, vivir feliz, estar alegre, poder educar a mis hijos bien. Señor, ayudame porque tal vez viví equivocado hasta hoy, tal vez le di demasiada importancia a algunas cosas y a las fundamentales no le di importancia Señor, pido disculpas Señor por toda mi vida y también te pido disculpas Señor por todos aquellos que se metieron en la vida de uno, en mi vida o en la vida de cada uno y trajeron injusticias, trajeron malos tratos, por ellos a lo mejor estamos padeciendo o hemos padecido montones de cosas feas. Estoy lleno de miedos Señor, de complejos, estoy lleno Señor de resentimientos, estoy lleno de odios Señor tal vez para aquellos que me hicieron y que no lo puedo tragar Señor a lo que me hicieron, pero vos ayudame Señor, ayudame para que empiece a ver las cosas desde otro ángulo.
En la vida Señor nos fue de una manera, a veces mal, a veces bien, la mayoría de las veces mas o menos, Señor, pero siempre hay un antes y un después y hoy justamente visitándote en este Santuario quiero que en mi vida haya un antes y un después a la visita que te hago Señor, yo sé que aquí pasan muchas cosas preciosas, que la gracia tuya sobreabunda, que los milagros son diarios, entonces Señor estoy esperando un milagro para mi vida Señor, saname de todas…, de todas mis enfermedades Jesús y también saname de mi corazón que no quiere entender tantas cosas, no puedo ser todavía un resentido, no puedo ni odiar ni pensar mal de nadie, ni tener una lengua filosa que pobre del que cae bajo de ella, ayudame Señor a vivir de otra manera, ya esto no me dio resultado, me llenó de enfermedades, me llenó de problemas, trajo a mi vida nada más que dolor, entonces yo quiero vivir de otra forma Jesús, así no, así no va más.
Señor, yo comprendo que todo lo que dijimos antes Señor no es que no tomemos conciencia porque seamos malos, no, directamente porque nunca nadie nos dice las cosas, aquellos que tienen que avisarnos o decirnos están ocupados en otra, aquellos que tendrían que informarnos no me tienen en cuenta, aquellos que tienen que poner el oído para escuchar mis penas me esquivan, Señor, así no, así no doy un paso más, no me las aguanto, voy a caer al lado del camino tirado como una cosa pero si estoy aquí Señor por algo debe ser, porque vos me trajiste Jesús acá sino no estaría yo en este lugar ¿mmm?. Tengo que dejar de pensar que soy el centro de todo Señor y pensar que soy uno más, que soy un hermano de los otros, que tengo que amarlos, ayudarle, mirarlos con cariño, saludarlos en la calle, ayudarlos en sus tareas, preocuparme de ellos y ocuparme mucho más.
Señor, yo sé que vos pensas que no soy malo, soy un poco descuidado, despistado o tal vez distraído, yo creí que mi mundo era chiquito, que se reducía a mi esposa, a mi esposo, a mis hijos y a algunos parientes pero me he dado cuenta Señor que el mundo es mucho más grande que todo eso, que había montones de personas que trabajaban de sol a sol sin ganar un centavo o muy poco o un poquito de yerba para hacer agua sucia y tomarla por la noche. Señor no es que yo sea malo porque no sé eso pero nadie me lo dijo, nunca, yo no sabía Jesús, yo no sabía que tenía que pensar tantos en los demás.
Dice Jesús:
Sí Mi querido, no hay nada más grande en la vida entre los hombres que entregar la vida por los amigos, porque si aquellos que están muy cerca en la carne y en los afectos no le es difícil pero aquellos, los demás, entregar la vida por ellos es realmente lo que Yo estoy buscando de cada uno y en este día Mis queridos, con la voz prestada de este hijo Mío les digo: la vida es larga pero no pierdan tiempo, no, no pierdan tiempo pensando tanto en ustedes, Yo les dije tantas veces que amar es cambiar de sitio el alma y saben ustedes que el amor hace bien a la salud y quien entrega su vida por amor a los otros se sana de todo, hasta de sus defectos y sus problemas.
Ya sé que vuestro pasado no fue bueno, hay mucho dolor en el pasado de cada uno pero Yo les pido que me entreguen todo a Mí porque de esa forma Yo lo voy a quemar con Mi amor para darles lo que necesitan para ser feliz, estar alegres y que la vida tenga sentido. Es tan fácil Mis queridos inclinar la cabeza y sonreírle al hermano que está cerca pero amándolo porque sino la sonrisa tiene poco valor, es una mueca dibujada en el rostro, Yo quiero que vuestros corazones estén a flor de piel, quiero que vuestra sangre circule por afuera de vuestra piel y no por dentro que no se ve. El corazón está en el centro del pecho pero Yo quiero que lo lleven en la mano porque de esa forma el corazón va a sentir más todo lo que hay cerca. Los ojos están puestos arriba en la cabeza pero Yo quiero que tengan miles de ojos en todo vuestro cuerpo para mirar a aquellos que menos tienen, menos pueden, a quienes menos se les da, a quienes no tienen fuerza, aquellos que envejecen con dolor, aquellos niños que se crían pálidos y tristes sin un poco de afecto, quiero que tengan en vuestro cuerpo miles de ojos para mirar esas cosas, que tengan centenares de oídos para escuchar todo el lamento de los hombres que están tristes, que no tienen qué comer, que nadie los ama, aquellos que creen que todo se puede conseguir con dinero, quiero que vuestros oídos escuchen el lamento, como Mi Madre y Yo les dijimos al comienzo hace diez años: no queremos caminar entre las flores que nacen de la boca de los muertos que murieron esperando una justicia que no les llegó de ninguna parte.
