Entonces, nuestra vida tiene que armarse en base a lo que decíamos recién, Jesús está entre nosotros, de las formas más diversas, con las formas de nuestros hermanos, tal vez es el que golpea la puerta de nuestra casa para pedir algo, tal vez es ese que hace sonar el mueble por la noche cuando uno está rezando, cincuenta formas diferentes, lo mismo que la Virgen, incluso hasta en los sueños aparecen tantas personas. Mensaje del 12 de Octubre de 2005
Habla Artemio:
Bueno, muy bien.
Por supuesto que todos venimos a buscar algo a este lugar, donde se venera la
imagen de Nuestra Señora y la de su Hijo Jesús, Dios, hecho hombre. Entonces, hagamos un pequeño esfuerzo para ponernos delante del Señor y de su Madre y pensemos que todo lo que estamos escuchando el Señor es quien lo dice, porque si todos sabemos que el Señor habla en nuestra conciencia y si tenemos buena disposición para ello ¿eh?, entonces lo lógico es que Dios está hablando ¿mmm? y por otra parte, siguiendo las palabras de Jesús dijo: “cuando dos o más personas estén reunidas en Mi nombre Yo estaré en medio de ellos”.
Bueno, si nosotros pensáramos en Dios Padre, pensaríamos tal vez en una luz enorme o algo por el estilo, pero no le podemos dar forma, por ahí alguna estampita aparece como un hombre viejo porque si tiene barba y blanca parece un hombre viejo ¿no?, pero son formas en que uno…, pero Jesús se encarnó en la panza de María, de la Virgen y tiene forma de hombre, pero también es Dios ¿mmm?, bueno.
Por eso decía recién yo ¿mmm?, cuando dos o más estén reunidos en Mi nombre Yo estaré en medio de ellos, y cualquiera lo puede ver si quiere cualquiera lo puede ver, cualquiera, a lo largo de la historia todas las personas cuando se reunían en oración sabían que el Señor estaba entre ellos y entonces no les costaba mucho esfuerzo en verlo entre ellos ¿verdad?, pero a medida que van pasando los tiempos, las cosas van cambiando, todo se hace más conversable, más visto, más…, y entonces nos resulta más difícil verlo al Señor entre nosotros ¿mmm?, pero yo estoy seguro que más de una vez algunos de los que golpearon la puerta de vuestra casa pidiendo un poco de comer o algo era Jesús, pero como uno cree que es un linyera o una persona que tal vez viene a vendernos algo uno lo mira con otra cara, yo estoy seguro que a la casa de ustedes más de una vez habrá golpeado Jesús y les habrá pedido algo y ustedes no lo vieron, como dice San Juan en el Evangelio: “estoy entre ustedes y no me ven”, ¿qué pasa?, ¿por qué no veo? ¿mmm?.
Ahora, y ustedes dirán: ¿y qué importancia tendrá verlo o no verlo?, qué importancia tendrá que aunque sea en nuestra imaginación ¿no es cierto? lo tengamos presente ¿mmm?, de cualquier forma, puede ser así o puede ser con un hábito, una túnica o lo que sea, o vestido con pantalones como los nuestros, porque va a estar desactualizado Él ¿no es cierto?, bueno.
Entonces pensemos en eso, Jesús también es Dios, pero un Dios que toma carne en el cuerpo de María Santísima ¿verdad? y nace como un hombre, anda por el mundo como un hombre y lo matan como se lo mataban a los reos en ese tiempo, como a cualquier hombre y le sale sangre como a cualquier hombre ¿mmm?, y ustedes dirán: ¿por qué dice todo esto?, y porque cuando uno tiene a alguien cerca que lo puede ver, o tocar, oler o sentir, estamos como más tranquilos porque si esto lo toco es porque tiene forma ¿verdad?, si lo huelo es porque da olor o perfume ¿verdad?.
