Mensaje del 26 de Enero de 2005

Dice Jesús:

Este discípulo que habla aquí todos en el Cielo sabemos que dice la verdad y aquellos que no lo escuchan demoran Mi palabra. Ustedes son los que tendrían que tener apuro pero no lo tienen.

“Estén siempre alegres en el Señor; se los repito, estén alegres y tengan buen trato con todos.
El Señor está cerca. No se inquieten por nada; antes bien, en toda ocasión presenten sus peticiones a Dios y junten la acción de gracias a las súplicas. Y la paz de Dios, que es mayor de lo que se puede imaginar, les guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, fíjense en todo lo que encuentren de verdadero, noble, justo y limpio; en todo lo que es fraternal y hermoso, en todos los valores morales que merecen alabanza. Pongan en práctica todo lo que han aprendido, recibido y oído de Mí, todo lo que me han visto hacer, y el Dios de la paz estará con ustedes” . Esto lo dice Pablo a los Filipenses.

Más aún Yo les digo: ¿qué es lo que ocurre Mis queridos?, siempre desde hace diez años ya, el próximo Marzo que les hablo, les hablo, les hablo y con palabras distintas y con actitudes diferentes les he dicho tantas cosas, pero vuestros corazones están endurecidos y a veces uno se pregunta ¿por qué tan endurecidos?.

Existe en todos aquellos que no escuchan Mi palabra o creen escucharla y creen llevarla, pero me duele, me duele la incomprensión de los que son “sabios” entre comillas, me duele la incomprensión de los que se dicen sabios, me duele la incomprensión de todos aquellos que creen tener Mi palabra y sin embargo cometen tantos atropellos en Mi nombre. ¿Se han dado cuenta cuántos atropellos en Mi nombre hacen todos los días?.

Si Yo usara vuestro idioma les diría: pobre de ustedes, pero como no uso vuestro idioma siento pena, mucha pena y uno se pregunta a veces qué es lo que ha endurecido tanto vuestro corazón. Las cosas son tan simples cuando uno está tomado de la mano del Señor y se vuelven tan complejas cuando uno quiere que todas esas cosas pasen por el cedazo de los esquemas que aunque se argumente otra cosa son esquemas personales de ver la realidad y de analizar, todo es muy dramático, creerse poseedor de la verdad exclusivamente cuando la verdad está soplando a cada instante de todos lados, pero la mayoría no, no quiere ver.

Siempre les vuelvo a repetir, Mi Misericordia alcanza para todos, incluso para aquellos a los cuales me estoy refiriendo.

Se acuerdan de la Carta de San Pablo a Timoteo cuando dice: Cómo deben ser el Obispo y los Diáconos: “si alguien aspira al cargo de Obispo, no hay duda que ambiciona algo muy eminente. Es necesario, pues, que el Obispo sea irreprochable, casado una sola vez, casto, dueño de sí, de buenos modales, que acoja fácilmente en su casa y con capacidad para enseñar. No debe ser bebedor ni peleador, sino indulgente, amigo de la paz y desprendido del dinero. Que sepa gobernar su casa y mantener a sus hijos obedientes y bien criados. Pues si no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo podrá guiar la asamblea de Dios?.
No se debe escoger a un recién convertido, no sea que el cargo se le suba a la cabeza y el diablo lo haga caer. Es necesario también que goce de buena fama ante los que no pertenecen a la Iglesia, para que no hablen mal de él y caiga en las redes del diablo” .

Quien tiene oídos para oír que oiga y quien tiene capacidad para sacar las conclusiones de esto que lo haga.

Analicen ahora toda vuestra vida a la Luz de lo que les digo, que lo tomo de las palabras de Pablo a los Romanos, acuérdense que ayer conmemoraron la conversión de San Pablo: “que el amor sea sincero. Aborrezcan el mal y procuren todo lo bueno.
Que entre ustedes el amor fraterno sea verdadero cariño, y adelántense al otro en el respeto mutuo.
Sean diligentes y no flojos.
Sean fervorosos en el Espíritu y sirvan al Señor.
Tengan esperanza y sean alegres.
Sean pacientes en las pruebas y oren sin cesar.
Compartan con los hermanos necesitados, y sepan acoger a los que estén de paso.
Bendigan a quienes los persigan; bendigan y no maldigan. Alégrense con los que están alegres, lloren con los que lloran. Vivan en armonía unos con otros. No busquen grandezas y vayan a lo humilde; no se tengan por sabios. No devuelvan a nadie mal por mal, y que todos puedan apreciar sus buenas disposiciones. Hagan todo lo posible para vivir en paz con todos. No se tomen la justicia por su cuenta. Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber: así le sacarás los colores a la cara. No te dejes vencer por el mal, más bien derrota al mal con el bien”...

Se corta la grabación................