Mensaje del 19 de Febrero de 2005

Habla Artemio:

Bueno, vamos a ponernos en presencia del Señor, cuando dos o más estén reunidos en Mi nombre Yo estoy en medio de ellos, decía Jesús.

Señor Jesús, en este día y todos los días a que alcance nuestra vida, humildemente Señor nos ponemos delante tuyo para decirte la forma en que nos va en la vida, a todos nos va de una manera, a todos nos va de una manera por eso Señor en este día te presentamos todo nuestro pasado, antes de nacer, los nueve meses, ocho, siete, seis, toda nuestra vida en forma completa Señor para ir poniendo las cosas en claro porque vos dijiste Señor que había necesidad de que hubiera orden en nuestro cuerpo y en nuestra alma y de esa forma teníamos la salud, la normalidad.

Bueno y tengo que dejar de hablar yo porque aquí está con nosotros el Señor, la Virgen, los Santos, Ángeles por todos lados, Arcángeles, Querubines, Santos, Jesús está en el medio y a su lado, a la derecha tiene a San José y a la izquierda tiene la Virgen, la Madre y al lado de la Virgen está Santa Teresita y más allá está la Madre Teresa y más está el Padre San Pío de Pietralcina, después San Benito Abad, después San Martín de Porres, familiares míos, familiares de ustedes y al lado de Jesús San José y también está San Miguel, San Rafael y San Gabriel Arcángel, otros Ángeles, muchos Ángeles, Arcángeles, Querubines, otros Santos, está también el Padre Emiliano Tardiff, el Padre Gabriel Guillén, el que fue Cardenal de la Iglesia casi Papa Eduardo Pironio, hay otros más que no conozco.

Vamos a escuchar que nos dice el Señor en este día, no es tan común que Él venga cuando hay tanta gente, viene cuando hay pequeños grupos, se ve que los ama mucho a ustedes porque está aquí.

Dice Jesús:

Como en todas las Revelaciones hoy y a lo largo de la historia de la humanidad, por lo menos de la humanidad cristiana, siempre uso la voz de alguien para comunicar las cosas que creo necesario decirles a los hombres. Ustedes saben muy bien que el mes que viene hace diez años que aquí vengo todos los días y varias veces por día sin descuidar por eso el resto del mundo, vengo Yo y viene Mi Mamá y vienen los Santos.

Le pediría a Artemio que describiera nuestra vestimenta pero el tiempo no es tanto, ustedes esperaban una sanación y vengo Yo a hablarles, por eso, siempre hay que estar disponible para ver no lo que uno quiere sino lo que quiere el Señor.

Hijos Míos, si ustedes piensan un poquito con el corazón se van a dar cuenta que respirando el mismo aire que Yo respiro, sintiendo Mi calor, el calor de Mi Mamá, de Mi Padre Adoptivo y de estos Santos que ustedes ya saben, Santa Teresa de Calcuta representa al mundo Oriental, San Martín de Porres al mundo Occidental, Emiliano Tardiff los tiempos modernos, aunque todos hablan y dicen el pensamiento del Señor y para los tiempos primitivos, aunque hoy no está presente San Artemio que vivió en el siglo III, él cuando habló y habla lo hace por los primeros tiempos de la Iglesia.

Y ¿qué voy a decirles hoy?, que cuando el Señor habla ustedes pueden escuchar hasta los animales aturden con sus sonidos, el aire tiene otra frescura, se huelen perfumes en el aire y no ve el que no quiere ver, no oye el que no quiere oír, no siente el que no quiere sentir porque es tan fácil percibirme directamente o indirectamente.

Mis queridos, saben que en este momento ustedes son únicos en el mundo que están escuchando Mi voz y lo hago a ustedes depositarios de Mi palabra, aunque ustedes ni lo crean, ni lo piensen, ni lo sientan, suponiendo, pero desde hoy vayan donde vayan vuestra sola presencia bendecirá todo lo que miren, toquen, sientan, huelan, todo, les guste o no, eso es lo que ocurre cuando uno está en contacto con la Divinidad.

Quiero poner como Protector permanente de cada uno de ustedes a todos estos Santos que me acompañan, especialmente Mi Papá Adoptivo San José. San José tiene como privilegios especiales en el Cielo, con derecho por supuesto, y además en este día quiero consagrarlos a todos a Mi Corazón y al Corazón Inmaculado de Mi Mamá y Yo espero que ustedes digan Mis queridos lo mismo que dijo Mi Mamá cuando la visitó el Arcángel Gabriel pero no solo hoy, siempre: “he aquí la esclava del Señor, hágase en Mi según tu palabra”, en esa expresión está contenido el comienzo de la historia de la salvación del hombre, he aquí la esclava del Señor hágase en mi según tu palabra, las mismas palabras dichas al Ángel me gustaría que ustedes la dijeran, al menos cuando se acuerdan, porque eso como decirle: sí al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y decirle sí a la Divinidad es entrar plenamente en el proyecto del Señor, que como bien lo saben es un proyecto de amor y por lo tanto siempre termina bien.