Entonces, cuando uno dice: cuando dos o más estén reunidos en Mi nombre Yo estoy en medio de ellos ¿mmm?, tenemos que hacer un esfuerzo para adaptar nuestra mente para que realmente ver al señor en medio de nosotros y si no podemos verlo a Él en forma concreta, vestido como a lo mejor nosotros nos imaginamos pero Él nos dijo que iba a estar en cada uno de los hombres ¿verdad?, entonces de repente podemos darnos cuenta que quien tenemos sentado a nuestro lado es Jesús, o mejor dicho todavía, tenemos que llegar a la conclusión de que quien está sentado a nuestro lado es Él, ¿y cómo?, claro, que sí, porque Él nos dijo con claridad que se iba a quedar con cada uno de nosotros, Él nos dijo con claridad que iba a hablar en nuestra conciencia todas las veces que lo necesitáramos, Él fue muy claro cuando dijo que se quedaba para siempre entre nosotros de la forma que sea, puede ser directamente o como Espíritu Santo, pero como me decía una señora hoy ¿mmm?, que invocaron al Espíritu Santo, una señora de Rosario y con tanta fe que en la ventana golpeó en la ventan una paloma inmensamente blanca y era una paloma dice ella porque hasta nos permitió sacarle fotos ¿verdad?. Normalmente en Rosario, todos sabemos, que el Parque Independencia tiene miles de palomas pero no hay ninguna paloma blanca, porque ustedes saben que cuando las palomas se cruzan tanto se hace un color común, gris todo, sin embargo la paloma que fue a la ventana era tremendamente blanca y no solamente eso sino como para decir: si lo cuentan le van a creer le pudieron sacar una foto también ¿no?. Bueno, porque al Espíritu Santo se lo representa con una paloma, o se lo puede representar de muchas formas, o con algún perfume o con alguna, es decir de montones de formas diferentes ¿eh?, bueno.
Entonces, nuestra vida tiene que armarse en base a lo que decíamos recién, Jesús está entre nosotros, de las formas más diversas, con las formas de nuestros hermanos, tal vez es el que golpea la puerta de nuestra casa para pedir algo, tal vez es ese que hace sonar el mueble por la noche cuando uno está rezando, cincuenta formas diferentes, lo mismo que la Virgen, incluso hasta en los sueños aparecen tantas personas. Entonces no nos hagamos así que nos extrañamos de las apariciones de Jesús y de la Virgen, es muy común verlo al Señor y más común todavía cuando uno ve en el rostro de cada persona, de cada hermano el rostro del Señor, ¿no les parece a ustedes que el mundo andaría de muy diversas formas o de manera muy distinta si nosotros viéramos que cada uno de las personas tienen su rostro, tienen su rostro la forma del Señor? ¿mmm?. Yo les estoy hablando a ustedes porque supongo que ustedes son creyentes y que vienen acá porque son creyentes y creen en todas las cosas que la religión sostiene sobre esto.
Entonces, una cosa es creer ¿no? y otra cosa es que esa forma de creer ¿no es cierto? se concrete en la realidad, si alguien viene y me dice: lo vi a Jesús caminando en tal lugar, yole digo: claro, seguramente el Señor se manifestó en vos, claro que sí, la cara de la persona que vino a pedirme, no sé tenía algo raro, y sí, seguramente Jesús era, podría citarle montones de ejemplos en los cuales Jesús golpea las puertas de las personas y se manifiesta ¿mmm?; ustedes dirán: ¿y todo esto, esta conversación a qué nos quiere llevar?, ¿dónde va a terminar esta conversación que estamos teniendo?, no va a terminar en ningún lado, es decir ni todavía comenzó, pero si Jesús está entre nosotros, si tiene forma humana, si vemos que tuvo heridas y de esas heridas sangró, si vemos que tuvo almuerzos y cenas con sus compañeros e hizo lo que hacemos nosotros que cuando se tiene hambre se come ¿mmm?, entonces tenemos aquí la imagen de un Dios que no está lejano y que es una luz enorme o algo así sin forma, tiene forma, está entre nosotros, lo que pasa es que somos lerdos para mirar, dice San Juan, refiriéndose a Jesús: “estuve y estoy entre ustedes y no me ven, ¿qué pasa que no me ven?”.
