Oración del 06 de Diciembre de 2004
Habla Artemio:
... Señor, toda una vida casi para decirte lo mismo Señor, ¿qué es lo que te decimos?, pensamos cuando vos llegabas a cualquier lado Señor y lo primero que decías era: “¿dónde están los enfermos que quiero sanarlos?”, aquí están Señor los enfermos porque aunque tal vez no tengamos una enfermedad terrible en nosotros, todos estamos enfermos de algo, y nadie me lo puede negar eso ¿eh?, sobre todo nos falta afecto de los demás y a veces hasta de nosotros mismos porque no nos amamos, no nos queremos, nos miramos al espejo y nos vemos mal.
Todos Señor andamos mendigando un poco de afecto de los demás y sobre todo de los que tenemos cerca, porque en última instancia Señor, todos somos como huérfanos que necesitamos de tu auxilio para poder hacer nuestra vida más llevadera, nuestra vida más vivible, nuestra vida más buena, alegre. En tu nombre Señor y en esta sanación Jesús no solamente nos acordamos de nosotros sino que también tenemos en cuenta a todos aquellos seres que nosotros amamos, estén cerca o estén lejos, para aquellos que aún tendrán niños ya estamos amando esos niños que vendrán, que nosotros no los conocemos aún pero que ya vos Jesús sí los conocés, porque vivís en un continuo presente y también Señor sentimos la necesidad de amar a todos, porque en el fondo esa es nuestra gran necesidad, los grandes dramas de la vida se fundan sobre todo en la falta de afecto, en la falta de amor. ¿Qué es una mala atención en una enfermedad?, falta de amor, ¿qué es no resolver un problema por equis motivo?, falta de amor, ¿qué es...?, y así podríamos enumerar tantas cosas.
¿Cuándo los seres humanos no se entienden, se insultan, se pelean? cuando no los amamos, porque sino incluso seríamos tolerantes con sus defectos si los amáramos como hermanos sabiendo de que nadie hay culpable sino que los seres humanos somos ignorantes, enfermos, no sabemos, somos despistados, es decir, nadie es malo porque sí, siempre hay alguna causa que genera que a veces obremos mal con los demás.
Entonces Señor, yo quiero entrar en la órbita, en el mundo, en la dimensión de tu Misericordia Señor, ya lo decís vos en las Bienaventuranzas hace dos mil años: “bienaventurados los misericordiosos porque tendrán misericordia”, ¿y qué es la Misericordia?, vos mismo la definiste Jesús: como el amor obrando, actuando, funcionando. Te pedimos Señor que así como sos Misericordioso vos con nosotros, nosotros lo seamos con nuestros hermanos, con todos nuestros semejantes porque vos Jesús todos los días nos llamás a una fe adulta, sincera, buena, una fe que realmente va a lo esencial no a las pavadas Señor, como vos decís: “no quiero sacrificios de los hombres, quiero bondad”, está tan claro eso en las Epístolas que brilla sobre todas las cosas. Entonces, si Jesús dice que no quiere sacrificio y quiere bondad, ¿quiénes son algunos hombres para pedirnos sacrificios de todas clases y quiénes somos nosotros para hacerle hacer a los demás sacrificios?. Si el mundo tiene seis billones de personas y cuatro billones se acuestan todas las noches con hambre, seguramente es porque las cosas no están bien organizadas sino eso no tendría que ocurrir.
Cuando vos Señor por boca del Padre dijiste después de crear todo y crear al hombre: “aquí tenés el mundo, dominalo” ¿mmm?, pero dominar el mundo no es dominar a los demás hombres y hacerle pasar injusticias o lo que sea de malo. Por eso Señor, necesitamos Señor ser misericordiosos, en consecuencia hacenos entender la real dimensión de la Misericordia, tu Madre viene aquí Jesús, tu Mamá viene como Mensajera del Espíritu Santo para que podamos entender tu Misericordia Señor, el mundo va a marchar de otra manera cuando podamos entender Señor el alcance de tu Misericordia.