Quiero que ustedes entiendan en profundidad todo lo que representa que Yo aparezca en este lugar en la pampa gringa y no de visita, porque con Mi Mamá hemos acampado aquí y como ya lo saben, cuando uno acampa no está de visita.

Teniendo en cuenta los regalos que le hizo Mi Mamá y Yo en el mes de Diciembre pueden tener tantos beneficios de todo que si vuestra fe es auténtica y sincera nada de lo que hay sobre la Tierra, material o espiritual les podrá ser negado, todo lo tendrán mejor dicho.

Escuchando Mi voz y teniendo aquí la presencia de Mi Mamá, Mi Papá y los Santos y los Ángeles y otros Santos considérense privilegiados porque ustedes están, por supuesto que inscriptos en el Libro de la Vida, es como decir: verán al Padre, verán a la Divinidad en la Bienaventuranza Eterna con tanto gozo que lo que más grande le puede parecer en la Tierra no es nada al lado de lo que tendrán.

Cuando Yo vine en este lugar hace diez años hice muchas promesas, y si bien las he ido cumpliendo a lo largo de los años tengo una especial ocupación de cumplir todo lo que prometí, por supuesto que a muchos no les parecerá muy grato porque Mi palabra es la palabra del perdón, Mi acción y algunos que andan por otros caminos se niegan al amor y en consecuencia se niegan al perdón, el mundo está tan necesitado del perdón, cada hombre está tan necesitado de perdón y más aún, cada hombre está tan necesitado de amor. Yo los veo andar bajo el sol o por las noches, Yo los veo con el manto de las estrellas o con el agobiante sol, todos los hombres y mujeres de todas las edades detrás de una migaja de amor porque el hombre no puede vivir sin amor. Mis queridos, Yo les ofrezco todo el amor, les doy todo el amor, todo lo que se habló hoy no es invento de este hijo Mío, se lo he dictado Yo, por ahí él duda si es el Espíritu Santo o quien es el que habla pero lo hace porque lo hace pero siempre es el Espíritu Santo que habla en este lugar, donde cada terroncito de tierra es Sagrado, donde se hizo un Templo, donde primero apareció el amor y después de aparecer el amor Yo dije: “aquí habrá un Templo”, al revés de como hacen, cuando hay alguien que se ama, que se aman mutuamente Yo digo: “aquí debe haber una Iglesia, aquí debe haber un Templo, aquí debe haber un oratorio y si esto es Mi obra Mis queridos, usando las manos de Mis hijos, porque todos los hijos han sido muy solícitos en armar todo esto en tan poquito tiempo entonces quiere decir que ustedes están en un lugar Sagrado, no es lo mismo que otras Iglesias, como les dice siempre Artemio: no es lo mismo porque en otras Iglesias Yo estoy pero aquí no solamente que estoy sino que aparezco varias veces en el día como un lugar elegido, aunque muchos crean que esto es un privilegio para alguien los que están cerca de todo esto saben la cruz tremenda que se padece en este lugar, ni por casualidad ustedes se imaginan, ustedes creen otra cosa tal vez como creen muchos pero no saben lo que es esto, ¿por qué?, porque Mis queridos cuando se ama a los demás se vive sangrando, cuando se ama a los demás se repite el sacrificio de la cruz donde hay que derramar sangre por los otros.

Por eso, más allá de los que se oponen a esto tienen que saber que nadie detiene a un hombre cuando el Señor le dio la fuerza para caminar y Yo los comprometo a cada uno de ustedes, ya sé que han venido aquí para la sanación de sus enfermedades, de sus familiares, de todos los que aman, de los problemas que tienen, de todo, todo, todo, eso también por supuesto pero Yo los comprometo a todos aquellos que quieren oír: el Señor te ama, Él no tiene en cuenta lo que hiciste porque Jesús es perdón, Jesús es Misericordia, Jesús es todo el amor al alcance de los labios, de los ojos, de las manos y del corazón.

Mis queridos, sientan que los estoy apretando contra Mi pecho porque quiero que sientan latir Mi Corazón, en este momento estoy apretando a cada uno de ustedes en contra de Mi pecho para que sientan como late el Corazón de Jesús, el Hijo de Dios y Dios mismo, óiganlo Mis queridos, sientan como los acaricio, sientan como les paso las manos por vuestras heridas, por vuestras enfermedades, como paso las manos sobre las enfermedades de vuestros seres queridos, los que ustedes aman y cuando vayan de regreso a sus hogares digan: el Señor me apretó contra su Corazón, Jesús pasó la mano por mi cara, por mi cabeza, por mi cuerpo, Jesús me hizo santo en un instante.