Hoy a la siesta, la Madre, la Virgen, en una charla que tuvo, porque vienen a
cualquier hora viste, ellos parecería que no miran si uno cenó, almorzó, nada, como del otro lado ni se cena ni se almueza porque todos están sustentados sin necesidad de comer, digo esto nomás por decir, bueno, estuvo a la hora de la siesta y habló bastante y en un momento dado…, si ustedes no me entienden por favor les pido que me digan y yo les voy a explicar de nuevo, cosa que todavía yo no sé si entendí bien, cuidado ¿mmm?, yo les explico lo que entendí, dijo María que nosotros nos encontramos en el mundo con muchas formas de conocer, conocemos como es una planta, una flor, una persona, un paisaje, etc., ¿verdad?, también conocemos las cosas que no están visibles pero que tienen existencia ¿mmm?, por ejemplo si yo digo tres, tengo que decir tres personas porque el número tres solo no existe, yo lo tengo que dibujar al tres, pero sí puedo decir: aquí hay tres personas ¿mmm?, bueno ese es otro tipo de conocimiento. Ahora, la Madre habló de esto y es la primera vez que lo hace aquí en diez años, habló de que todos tenemos una naturaleza humana, ¿quién lo duda?, nadie, si yo te pellizco: vos me decís, no, deje de joder, si yo te doy una patada me vas a decir: me duele, si yo te clavo una aguja me vas a decir: no, no me esté pinchando con la aguja, bueno. Entonces todos tenemos una naturaleza humana que nos hace sentir, por eso si hace frío nos abrigamos, si hace calor nos desabrigamos, etc., entonces todos tenemos una naturaleza humana, de eso nadie puede dudarlo ¿verdad?, porque es comprobable, pellizcándose nomás, ya se sabe, bueno, pero la Madre hoy habló de una segunda naturaleza, por eso ya nos metemos en un terreno un poquito más difícil, pero si la Madre lo dijo por qué no se los puedo decir a ustedes, si están dentro de los Mensajes que es para todas las personas, y a qué se refiere la Madre cuando dice: podemos tener una segunda naturaleza, hace referencia la Madre a que cualquier persona si quiere ¿verdad? puede entender montones de cosas que los demás no entienden, pueden saber un montón de cosas que los demás no saben ¿mmm?. A ver algún pequeño ejemplo para ilustrar, por ejemplo, el bebé de dos meses no hace ningún ruido sin embargo la madre sabe lo que está expresando el bebé, si le duele algo, si no le duele, si está bien, si está satisfecho, si está contento, si eructa, si hace el provechito después de tomar la teta o la mamadera ¿verdad?, hay una forma de expresión ¿vedad?, que aunque no haya palabra se entiende ¿verdad?, bueno, y la Madre va más lejos cuando dice: así también pasa con las cosas del Señor, todos pueden hacer uso de una segunda naturaleza para entenderse con el Señor, para hablar con el Señor, para no solamente para hablar sino también para explicarle todas las cosas que nos pasa; ustedes dirán: pero si eso lo hacemos, parece que no, no lo hacemos, ¿saben por qué?, porque sino no nos desesperaríamos cuando estamos enfermos o nos duele algo o lo que sea ¿verdad?, no.
Si nosotros usamos esa segunda naturaleza que es una forma de conocer al Señor ¿mmm?, entonces todo se vuelve diferente, entonces yo no me puedo poner a decir: Padrenuestro que estás en los Cielos, santificado sea tu nombre, ni Dios te Salve María…, sino directamente: Señor, mirá, aquí estoy, esta es mi realidad, yo tengo en mis huesos, o en mi sangre, o en mis ovarios, o en mis ojos o lo que sea, este tipo de problema, Señor, tu naturaleza humana hace que vos me entiendas muy bien qué te estoy diciendo, entonces Señor sanámelo ¿mmm?. La Virgen apunta a todo tipo de conocimiento, pero la Virgen hoy, a la hora de la siesta, cuando estuvimos grabando, apuntaba justamente a esto que seguramente quería que se los dijera a ustedes sino no me lo va a decir a esa hora ¿mmm?.