Por eso Jesús, la primer sanación que debe entrar en nuestra alma es la sanación de querer empezar una vida nueva donde uno entra en paz con todos, deja de pensar mal de los demás y empieza a vivir de otra manera, así espontáneamente como crece el pasto o flores en las plantas, así espontáneamente, lejos de todo lo que sea perturbación del ser humano, Señor porque en la medida en que uno perturba a los demás no está creyendo en vos Señor, tantas veces decimos: Señor, Señor pero en el fondo no te damos cabida Señor, por eso vos decís con dolor: “que las aves del campo tienen sus nidos, hasta las fieras tienen sus madrigueras y el Hijo de hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”, eso significa que tantas veces decimos: Señor, Señor, pero no te damos lugar en nuestra vida, no te damos lugar en nuestra vida. De la boca para afuera expresamos nuestros afectos pero no te dejamos entrar Señor y eso también hace que nuestros defectos no te dejen entrar, si uno se la pasa hablando, diciendo, pensando, como decíamos antes: mal de los otros no te podemos dar entrada a vos Señor porque vos pensás exactamente lo contrario.
Por eso Jesús, yo y cuando digo yo cada uno de ustedes, quiero sanarme de todos mis problemas, de todas mis angustias, mis dolores, mis recuerdos terribles, los fantasmas del pasado, las cosas que nos hicieron, me hicieron mucho daño ¿mmm?. Estoy tomando la voz de cada uno de ustedes y de aquellos que ustedes aman, ¿quién no tiene montones de cosas para decir?, muchas uno se acuerda pero las otras no, sobre todo ya en la panza de mamá y cuando éramos pequeños está lleno nuestro cuerpo y nuestra alma de montones de moretones Señor de todas las injusticias que hemos padecido, no solo nosotros sino nuestros hermanos, aquellos que amamos y Señor se vive ofendiendo y masacrando tu Cuerpo Místico Señor, que somos todos los hombres.
Este día Jesús y todos los días a que alcance nuestra vida hemos decidido Señor seguir tus pasos, mirar los Cielos que vos mirás, estaciarnos en los horizontes que vos contemplás Señor, lleno de todos los hombres, sobre todo de aquellos que menos tienen, menos pueden, nada saben, no son amados, no son recordados; es decir Señor, todos los que están al margen de todo lo bueno, por esos viniste vos al mundo especialmente Señor y si vos viniste por todos los que están al margen, en consecuencia la prioridad, es decir lo primero que uno tiene que pensar es en ellos y no sé si uno puede hacer mucho o poco ya por ellos pero sí al menos darles entrada en nuestro corazón, así simplemente, entrada en nosotros para sentir a los demás como hermanos, porque somos hijos tuyos, herederos de tu Gloria Señor.
Todo lo que pueda decirse más allá de esto no tiene valor, ¿qué valor pueden tener todas las flores de las ciencias, de las artes, de las letras si no están inflamadas de tu amor Señor?, ¿qué valor pueden tener las cosas cuando les falta tu amor Jesús?. Entonces, a esta altura de nuestra vida, teniendo en cuenta tu consejo de que tenemos que ser adultos, humildemente hoy decidimos, especialmente escuchar nuestra conciencia para obrar en todos los órdenes de la vida, porque como dice San Pablo: “el máximo tribunal para juzgarnos es nuestra propia conciencia”, en consecuencia Señor, los demás en ese sentido son de palo, no nos sirven Señor, nos sirven en la medida que nos aman pero no en la medida que nos están imponiendo las cosas y forzando a vivir de una manera, si solamente vos Señor podés decirnos cuál es la forma buena de vivir no los demás, cada uno mira sus propios intereses y sus propias cosas y tiene sus propios puntos de vista pero a nosotros nos interesa Señor tus puntos de vista y la forma que vos querés que uno viva, del resto nada, al resto hay que amarlo mucho pero no pueden meterse en nuestra vida a decidir sobre nosotros, nadie, nunca, jamás y si hay alguno todavía que decide sobre nuestras vidas le tenemos que hablar humildemente, humanamente, genuinamente y decirle: tengo que cumplir con mi vida, tengo que hacer lo que me parece que está bien, si estoy en pareja, si tengo hijos o como sea, tendré que compartir con todos pero tendré que tener un profundo respeto por la persona que tengo a mi lado o la que le he dado vida, como son los hijos o como es la pareja.
