Oración del 21 de Octubre de 2004
Habla Artemio:
... todos los problemas espirituales, entendimiento, comprensión, familiares ¿eh?, entonces Señor he llegado hasta aquí, cerramos los ojos y empezamos a pensar, nos ponemos delante del Señor ¿mmm? y le decimos humildemente: mirá Jesús, esta es mi vida, así me fue a través de los años, esta es mi vida, a veces me fue bien, a veces mal. He nacido en un lugar y en un tiempo que vos conocés Señor porque conocés todo, qué te voy a poner a explicar, que me voy a poner a explicar cómo me trataron mis padres, mis abuelos, mis hermanos si vos lo sabés todo Señor pero yo te lo quiero decir lo mismo.
Desde que fui engendrado Jesús siempre mi vida estuvo llena de sufrimientos, porque mi mamá sufrió, mi papá sufrió y no solo hambre sino también tantos problemas de todo tipo, en un mundo difícil, lleno de contradicciones, lleno de mentiras, parecería que todos se hubiesen puesto de acuerdo Señor para que a mi no me fuera bien en la vida, cada uno va pensando en sus propias cosas siempre ¿no?.
Nací de una manera, me crié de una manera, en un hogar como el que tuve, participé de todos los dolores de mi madre y de mi padre y de los que me rodeaban y a esta altura de la vida Señor me doy cuenta que si bien tengo muchas cosas ordenadas pero otras no sé Señor si las tengo ordenadas. Ya ves Señor, como es mi salud que no es tan buena como yo quisiera, ves mi salud Señor quebrantada por los años, ves mi salud Señor que padece mi cuerpo por cosas que heredé de mis padres y de mis antepasados.
Entonces Señor esta tarde y todas las tardes a que alcance mi vida, te voy a decir: vení Jesús, vení a mi corazón, quedate en el, vení a mi vida, entrá en mi vida, yo quiero Señor que te adueñes de mi persona y no solamente vos sino también tu Mamá, la Virgen, adueñate de mi persona, entrá en ella Señor, Virgen Santa para poner orden en todo ese desorden que hay. En mi rostro Señor se puede ver todo lo que padecí y las penas que tengo y los dolores que soporto, si ya sé Señor que vos me has prometido una vida futura hermosa pero yo sé que vos querés que tenga una vida de muy buena calidad sobre la Tierra, porque de esa forma voy a poder hacer mejor lo que tengo que hacer y no me voy a quejar ni nada por el estilo.
Por eso Jesús, vení a mi ser, vení Señor, vení Señor para poner orden Señor, yo quiero sanarme Señor, atendiendo a lo que tienen los que están presentes y las personas que ustedes aman ¿mmm?, Señor, mirá mis piernas sin circulación, mirá mi organismo, mis intestinos, mi estómago, mis pulmones, mis riñones, mi vejiga, mi aparato genital, mi cerebro Señor. Entrá Señor, entrá en mi torrente sanguíneo y recorré todas las partes de mi cuerpo para llevar sanación a cada una de las partes, porque la sangre va hasta los últimos confines del organismo, entonces Jesús a través de la sangre que es la vida, llegá a todas las partes de mi cuerpo, yo sé que hay arterias tan pequeñas que son cien veces más chicas que un cabello pero vos te las ingeniás Señor para pasar por todo mi organismo y llevás mi sanación a todos lados.
Sí Jesús, necesito tanto Señor que sanes todos los problemas que me vienen por herencia, no solamente los problemas físicos y psíquicos sino también los problemas espirituales. Vení Señor, vení a sanar todo, pasá sanando Jesús, pasá sanando todo.
Mis huesos, mis músculos, mi piel, mi columna, mi cerebro, mis sentidos, todos mis órganos, entre los que ustedes aman y que no están aquí presentes, hay algunos enfermos realmente de gravedad, por eso yo en esta tarde Señor te los presento a todos para que vos lo sanes Señor, más allá de lo que pueden hacer los medios que tiene la ciencia yo te pido por ellos. Es cierto Señor, acá dentro hay muchas personas enfermas, pero los que han dejado en casa o los que aman tienen enfermedades mucho más graves Señor que las que tenemos nosotros, porque si pude venir hasta aquí Señor es porque puedo al menos movilizarme.
Pasa sanando Jesús, pasa sanando, todas mis arterias, mis venas, todos mis nervios, todos mis tendones, todas las partes de mi organismo Señor, cada una y todas, sí Señor Jesús, pasá sanando Señor, pasá sanando. Cada uno puede tocarse la parte que le preocupa o que sospecha que puede haber algo que no está bien ¿eh? y por supuesto piensen también de aquellos que han dejado en casa o que son parientes de ustedes y están padeciendo.