Piensen un poquito, una cosa es rezar, yo le rezo un Rosario a la Madre, o le pido al Señor fijate que, y otra cosa es abrirme de una manera tal que sienta que se mete dentro de mí ese ser que se llama Jesús, o su Mamá entra dentro de mí, hasta si quiero puedo sentir que abre mi carne, mi piel, abre el tumor que tengo en la panza, o abre mi cabeza o abre mis ojos y se mete dentro ¿mmm?. La Madre dice: el que quiere puede hacerlo, ahora yo digo: ¿ustedes se han dado cuenta de esto?, que muchas veces la gente está enferma pero no quiere sanarse, montones de veces: y total dicen, y con los años que tengo, y quién vio, si nadie vio con esta enfermedad ¿eh?, y los huesos ya no se pueden más reformar, están torcidos ¿eh?. Es decir nosotros somos los que no creemos en la posibilidad de la sanación pero para Dios no hay ningún problema, si no pregúntenle a esa señora de Ballesteros que tenía las piernas torcidas y de repente ella vio que se le enderezaban; ustedes dirán: ¿pero cómo?, y sí, y salió corriendo, estaba en una silla de ruedas, salió corriendo, porque ella usó esa segunda naturaleza de la que habló hoy la Virgen para tener con el Señor un trato muy íntimo, eso es lo que nos falta a nosotros con el Señor, con su Madre, decimos con Dios pero como Dios Padre no lo podemos ver y el Espíritu Santo nos cuesta más porque tiene que asumir forma de esto, o de lo otro, o de lo otro…, che cuando yo miro el reloj es por ustedes no por mi, no porque una vez dijeron que no les gustaba que mirara el reloj porque parecería que me quería apurar, noo, por favor.
Entonces, la Madre dice: que distinta sería la vida de todas las personas si tomaran en cuenta que pueden tener esa segunda naturaleza, una naturaleza es esta que tenemos, nos pellizcamos y sentimos, nos tocamos y sentimos y la otra, esa segunda naturaleza de la que habla la Virgen es abrir la mente, abrir el corazón ¿no es cierto? para decirlr a Jesús: entrá Señor, tengo una herida ¿por qué no conecto esta herida con una de las manos tuyas que sangran o con los pies para que vos me cambies la sangre y me la limpies del cáncer que tengo, pero diciéndolo en serio, creyéndolo, no como si uno estuviera recitando algo.
¿Ven?, nosotros posiblemente no sepamos rezar, no, nosotros recitamos las cosas pero no, Jesús dice que nosotros podemos pedirle a Él diciendo: Padrenuestro que estás en el Cielo ¿verdad?, bueno, muy bien, pero también Jesús habla del hombre de oración, es decir aquél que se cierra en su interior, Él dice en su cuarto ¿no?, se cierra en su interior y habla con su Creador, y así como la mamá entiende el lenguaje del bebé que tiene dos meses ¿verdad?, aunque sean nada más que balbuceos, así también Jesús y la Virgen entiende el lenguaje nuestro. Yo te pregunto, ponete una mano en el corazón y decime: si vos con toda la fuerza de tu alma, creyendo firmemente en lo que estás haciendo le decís: Madre, mirá lo que me pasa, yo no sé si será la hora que me llegó para morirme, pero todavía yo no quiero morirme porque me gusta estar en la Tierra, por mi familia, por mí mismo y por todos, entonces Madre metete no sé por dónde Madre metete, o Jesús, no sé dónde pero entrá y saname ¿mmm?.
