Mensaje del 21 de Noviembre de 2004
Habla Artemio:
Entonces, le pedimos al Señor que si Él es el que construye, si Él es el que hace y que deshace, Él lleva y trae, Él nos transforma en un instante y puede cambiar nuestra vida en un abrir y cerrar de ojos, entonces con toda nuestra fe le decimos, Jesús: tu eres el alfarero, que con tus manos me has transformado, mientras pasan los días, pasan los años más te venero. Rompe mi cántaro, rompe mi copa, rompe mi vida y hazla de nuevo. Rompe mi cántaro, rompe mi copa, rompe mi vida y hazla de nuevo. Más convencidos todavía: tu eres el alfarero, que con tus manos me has transformado, mientras pasan los días, pasan los años más te venero. Rompe mi cántaro, rompe mi copa, rompe mi vida y hazla de nuevo. Rompe mi cántaro, rompe mi copa, rompe mi vida y hazla de nuevo.
No me siento porque si acá sino porque Jesús dice que a Él le recuerda este lugar el pozo de Jacob, que esta fuente le recuerda el Bautismo en el Río Jordán, le recuerda el cruce del Mar Rojo del pueblo hebreo, en los momentos importantes, más importantes está siempre presente el agua, el primer milagro de Jesús es transformar el agua en vino ¿mmm? y se lo identifica al Espíritu Santo como el Agua Viva que sale del Corazón del Señor, entonces vemos agua pero en el fondo no es agua sino que es la presencia mismísima del Espíritu Santo. Yo estoy aquí sentado en este lugar que a Jesús le recuerda el pozo de Jacob, pero ¿saben que me está diciendo Jesús también?, que le recuerda a todos aquellos que estuvieron trabajando y haciendo esta cascada y esta fuente ¿mmm?, como hay varios aquí presentes ¿eh?. Entonces, con más razón si estamos enfermos, si tenemos problemas serios, pase lo que pase, ¿vos creés que el Señor podría negarte un favor a quién construyó aquello que Él ama tanto?, Él cuida siempre la obra de sus manos ¿mmm?, entonces que a todos aquellos que pusimos nuestro granito de arena o más también, pensemos: que cerca del Señor, como nos tendrá en cuenta y en consecuencia, pensemos también en aquella expresión tan preciosa: Jesús, ten compasión de mí, Jesús ten compasión de mí, Señor, en este día, en este momento ten compasión de mí Señor.
Como decimos siempre Jesús, en este día y todos los días a que alcance nuestra vida te diremos lo mismo Señor: creemos en vos, creemos que somos hechos a tu imagen y semejanza, entonces somos pequeños diositos, creemos Señor que nos amás profundamente y que en ese amor tan grande que nos tenés reside nuestra esperanza, ¿esperanza de qué Señor?, de mi vida, mi salud, mis problemas, mis cosas, porque todo Señor lo que a mi me pertenece y a cada uno ¿verdad? es tuyo también; es decir, todas las cosas que uno tiene entre manos son tuyas Señor, esto no es ninguna novedad Jesús, pero sí tal vez puede ser novedad que cada día Señor te diga desde lo más profundo de mi ser: en este día Señor me ofrezco a tu Corazón, quiero Señor que me refugies en él y también le pido a tu Mamá Señor que me refugie en su Inmaculado Corazón, estando Señor…, cuando digo yo digo de todos ¿no?, estando Señor en tu Corazón y en el de tu Madre ¿qué no tiene solución?, todo aquello que yo creo que no podría tener solución tal vez ¿mmm?.
Señor, yo sé Señor que quieres que yo deje de hablar Señor porque vos quieres hacerlo, entonces Jesús…, sí, por supuesto.
Dice Jesús:
Paz y bien a todos.
Te sentía recién hablar y te iba inspirando las palabras que debías decir, no porque Yo sea un metido, sino porque cuando el ser humano se ofrece, se dona a Mí, tomo su palabra, todas las veces que creo que es necesario, pero ahora estoy hablando Yo directamente a través de la voz que me presta Artemio, porque a lo largo de toda la historia siempre la Divinidad habló con la voz de los hombres, por otra parte si los hombres son creados a Mi imagen y semejanza ¿no es hermoso que Yo los use para manifestarme?.