Sí Jesús, pasa sanando Señor, pasa sanando. Señor, yo te lo pido porque te amo Jesús, no me atrevería a pedirte nada Señor si no te amara y te amara con todas las fuerzas de mi corazón. Yo sé Señor que vos estás entre nosotros, sé que estás aquí Señor y que también entrás en mi ser y lo llenás de todo lo que vos sos Señor, sí Señor Jesús, yo te pido todo porque te amo Señor, y veo que la solución de todos mis problemas sos vos Señor, ven Señor Jesús, ven, ven, entra en mí Señor, entra en mí y quedate para siempre, necesito que te quedes Señor siempre dentro de mi ser, lo mismo que tu Mamá. Yo ya te tenía Señor pero hoy vuelvo a repetir mi invitación Señor: vení, quedate dentro de mí, entrá en mi corazón y dame la solucion a todos mis problemas Señor, todos mis problemas, de todo tipo, cada uno piensa en lo suyo. Podría enumerar yo los problemas de ustedes pero nos lleva tiempo y es como para si uno quisiera lucirse diciendo: sé lo que les pasa, ustedes saben que sé lo que les pasa, para qué lo vamos a decir. Aquí lo que importa es cuánto te amo Señor y tengo que pensar aquello que dijiste: tiene que ser tan importante nuestra relación hasta que llegue el momento en que no sé dónde termino Yo Señor y dónde comenzás vos y dónde terminás vos y dónde comienzo Yo.
Señor, pero no me puedo quedar solamente con mi persona y la de los que amo, tengo que pensar en todos los hombres del mundo, derrama sobre todos Señor tus Gracias y bendiciones, seis billones de personas hay en el mundo y cada uno con sus dramas Señor, derrama sobre todos tu Misericordia, dales a cada uno lo que necesitan para ser felices Señor y por supuesto Señor yo sé que cuando llegue la noche cuatro billones de seres humanos se acostarán sin probar bocado porque no tienen, pero muchos más se acostarán con una tremenda hambre de amor, con un tremendo hambre de afecto y entre ellos estoy yo Señor.
Por eso, con la intervención de tu Madre, la Virgen, de todos los Santos que vienen siempre a este lugar ratificamos aquí aquello de la Comunión de los Santos, es decir donde todos somos uno, porque todos los problemas de los hombres me preocupan como si fueran míos Señor. No te niegues Señor en venir, no mires lo que yo considero falta Señor porque yo sé que hace tiempo que ya las has perdonado, porque tú tarea, tú oficio, tú trabajo es comprender y perdonar Señor porque esa es la tarea del que ama y nunca castigar y nunca poner pruebas y nunca darnos dolores por tu parte, ya son demasiado lo que el mundo nos da Señor, tu Misericordia nunca, jamás, permitiría que alguien se sintiera castigado por vos Señor o puesto a prueba, nunca.
Te digo Jesús de lo más profundo de mi corazón: Señor, ten compasión de mí, Señor Jesús, ten compasión de mí, Señor, ten compasión de mí y por supuesto también le pedimos que tenga compasión de todos aquellos que amamos y también de aquellos que amamos pero no nos aman a nosotros y todos aquellos que quieren nuestra desgracia y nuestra ruina. Señor, vos derramás sobre todos tus bendiciones, porque tus bendiciones caen sobre justos o injustos, sobre Santos y pecadores, sobre buenos y malos, porque vos has muerto en la cruz por todos y por cada uno de nosotros.
Sí Señor Jesús, que hermoso es poder hablarte esta tarde y todas las tardes a que alcance mi vida, que hermoso es Señor, no logro pensar que podría tener un amigo, ni un hermano, ni un compañero, tan comprensivo como vos Señor y pensar que te presentaron a mí como tan lejano y difícil de abordar, qué fácil Señor es decirte: Papá, yo sé que me amás y querés para mí todo lo mejor, ya no voy a pensar más en que estás lejos, te voy a pensar siempre cerca de mí y me voy a sentir protegido en el hueco de tu mano pero sobre todo dentro de tu corazón Señor y dentro del corazón de tu Mamá.
Ven Señor Jesús a mí, ven y quédate conmigo Señor hoy y siempre, ven Señor, yo te amo Jesús, y te lo digo no porque te necesito, te lo digo porque realmente Señor si no te tuviera mi vida se desintegraría, mi ser no serviría de nada y mi tiempo ya no existiría más, cuánto te amo Señor, cuánto te amo, cuánto te amo Señor, cuánto te amo. Pensando en esto lo vemos a Jesús que pasa entre nosotros sanando todos nuestros problemas y los problemas de los que amamos.
Antes de eso, con toda la fuerza y poder, en tu nombre Jesús, apelando a toda tu Misericordia y todo tu amor, que desaparezca de nuestras vidas y de la vida de todos los que amamos y de los que no nos aman, a partir de este momento que desaparezca de nuestras vidas todo lo que sea el demonio o las formas del demonio, en tu nombre Señor, pasa sanando todas nuestras casas, los lugares de trabajo, los lugares adonde visitamos, las personas que llegan a nuestra casa, todo Señor, pasá en todo y hacé una limpieza general Señor de todo lo que sea obra del demonio, limpieza total y definitiva Señor y yo sé que lo hacés Jesús porque nos amás y porque sos Padre, Hijo y Espíritu Santo, Amén.
Además en nombre de Jesús y en nombre de su Misericordia expulso de ustedes y de mí todas las enfermedades y de todos aquellos que estamos pensando, expulso en nombre del Señor todas las enfermedades, todos los problemas, todas las cosas que no sean del Señor y ahora teniendo en cuenta Señor que estás pasando entre nosotros, te decimos así: el Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando ya...
Se corta la grabación...............................
Oración del 21 de Octubre de 2004
Nací de una manera, me crié de una manera, en un hogar como el que tuve, participé de todos los dolores de mi madre y de mi padre y de los que me rodeaban y a esta altura de la vida Señor me doy cuenta que si bien tengo muchas cosas ordenadas pero otras no sé Señor si las tengo ordenadas.