Pensando así llegamos a la conclusión que no hace falta que yo esté aquí adelante para decir cosas porque tenemos que entendérnosla con Jesús, ustedes dirán: ustedes habla en forma teórica porque le contaron cosas, noo, querido, hace meses yo estuve del otro lado y volví, no te hablo en forma teórica ¿mmm?, cuando ya nadie pensaba que sí yo volví y punto. Vos decís: ¿y de qué forma?, y hoy la Virgen me lo explicó, usando esa segunda naturaleza, es decir algo que va más allá del cuerpo ¿verdad? y me hace entender ¿verdad?... (se dio vuela la cinta)…, y me sigue amando todos los días, quiere para mi todo lo mejor y a veces yo soy un obstáculo porque no lo dejo hacer a Él en mi vida, en mi cuerpo, en mis enfermedades.
Vení Jesús, vení, entrá dentro de mí y cuando vaya a la sala de operaciones yo te voy a dar la mano Señor, una a vos y otra a María Santísima y cuando me estén operando yo sé que vos vas a estar mirando todo para que nadie se olvide de nada. Señor, ya sé que hay muchos aparatos que controlan cómo funcionan el corazón del hombre, pero yo quiero que vos controles mi corazón Señor, vos lo manejes Señor, vos lo hagas latir Señor, ¿hasta cuándo?, hasta que a vos te parezca Señor, porque yo en este día me ofrezco plenamente, me doy Señor a vos, me regalo a vos, no quiero pensar en nada mío, en ningún interés mío porque vos lo pensás por mí Señor. Entonces así me regalo a vos Señor, me regalo con todas mis fuerzas y mañana me voy a regalar de nuevo porque ya mañana, teniendo en cuenta esa segunda naturaleza que habló María, voy a estar un poquito más sabio en eso y voy a poder hacer mejor las cosas, pero hoy con lo que siento me ofrezco a vos Señor.
Que bien me siento Señor, siento que tus manos están pasando por todas las partes que mi cuerpo está dolido, está dolorido, yo veo Señor con qué amor estás pasando también sobre todas las heridas que recibí a lo largo de toda mi vida, porque vos viste Jesús que a pesar de que me sonrío, voy y vengo todo está muy bien, pero vos sabés Señor cuánto sufrimiento hay en nuestra vida.
Pero hoy tengo unas ganas de dártelo todo Señor porque sé que con ese
sufrimiento vos vas a hacer cosas hermosas, porque vos no querés que yo sufra Señor pero lo que sufro Señor yo te lo ofrezco porque sé que yo tengo naturaleza humana también, que le duele un pinchazo o un golpe, y si eso ocurre yo te lo ofrezco Señor, no voy a pensar por qué me lo diste, me fue así, me pasó esto, me golpeé.
Señor, quiero que te apoderes de mi corazón, de cada uno de los latidos de mi corazón y en cada bombeo que él hace, cada vez que bombea sangre a todo el cuerpo yo sé Señor que vos vas a estar en esa sangre llevando la sanación a todos los lugares de mi ser porque tal vez algunas cosas yo las sé pero de otras cosas aún todavía no las conozco, pero vos sí las sabés Señor. Quiero estar en intimidad con vos Señor, te estoy descubriendo, estoy descubriendo como tus manos me acarician, tu mirada enciende fuego dentro de mí y la sangre de tus heridas me están empapando Señor. Que feliz me siento de ser tu hijo Señor, que feliz tener una Madre como la que tengo, la que me dio la vida y tu Madre Señor, dos madres tenemos, una nos cuidó en la Tierra y la Virgen que nos cuidó en la Tierra y nos sigue cuidando después.