Yo quiero que a partir de hoy tu vida sea distinta, mirá a tu esposa con todo el afecto que se merece y vos mirá a tu esposo como el amante pero como el padre de tus hijos, mirá a tus hijos sin predilecciones, hijos miren a vuestros padres y no los apilen en cualquier lugar, háganlos vivir dignamente. Ustedes son buenos, como antes se dijo: no hay sombras en ustedes, a veces puede haber un poco de negligencia o también personas que estuvieron cerca y nunca les dijeron verdades pero hoy se las digo Yo con Mi propia persona en este lugar, persona humana y persona Divina, usando la voz de unos de Mis hijos, quiero usar la voz de todos ustedes, para eso es simple saber que tienen que desearlo, no se olviden que Yo hablo en cada uno de ustedes en vuestra conciencia, a cada instante pero la mayoría no me escucha, escúchenme, quiero que me oigan, quiero que escuchan vuestra conciencia cuando Yo les estoy hablando o Mi Madre les habla, tanto Mi Madre como Yo les hablamos a todos los hombres, esa es una promesa del Evangelio, no es novedad que Yo o Mi Mamá les estemos hablando, la novedad es que me estén escuchando, que me den un lugar en vuestras vidas, quiero vivir en vuestros corazones, quiero correr por vuestra sangre y no quiero que vuestras venas estén ocultas, quiero que corra la sangre a flor de piel y como dije antes: con el corazón en la palma de la mano para que sienta las inclemencias del tiempo, el frío, el calor, el dolor, la incertidumbre y todas las cosas que pasan en el mundo.
Mis queridos, cuando ustedes me contemplan en la cruz ¿no pueden pensar un poquito que toda esa sangre la derramé por todos y por cada uno de ustedes?, entonces, no me nieguen la entrada a vuestro corazón, Yo sé que ustedes lo hacen y lo hacen así simplemente diciendo: vení Señor, entrá en mí, yo quiero que reclines tu cabeza en mí hoy y siempre, pero sí me preocupa que aquellos que dicen tener la exclusividad de Mi palabra esos son los que no abren su corazón, esos son los que están más duros que piedra y más negro que una noche, noche. Si Mi amor alcanza para todo, ¿por qué no me abren el corazón?, ¿tienen miedo de perder privilegios o miedos de qué?, si lo que consiguen a través de Mí es el amor por excelencia y es lo único que los va a hacer superiores pero no a los demás porque todos son Mis hijos y Yo no veo nadie superior al otro, todos son iguales, creerse más es una ofensa muy grande para Mí, creer que alguno tiene privilegio o la exclusividad de Mi palabra es una ofensa muy grande para Mí.
Siento los golpes de los martillos, miles, millones, más que millones de martillos que clavan sus clavos en Mi cuerpo, no solamente en Mis manos y en Mis pies sino clavan en Mi cuerpo tantos filos con su egoísmo, con su corazón cerrado, con su vida estéril, creyéndose que están no sé en dónde y que son superiores a todos, lo único que hace superior al hombre es el amor y justamente al amar, como tantas veces aquí se dijo: el encanto de las rosas es que siendo tan hermosas no conocen lo que son, así quiero que vivan, como esas plantas sublimes que muestran toda su belleza y dan todo su perfume sin saber que lo hacen, sean así ustedes también. Les pido tan poco o nada a cambio de todo.
Todo el que escuche Mi palabra llévela a su corazón y la sangre la llevará a cada una de las partes de su cuerpo para llevarle la salud que necesitan porque no se olviden que Yo lo primero que busco es que cada uno se sane como lo hacía cuando estaba andando por las tierras en aquél tiempo. Quiero sanarlos, déjenme que pueda hacerlo, déjenme entrar en ustedes, déjenme entrar en ustedes porque quiero sanarlos, quiero darles todo lo que necesitan para ser felices, entréguenme todo lo que tienen, todo el dolor que han acumulado en el tiempo, déjenme todo aquí, no se lleven nada de vuelta pero háganlo con el corazón.
Los amo hoy y siempre, no se olviden que el mejor camino de la cruz que pueden hacer es recorrer la vida de vuestros hermanos que están necesitados de todo y sobre todo de amor, ese es el Vía Crucis que necesito de ustedes.
Y ahora Mi Mamá quiere decirles simplemente lo que les dice todos los días, cada noche cuando los hace chiquititos y los pone en sus brazos, sientan los brazos de Mi Mamá que los rodean, siéntanlos, el que me ama de veras siente los brazos de Mi Mamá y también cuando les dice:
Dice la Virgen María:
Arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón.
Sientan Mis queridos el calor de Mis brazos rodeando vuestro cuerpecito pequeño, siempre Yo los veo como si fueran niños, niños desprovistos de afecto, desprovisto de salud, desprovistos de todo, Yo los amo y quiero darles todo lo mejor, escuchen, escuchen: arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón.
Les amo, les amo, les amo.
Habla Artemio:
Cantemos al amor de los amores...