Además en la forma de hablar que tienen los hombres sus hermanos le entienden más, porque en este caso Yo estoy expresándome en arameo antiguo, que es el idioma que hablaba con Mis Discípulos y por un juego hermoso es posible que Artemio vaya traduciendo todas las cosas que Yo voy diciendo, cuando se oyen murmullos detrás es que Yo me adelanto entonces él se detiene y escucha y luego traduce; ustedes dirán: ¿y en donde hay que inscribirse para hacer esos estudios sobre ese idioma?, no mis queridos, el hombre puede hablar todos los idiomas cuando el Espíritu Santo hace aparecer el don de lenguas, entonces en algunos aparece el don de lenguas en las que el hombre puede expresarse en lenguas muy viejas, lenguas muertas y otras muy modernas, pero por lo general hay una tendencia en Mí, en los Santos y en la Madre, sobre todo en Mí, de hablar el arameo antiguo, porque como hombre, Mi parte de hombre ¿mmm?, disfruta hablando el mismo idioma que hablaba con los Discípulos; eso es tan viejo como el hombre, que uno disfrute hablando su idioma original y hasta en eso Yo quiero ser hombre cabal además de ser Dios.
Vamos a retomar cosas que dije ayer y que en todo caso a pesar de ser un Mensaje para todos los hombres de la Tierra tiene su aplicación concreta en cada uno de ustedes, todos. Quien les habla es el Jesús de la Misericordia y como antes se dijo: sin coronas con piedras preciosas, ni signos o títulos nobiliarios, Jesús de la Misericordia, mitad hombre y mitad Dios. Sirve esto para todos los hombres y sirve también para ustedes y por ahí alguno dirá: pero yo quería hablar sobre mi enfermedad, Mi querido, si estás en presencia de Dios ¿no creés que ya conozco todo lo que te pasa y todo lo que te pasó en tu vida?. Estás respirando el mismo aire que Yo respiro y quien tengo a Mi lado, José a Mi derecha, Mi Mamá a Mi izquierda y los Santos, entonces escuchen todos los hombres de la Tierra, incluidos ustedes: en presencia del Señor, parecería que todos nuestros pensamientos se hacen a un costado porque tiene que aparecer la voz del Señor.
Es cierto, Yo ayer dije que realmente crecía en el hombre los grados de su Santidad, en la medida en que está disponible para servir y servirse a sí mismo, porque en el servicio está incluido también uno mismo, entonces esto tiene una relación directa con el gran Mandamiento que les dejé: “que se amen unos a otros... (se dio vuelta la cinta) ... . El ofrecerse en disponibilidad permanente a Mí hace posible que los hombres crezcan, al crecer en disponibilidad crecen en Santidad, porque si bien el hombre tiene una salvación individual pero eso lo hace siempre en relación a los demás, quien trabaja para su salvación solamente está en un camino erróneo, la salvación no puede ser para uno solo, tiene que haber un esfuerzo muy grande, y ustedes me dirán: pero en última instancia ¿todo no es Gracia del Señor?, claro, pero Yo no me olvido que ustedes son seres libres y que si en un momento determinado del día o siempre dicen: Señor, aquí está todo lo mío como un acto de voluntad, yo quiero Señor servir, entonces Yo utilizo buenamente todo eso que te he dado pero que vos lo disponés como tuyo para usarlo en beneficio de los demás y de sí mismo.
No es difícil entender, somos en la medida que damos, ¿qué damos?, detrás de eso está el Señor dando, ya sé, pero quien dice: me decido a dar es el hombre, sino ¿de qué otra forma amontonaría méritos el ser libre?. Mis queridos, quiero ser simple en Mis palabras para que se me entienda.
Es decir, si ese acto que hicieron al comenzar la oración en esta segunda parte. a las 19:02 minutos, si esa oración de ofrecimiento a Mí y a Mi Mamá fue, por supuesto que gradual, a mayor ofrecimiento más posibilidades tengo Yo de usar eso para que Mi Misericordia llegue a la mayor cantidad de hombres. ¿Son nada más que palabras estas?, no, porque cualquiera que piensa un poco pero sobre todo con el corazón se da cuenta que la vida es sobre todo un acto de ofrecimiento, ¿a Mi?, sí, por supuesto, pero ofrecimiento al hermano, ¿y quiénes son los hermanos?, todos, incluso aquellos que ustedes menos quieren, aquellos que más les caen gordos, aquellos que son más difíciles.
