Oración del 15 de Marzo de 2005
Habla Artemio:
... porque dijo un día aquí hace ya diez años: tenés que ser el Celoso Custodio de Mis Mensajes entonces no tengo otra que hacer lo que hago ¿verdad?, y por otra parte Él dice que más uno lo conoce más lo ama, es decir el amor está en relación directa al conocimiento que uno tenga de algo, de aquello que uno no conoce no se da por enterado, no lo puede amar ¿mm?, bien.
Esta foto que ustedes ven no es algo pintado con fibra ¿eh?, es una foto sacada de
un Jesús que está en la Iglesia de Serrano, en la provincia de Córdoba y es un Cristo que sangra ¿verdad?, y esta fotografía así como la ven la sacaron las Hermanas Carmelitas Descalza que están en la Iglesia, al lado de la Catedral de Río Cuarto, ellas me la dieron, así como ustedes la ven esta fotografía, que yo hice ampliar un poco por supuesto y plastificar, bien. Esta imagen de Jesús es la imagen del Jesús sufriente, la miramos por un momento o por un tiempo pero después nos quedaremos con el Jesús triunfante, que es el Jesús resucitado, pero no nos olvidemos que el Señor pasó por todo esto y toda esa sangre que ustedes ven, que llega a tres litros la derramó por nosotros, con una gotita bastaba, pero Él derramó mucha más y la sigue derramando cada día, cada día sigue derramando su sangre. Ustedes habrán visto que aquí siempre cuando llega la oración, el que viene siempre sabe que hay unos perritos que necesariamente vienen ¿eh?, bueno, ¿saben que hacen esos perros?, que entienden mucho más que nosotros, son los que me ayudan a limpiar las heridas de Jesús, sobre todo las heridas de los pies, uno se encarga de raspar con los dientes y el otro que está allá atrás pasa la lengua, Jesús dijo: nada hay tan desinfectante como la saliva de un perro ¿mmm?. Entonces, desde que han hecho por primera vez eso ellos están siempre acá, llueva, caiga bigornias de punta o lo que sea, están siempre aquí por si uno los necesita para esto ¿no es cierto?, es una pena pensar que los animales son tan maravillosos y nosotros somos tan duros ¿no?.
Entonces, esta es la imagen del Jesús en la cruz y esta sangre que Él derramó es por cada uno de nosotros, bien, entonces por los méritos de esta sangre le presentamos al Señor toda la naturaleza, con todas las plantas y los animales porque dentro de la creación el Señor tuvo siempre especialmente en cuenta todo el mundo vegetal y el mundo animal ¿verdad?, no nos creamos que nosotros somos los elegidos, sí, dentro de la naturaleza los mejores porque tenemos inteligencia, etc., pero el Señor murió por todos en la cruz, hasta por esa simple gramilla que está ahí mostrando su verde, porque todo es creación del Señor, todo, absolutamente de todo, no algo nada más. Entonces tengamos cuidado hasta en las cosas más simples de no alterar el orden que el Señor imprimió en el universo, y al mirar cada una de estas heridas le vamos a pedir al Señor, esto lo vamos a hacer siempre ahora hasta la Pascua de Resurrección, de una forma o de la otra pero lo vamos a hacer, si Jesús murió en la cruz por nosotros pues bien, nosotros hacemos que todo lo que Él sufrió sea eficaz en nuestra vida, bien.
Si atendemos la herida del costado, pues bien, pensemos en todo lo que está cerca de esa herida ¿verdad? para ponérselo a consideración del Señor para que lo sane, entonces, en mérito a la herida del costado, en mérito a todas las patadas que el Señor sufrió en el abdomen y en la espalda te ofrezco Señor para que sanes en este día, te ofrezco mis pulmones, mi corazón, te ofrezco Señor para que sanes todo mi abdomen con los intestinos, grueso y delgado, mi estómago, el páncreas, el vaso, por supuesto en medio de todo el corazón como el motor que alienta nuestra vida y acordémonos también que no solamente para nosotros sino también para todas las personas que amamos y también para los que amamos y no nos aman y cuando pensamos en el corazón, no solamente con sus arterias y sus venas sino también pensemos en ofrecer el corazón de muchas personas que es tan duro, tan maldito y que tal vez nos haga pasar penurias ¿mmm?, es decir, los dos simbolismo, el físico y el espiritual ¿mmm?, bien.
Entonces todos mis órganos Señor los ponés en la herida del costado y en todos los golpes que recibiste en el abdómen Señor, también Señor atendiendo a esas patadas que te dieron y todos los lonjazos que te dieron en la espalda Señor, los golpes, pongo para que vos aplique los méritos de eso Jesús, pongo toda la piel de mi cuerpo, pongo toda mi columna vertebral, mi cadera, mis piernas, mis brazos, todo Señor, estoy repasando mi cuerpo en tu cuerpo llagado, si vos dijiste que la sangre derramada era para cada uno de nosotros, vos, vos, vos, vos, vos, yo, pues bien, estamos aprovechando esto Señor porque vos dijiste que querías ser eficaz en nuestra vida ¿mmm?, por los méritos de tus heridas y de tus machucones y moretones pasá sanando Señor todas las deficiencias que yo tengo dentro de mi ser, pasá sanando Señor, pasá sanando Señor, pasá sanando todo ¿mmm?, bien.