Los amo tiernamente, lo escuchan ¿verdad?, lo sienten ¿verdad?, lo palpan ¿verdad?, los amo Mis queridos, por lo tanto no solo por fuera sino por dentro entro en ustedes y pongo todo en orden, todo en orden, todo en orden y no solo vuestra vida sino la vida de los que ustedes aman y también de los que no aman tanto y se relacionan con ustedes, conviven, rezan, trabajan, estudian, se divierten, véanme como se dijo antes, como un hermano, como un amigo, como un compañero y como un Padre amoroso que está siempre dispuesto a darles todo lo mejor.

Los amo profundamente, son seres elegidos por Mí, seres que tienen la facultad de vayan donde vayan..., vayan donde vayan, piensen lo que piensen, hagan lo que hagan bendecirán todo y también pídanle a la Madre, Mi Mamá, Mi Mamá la Virgen que les conceda carismas, dones para que pueda ser la Santa Madre Iglesia como fue en los primeros tiempos, una comunidad de carismas, donde cada uno le da a otro lo que posee, los carismas no son privilegios de alguien, los carismas pueden tenerlos todos, solamente depende de que ustedes quieran, de que ustedes lo deseen firmemente. No se los dice otro que Jesús, el mismo que andaba por los campos o las ciudades, sanando a los enfermos, expulsando a los demonios y resucitando a los muertos, el mismo Jesús de las Bodas de Caná de Galilea, el mismo Jesús de la resurrección de Lázaro, el Jesús que cuenta la Parábola del Buen Samaritano, el Jesús que pone en boca del padre el perdón para el hijo pródigo, el Jesús que resume gran parte de todo en las Bienaventuranzas, el Jesús que desde siempre vino a salvarlos y no a condenarlos, el Jesús que los ama y les perdona hasta lo que ustedes quieran que Yo les perdone, soy el Jesús de las Bienaventuranzas, soy el Jesús de las Bodas de Caná de Galilea, el que devuelve la vista a los ciegos, hace caminar a los paralíticos.

A todos aquellos que quieren oírlo... (se dio vuelta la cinta) ..., acarició mi cuerpo, el Señor se metió dentro de mi haciendo todo nuevo, el Señor me sirvió de todas las piedras preciosas y gracias para que cada uno se sirviera a su antojo, desde hoy vuestra vida no será igual Mis queridos, nunca, porque si bien siempre estoy con ustedes hoy los he apretado contra Mi Corazón, les he hecho sentir como late este Corazón que ama a todos los hombres, sé que si lo eran algunos hoy serán todos discípulos y llevarán Mi palabra pero como les aconsejaron y les aconsejé Yo en el Evangelio: “háganse de amigos para que los reciban” y no piensen en otra cosa, no piensen en nada, piensen que Yo los estoy mirando al rostro, les estoy infundiendo Mi Gracia, les estoy otorgando toda Mi Misericordia, hoy y siempre, por los siglos de los siglos, a ustedes y todas las generaciones que vendrán, todas. ¿Son ustedes privilegiados?, claro, claro que sí, aunque ustedes ni se acuerden todas las generaciones que ustedes originarán tendrán todas Mis bendiciones y Mis Gracias, toda Mi Misericordia, porque este Mis queridos es el semillero del mundo del amor, porque aquí no había nada Mis queridos entonces Yo pude hacer todo.

Los amo, hoy y siempre, en la hora más serena de vuestra noche déjense apretar contra Mi Corazón, estoy tan ansioso de darles un poco de cariño, un poco por lo que ustedes tal vez piensan que les doy pero de Mi parte se los doy todo Mis queridos, todo Mis queridos y aquí está Mi Mamá también que los quiere quemar a cada instante con la llama que sale de su Inmaculado Corazón.

Les amo, les amo, cuando no estén bien o pasen cosas difíciles en vuestra vida escuchen estas palabras: te amo hijo Mío, te amo hijo Mío, todo se soluciona si estás conmigo, te amo hijo Mío, te amo hijo Mío.

Mi Mamá solamente quiere decirles lo que hace siempre, hacerlos pequeñitos como todas las noches y decirles:

Dice Nuestra Madre:

Arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón.

Déjenme que los acune en Mi pecho, soy la Madre de ustedes que los ama tanto, los ama tanto Mis queridos, déjenme que los acune como niños pequeños, hoy y siempre, arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón. Los amo, los amo, los amo, los amo.

Amén.

Habla Artemio:

Cantemos al amor de los amores, cantemos al Señor, Dios está aquí...