Podemos amarnos profundamente sin que uno interfiera en la libertad del otro porque entonces ya las cosas no son como corresponde y tarde o temprano eso termina mal, entonces cada uno tenemos que conocer nuestros propios límites Señor, saber hasta donde llegar y no inmiscuirnos en las privacidades de otro, sea en la pareja, en los hijos, en los parientes, o en los amigos o en lo que sea, en la medida en que nos metemos en la vida de otro ¿verdad?, estamos haciendo algo contra tuyo Señor que nos creaste libres y que podemos sugerir cosas pero nada más, el resto tiene que decidir por sí mismo qué hacer porque sino estamos faltando a lo que debe ser una persona.
Señor Jesús, mirá toda la vida hacia atrás e incluso todos nuestros antecedentes familiares, nuestros ancestros y toda nuestra descendencia, para que todos se liberen de las enfermedades y de todo tipo de problemas que a veces uno paga por otros. Señor Jesús, pasá sanando toda nuestra realidad, nuestra vida, nuestro cuerpo, nuestra alma, la gente que nos rodea, aquellos con los que convivimos, aquellos que nos mandan en el orden político, religioso, social, económico, todo Señor.
Llená todo con tu presencia, mirá a cada uno al rostro para infundirle tu gracia y tu Misericordia, sí Señor, eso es lo que te pido en este día y todos los días a que alcance mi vida, hay prioridad Señor por aquellos que están sufriendo en este momento una enfermedad grave o muy difícil, repartido a largo del país y de todos los países del mundo, por supuesto, más los que están cerca que los que están lejos.
Señor, ese matrimonio que con tanta desesperación habló desde Alemania por su hijo que tiene convulsiones diarias, no sé cuántas por día, y su llamado fue terrible: pidan que el Señor de la Misericordia interceda para que nuestro hijo se sane, porque es tan duro vivir lejos donde nadie lo conoce, donde el idioma es extraño y donde uno ni se puede comunicar con los médicos sabiendo que un niño de pocos años está tan mal, esta mañana no eran las 08:00 porque Europa tiene cinco horas más, teníamos esa noticia, un llamado desesperado de ese matrimonio.
Bueno, cuando nosotros Señor incorporamos a todos esos seres que están muy lejos o muy cerca, los incorporamos a nuestra vida y sus dolores son nuestros dolores, en ese momento Señor te hemos entendido a vos, en ese momento podemos decir que somos cristianos, no antes, no.
Pasá sanando Señor, pasá sanando todo lo que considerés necesario sanar en nuestra vida, en nuestro pasado y en nuestro futuro, Señor danos la alegría diaria de vivir en paz, esa alegría natural que viene en las almas que están tranquilas y felices con todos, sin enemistades con nadie, danos esa paz interior Señor en este tiempo de Adviento que prepara para la Navidad donde tenemos que ir convirtiéndonos todos los días en instrumento tuyo Señor, para nosotros pero para los demás, que cada día nuestro sea diferente Señor a lo anterior y mañana sea distinto a hoy, siempre más cerca de vos, que es decir más cerca de nuestros hermanos.
Esto Señor te pido en este día y todos los días a que alcance nuestra vida, pasá sanando Señor, pasá sanando todo Señor, los presentes, los que están lejos, todos los que ustedes aman y todos aquellos que hacen llamados desesperados a este lugar para que los tengamos en cuenta en nuestras oraciones.
Y ahora Señor tan convencidos estamos que te decimos simplemente: el Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea...
Se corta la grabación..........................
Oración del 06 de Diciembre de 2004
Pasá sanando Señor, pasá sanando todo lo que considerés necesario sanar en nuestra vida, en nuestro pasado y en nuestro futuro, Señor danos la alegría diaria de vivir en paz, esa alegría natural que viene en las almas que están tranquilas y felices con todos.