Me siento feliz Señor porque yo llegué a este lugar y pensaba: cuántas Ave María voy a tener que decir para ver si me puedo sanar, cuántas cosas voy a tener que hacer para lograr convencer al Señor, convencerte de que me sanes y ahora ya estoy convencido Señor porque te siento correr dentro de mis venas, sé que estás llenando mis ojos, sé que estás pasando por mis huesos y los estás rejuveneciendo, siento Señor que alisás mi piel y que si hay algo que no está bien lo disolvés en un momento Señor y tanta quiero que sea mi intimidad con vos Jesús que hasta mi pierna torcida tiene que enderezarse, el dolor más fuerte tiene que pasarse, porque vos me querés como un hijo, porque soy hijo tuyo y en consecuencia vos querés que yo sea feliz, que me acueste por las noches Señor y pueda decirte: cuánto te amo Señor, cuánto te amo, tal vez no tenga nadie cerca ni que me alcance una copa de agua pero si estás vos Señor todo lo tengo resuelto, cuánto te amo Señor, cuánto te amo Señor y mientras estoy conciliando el sueño vos estás allí de pie o con las manos puestas sobre mí para darme todo el calor que necesito y todo el amor que me hace falta.
Cuánto te amo Señor, cuánto te amo y yo sé que me amás tanto Jesús que ya, aunque los médicos me digan otra cosa yo sé que vos has pasado sanando todo lo que a mí me ocurre, tal vez tengan que operarme, tal vez tenga que hacer esto porque vos me hablás también por mano de los médicos, pero vos ya me has sanado Señor. Quiero escuchar Jesús la voz de tu Mamá cuando dice que la amistad y la intimidad con vos y con ella tiene que ser nuestra segunda naturaleza.
Al sentir esas gotas de agua que caen suavemente estoy pensando Señor en las gotas de sangre que salen de tus heridas y al caer sobre mi cuerpo lo están llenando de Luz, porque sé que me voy de este lugar totalmente convencido de que ya nada malo hay en mi cuerpo y no solamente en mi cuerpo sino en el cuerpo de todos aquellos que amo y si todavía no estoy tan convencido Señor yo sé que vos me vas a dar la fuerza para que ya mañana me levante más convencido, más convencido, porque tengo que hacer lo que dijo tu Mamá, todo el amor tiene que ser tanto y la intimidad tan grande para que sea una segunda naturaleza. Ya no tengo sangre mía porque vos haz mezclado la tuya con la mía, ya no tengo más músculos porque vos has mezclado tus músculos con los míos, tus huesos con mis huesos, tus ojos con mis ojos y tu caminar con mi caminar Señor.
Que feliz me siento Señor, que feliz me siento porque sé que vos me vas a dar todo esto que estamos diciendo porque nadie como vos paga las promesas y vos dijiste: nadie viene a este lugar y se va como vino.
Yo te doy gracias Señor porque sos mi Papá, yo te doy gracias Señor porque, porque me amás desde siempre, yo te doy gracias Señor porque ya cuando era una célula nada más en la panza de mamá ya tenías vos tu proyecto de qué iba a ser mi vida. Cuánto me amás Señor y cada momento que pasa voy descubriendo más cuánto te amo Señor y cuánto me resulta fácil hasta las cosas más difíciles e imposibles.
Te amo Señor, te amo, este día y siempre, yo sé que no tenés en cuenta las cosas malas que hice porque vos sos la Misericordia y entonces todo eso ya pasó, ya es historia y estás conmigo amándome sin tener en cuenta nada de las cosas malas que pude haber hecho. Quiero vivir con vos Jesús, quiero vivir con vos Virgen Santa, estar siempre con ustedes y lograr esa segunda naturaleza de una amistad constante, de una intimidad cada vez más intensa, hasta que llegue el último día Señor que será precioso, porque será la culminación de una vida feliz y llena de alegrías, rodeado de los afectos de todos aquellos que se fueron criando a mi lado, gracias Jesús por todo, gracias Virgen Santa, gracias Señor, gracias.
Te decimos Señor humildemente: cantemos al amor de los amores, cantemos al Señor, Dios está aquí, venid adoradores adoremos al Cristo Redentor. Gloria a Cristo, Jesús. Cielos y Tierra, bendecid al Señor. Honor y Gloria a ti, Rey de la Gloria, amor por siempre a ti, Dios del amor.
Ahora voy a pasar dando la bendición a cada uno, piensen en todas las personas que les han encomendado oraciones o peticiones, piensen en todos…
Se corta la grabación…………