Si yo pienso Señor en tus brazos y en tus manos clavadas en la cruz ¿mmm? pienso en mi artritis, en mi artrosis, en el futuro mío en cuanto a que a lo mejor no tengo nada ahora pero más adelante me puede aparecer, entonces por los méritos de la sangre que derramaste en las heridas de los brazos y en las manos pasá sanando todo lo que se refiera a mis brazos y mis manos y también Señor si tus manos fueron tan generosas, porque fueron clavadas por mí, por vos, por vos ¿mmm?, entonces que nuestras manos sean generosas también en dar cosas. Los que más nos piden Señor es que no seamos egoístas en dar caricias a los demás, sepamos dar caricias a los demás, a nuestro esposa o esposo, a nuestros hijos, a todos aquellos con los cuales estamos en relación, toquemos a las personas con la finalidad de que nuestras manos le lleve un mensaje de amor a los demás, toquemos a las personas, bien.
Si pensamos en todos los escupitazos que recibió Jesús en todo su cuerpo y especialmente en su rostro, tengamos en cuenta, el escupitazo es una forma de menospreciar a los demás, de denigrarlos, pues bien, en mérito a todos esos escupitajos ofrezcamos todas las formas en que nos han denigrado a nosotros, a lo largo de toda nuestra vida, desde la cero hora hasta el día de hoy, siempre, las injusticias que sufrimos, las cosas que nos hicieron daño, el hambre que padecimos, no solamente el hambre de pan sino también el hambre de amor.
Entonces, por los méritos de todos esos escupitazos, eso salivazos, Señor para todos aquellos que nos denigran o nos denigraron, nos hacen daño, nos hacen mal, nos perjudican la vida y la vida de nuestras familias porque al hacerlo con uno lo hacen con todos los que uno ama, bien. En méritos a las heridas de las espinas en la cabeza, repito Jesús tuvo dos coronas, una en el huerto de los olivos que era de junco y la otra en el Gólgota, que eran de acacia, espinas muy filosas, más de setenta tuvo ¿no?, bien, entonces por los méritos cuidá nuestro cerebro Señor, todo lo que esté dentro de nuestro cráneo, que nunca envejezcamos Señor, que nunca tengamos ni infartos cerebrales, desórdenes en nuestra circulación cerebral, nada de eso ¿eh?, que permanezcamos jóvenes a través de los años y del tiempo, lejos de nosotros, el mal de Alzheimer, la vejez prematura, la demencia senil, todas las enfermedades mentales, esquizofrenia, neurosis y todas las psicosis, no solamente de nosotros sino de todos los que están anotados en los cuadernos que son como cincuenta y las miles, yo diría más de un millón de mensajes guardados muy celosamente para todas aquellas personas que están esperando en nuestras oraciones, que se aplique esto que estamos diciendo para todos, para todos. Los ojos, la nariz, los párpados, que los orzuelos, que todas esas cosas que aparecen, que las adenoides, que la sinusitis, todas las cosas que tienen allí su origen. Y si atendemos Señor todas las patadas que recibió, que te dejaron algunos dientes adelante nada más, bueno, te pongo todos mis dientes, mis encías, mi boca, te lo confío a las heridas esas que recibiste por nosotros, por supuesto la garganta, cada uno va enumerando los problemas que tiene en cuanto a todo lo que necesita para sanarse.
Cuando hablamos de la lengua, no solamente en cuanto a los defectos físicos sino también aquellos que reconocen que su lengua es muy larga y dice pestes de los otros entonces también que el Señor mida nuestra lengua ¿mmm?, bien, y así por supuesto atendiendo las heridas de la zona media ¿mmm?, porque Jesús recibió heridas en los testículos que fueron pinchados por los soldados romanos, entonces en base a todo eso la sanación completa y definitiva en la mujer de todos los problemas que puede tener la mujer ¿mmm?, que fibroma, que por supuesto todo lo relacionado con los órganos genitales femeninos, ovarios y conductos y todas las cosas, todo, todo, todo y por supuesto lo relacionado con esto que está en las mamas y en el caso de los hombres las tetillas, porque muchas veces los cánceres pueden aparecer en las tetillas y además por supuesto, todos los problemas de la próstata que es el drama de todo hombre con más de cuarenta años y todo lo referente a los riñones, los conductos de los riñones, la vejiga, todo, todo, todo. El que tiene problemas con eso por favor toque que es como si el Señor los estuviera tocando, todo, todo, absolutamente todo. Los problemas de impotencia sexual, es decir cuando no canta más el ruiseñor y no solamente las personas grandes sino también los que no son tan grandes porque es un problema muy general ese, el canto del ruiseñor ¿mmm?, bien, no solamente para hoy hay que pedir sino para el día de mañana porque orgánicamente el ruiseñor debe cantar toda la vida hasta el último momento, no hay por qué antes.
Pasa sanando Señor todo, todos los problemas de las piernas, de las rodillas, de las pantorrillas y de los pies, cada uno piensa en sus propias enfermedades y en las enfermedades de las personas que aman y además piensen también de no tener el día de mañana que los problemas de mala circulación, que las llagas en las piernas, que las várices, toda mujer por haber tenido hijos tiene várices en las piernas que es propio de la maternidad, pues bien ofrézcanla al Señor y por los méritos de esas heridas haga que todo se esté pasando ¿eh?, todo se esté pasando.
Pensemos en todo este cuerpo y ubiquemos todo aquello que está mas cerca a nuestros problemas y escondámoslo en las heridas del Señor y en cuanto a toda la pasión psíquica que pasó el Señor por haber sido abandonado por sus amigos, sus Discípulos todo, tratemos de que el Señor solucione y sane todos nuestros problemas en la vida de relación, con nuestros superiores, con nuestros inferiores, en cargo o lo que sea, que nada quede porque sí, que todo pase por la pasión del Señor, tenemos que morir con Él para...
Se terminó la cinta............