Entonces, ustedes se ofrecen como un acto de la voluntad, se dan a Mí, Yo utilizo todo eso para construir Mi Reino, ¿en este lugar?, sí y en todos los lugares del mundo, a mayor cantidad de gente que se ofrece, más rapidez la extensión del Reino, ¿qué Reino?, uso esta palabra en este día, Mi Reino es el Reino del amor, la humildad, la comprensión, la entrega, el sacrificio y todo lo que encierra la palabra amor. No se olviden que definimos a Mi Misericordia, porque hay que llamarla de alguna forma: el amor obrando ¿verdad? y Yo aquí vengo como el Señor de la Misericordia, ¿y qué ventaja tiene eso?, ¿qué ventajas tiene eso?, al decir esas palabras estoy diciendo: los entiendo, los comprendo, les perdono todo, porque les estoy manifestando todo el amor que les tengo y ustedes se hacen receptores de ese amor y así como se hacen receptores de ese amor como el aire que respiran, que es el mismo aire que estoy respirando en este momento, Mi Padre Adoptivo, Mi Mamá y los Santos, todo está influyendo si ustedes me lo permiten, para todo. El todo incluye la sanación de vuestras enfermedades, la solución de vuestros problemas, el que cada una de las cosas que ustedes tienen sea Mía y cada una de las cosas que Yo tengo sea de ustedes. Esto pasa en todos lados pero pasa especialmente aquí, porque hay quienes reciben esto y Yo, el Señor, solamente puedo manifestar quién está receptando las cosas.
Ayer lo dijimos, para recibirme hay que hacerse nada entonces Yo puedo poner Mi todo, esta es una vieja expresión que hace tanto usé aquí, hace diez años. En la medida que ustedes olvidan vuestro yo personal Yo me hago cargo de ustedes para todo, ¿y después qué?, después siguen sus trabajos de todos los días porque nada de lo que está entre tus manos es malo, todo está Santificado por tus manos que están ofrecidas y tu mente y tu corazón, nada hay malo, todas las cosas espirituales o materiales, todas son buenas en la medida que estén acompañadas por el Señor.
Nada hay malo en sí mismo, nada, pero además de eso está lo fundamental que es tu ofrecimiento Mi querido, el de cada uno y no solamente de ustedes sino los que están lejos, en vuestros hogares y todos aquellos que ustedes aman, tu ofrecimiento es usado por Mí puesto al servicio de Mi Misericordia, ¿para qué?, para extender Mi Reino, uso la palabra esa en este día, a todos los hombres. Y en los Bautismos que se hacen aquí, que tal vez algunos no aceptan, pero si Yo lo mando es obvio que se acepte, también en eso se manifiesta Mi Misericordia, porque diariamente o en lapsos cortos, aquí se bautizan todos aquellos niños que fueron privados de su vida en la panza de mamá o bien que fueron despedidos naturalmente y todos aquellos que en los distintos lugares del planeta mueren sin los auxilios necesarios para entrar a gozar de la Luz Eterna.
Entonces, todos ustedes Mis queridos, desde este instante tomen conciencia que ustedes son Mis discípulos, son los encargados de llevar Mi Misericordia a los cuatro puntos cardinales, ¿entonces tengo que dejar mi trabajo dirán?, no, a través de tu trabajo, de tus actividades, de tus tareas Yo puedo redimir el mundo, estos conceptos el hombre tal vez no los entienda y tal vez pase un tiempo antes que los entienda, tanto esto como el ver que las piedras crecen, qué cosas de locos dirán, y sí, si ustedes logran tomar una ínfima parte conciencia de lo que es Mi Misericordia también dirían que es cosa de locos, porque los hombres todavía no entendieron prácticamente nada de Mi amor y por más que se esfuercen tanto no podrán hacer sobre la Tierra pero sí es importante que lo deseen, porque eso, cuando pasen a este lugar entonces lo gozarán plenamente y no por un día o dos sino por toda una eternidad, pero mientras tanto, mientras tanto vuestra eternidad está aquí entre los hermanos que necesitan, los ojos abiertos que esperan Luz, las bocas abiertas que esperan comida, los oídos abiertos que están esperando una palabra sobre todo de amor y de comprensión.
Así es todo esto Mis queridos y ustedes les parece tan difícil que una piedra crezca, como bien se dijo a lo mejor dentro de siglos el hombre se lo explique, pero ustedes tienen que vivir ya Mis queridos, en este momento, haciendo posible que las piedras crezcan, ya tienen que vivir de esa manera, sobre todo cuando vuestro corazón se transforme y acepte a todos los hombres como hermanos eso es mucho más que hacer crecer las piedras.
Pero entiéndanlo bien, Mi Misericordia alcanza para tanto, que todos aquellos acontecimientos que parezcan milagros ruidosos son prácticamente nada teniendo en cuenta de todo lo que es capaz Mi Misericordia y me pregunto y se lo pregunto a Mi Papá y lo conversamos con Mi Mamá también: ¿cómo es posible que el hombre no entienda esto tan hermoso?, pero estoy seguro que saliendo de Mi boca lo van a entender y no es cuestión de entender tanto, porque el corazón no tiene que entender tanto, tiene que amar mucho. Un hijo no le pide a su mamá que le entienda especialmente, le está pidiendo directa o indirectamente que le ame mucho porque si le ama mucho le va a entender plenamente, así es de simple todo y cuando vayan de regreso a vuestros lugares digan: estuvimos en un lugar donde todos están locos de amor, donde hasta las piedras crecen, los muertos resucitan, los ciegos ven, los tullidos caminan y sobre todo la palabra del Señor, Mi palabra es dicha a todos, pero especialmente para aquellos a los cuales, para los cuales vine, todos los que están al margen, al margen de las leyes, al margen de la justicia, al margen de la consideración social, al margen de los medicamentos, al margen de los alimentos, al margen de todo, vine especialmente por todos ellos.
Entonces, si alguien les quiere escuchar díganlo en voz alta y sino mastíquenlo en silencio, hasta que tengan la oportunidad de decirlo en voz alta y esto de Mi Reino, de lo que se habló en este día, díganlo: mi Dios y mi Señor, digan, no tiene coronas de piedras preciosas en la cabeza, tiene la corona de las penas y del sufrimiento, del dolor y de la incertidumbre, tiene la corona de todos los dolores de los hombres que sufren sobre la Tierra, esas en todo caso son las piedras preciosas de Mi corona, no otras, las que se ven en las ilustraciones o en las estampitas. Ya sé, el hombre tiene que hacer algo para mostrar, pero ahora Yo les estoy hablando directamente, ustedes son Mis interlocutores válidos, es decir puedo hablar con ustedes y ustedes me entienden.
Entonces, si estoy tan cerca ¿pueden poner en duda que ya me acordé de todos vuestros problemas, vuestras enfermedades y vuestras cosas?, ¿tienen alguna duda que me ocuparé de vuestro futuro?, ¿tienen alguna duda de que estoy sanando toda vuestra herencia y la herencia de todos aquellos que aman y la descendencia por miles de años?, y esto no lo dicen los hombres, lo dice el Hijo de Dios y Dios mismo. Ese mismo Dios que un día decide acampar en la pampa gringa, en este lugar, mal que les pese a muchos, mal que les pese. Decide acampar en este lugar y dejar oír su voz y la voz de su Madre para todos los hombres de la Tierra, donde muy temprano, temprano o tarde se irán enterando y viviendo de una manera.
Amén.
Habla Artemio:
Cantemos al amor de los Amores, cantemos al Señor...
Se corta la grabación.......................
Mensaje del 21 de Noviembre de 2004
Sirve esto para todos los hombres y sirve también para ustedes y por ahí alguno dirá: pero yo quería hablar sobre mi enfermedad, Mi querido, si estás en presencia de Dios ¿no creés que ya conozco todo lo que te pasa y todo lo que te pasó en tu vida?.