Oración del 16 de Octubre de 2004

Habla Artemio:

Cerramos los ojos, nos concentramos un poquito pensando en el Señor que está en medio de nosotros.

Señor Jesús, esta tarde y todas las tardes a que alcance mi vida Señor quiero ofrecerme a ti Señor y a tu Madre Santa y ofrecer a todos mis familiares, a todos los que amo Señor. Señor Jesús, acepta Señor mi vida así tal cual es, no te fijes en que soy precario, chiquito, simple, sin valor, no te fijes en nada Señor, yo lo que quiero es ofrecerme a tu Sagrado Corazón y también ofrecerme al Inmaculado Corazón de tu Mamá, en el mismo momento Jesús que yo me ofrezco a vos y a tu Mamá entro en tu proyecto, entro en tu vida y vos entrás en la mía Señor, ¿por un día o dos?, no, para siempre, para siempre. En adelante Señor, si estoy en tu proyecto, ya no tendré más miedo de nada, yo sé Señor que siempre sobre mi mesa habrá pan, siempre, porque la Sagrada Escritura lo dice: “nunca aquél que reverenció al Señor tiene que andar mendigando”, y además vos lo decís en el Evangelio Señor: “miren las aves del campo que ni siembran ni ciegan sin embargo el Señor las alimenta, también miren los lirios que ni siquiera el Rey Salomón en sus momentos de esplendor tuvo vestidos semejantes”.

Por eso Jesús, si yo estoy con vos y vos estás conmigo y tu Mamá con nosotros desaparece de nosotros el miedo, ¿el miedo a qué?, el miedo a todo, desde las cosas más pequeñas hasta las cosas más grandes, el miedo a todo.

Ven Jesús a mi alma y permanece en ella para siempre, lo mismo que tu Mamá, ven Señor Jesús, ven, ven Señor, ven Señor, llena mi alma con el fuego de tu amor y que tu Mamá incinere mi corazón con la llama de amor que sale de ella, de su Corazón Inmaculado. Quiero que sanes Señor todas las enfermedades, las enfermedades del cuerpo y del alma, todas las enfermedades.

Pasa sanando Jesús, pasa sanando en mi cuerpo todo lo que no está en orden y en mi alma todo lo que no está en orden, sí Señor, necesito que sanes toda mi vida Señor, necesito también que sanes mi pasado para que no tenga que heredar nada de nadie, nada malo y también mi descendencia, para que no tenga que sufrir nada. Pasa sanando toda mi herencia Señor, física, psíquica, espiritual, en todos los órdenes, en todo sentido, pasa sanando Señor, pasa sanando.

Mirame Señor desde la panza de mi mamá y seguí mirándome a lo largo de todos mis días, todos mis días, hasta este día y para siempre, para que me sanes de todo.

Además Señor Jesús, con toda tu fuerza y poder, en este instante Señor, con toda tu fuerza y poder, con toda la Gracia de tu Misericordia, expulso de todos nosotros todas las fuerzas del mal, todas las cosas que están perturbando nuestra vida, en tu nombre Señor expulso todas las cosas que están perturbando nuestra vida, todo y también la vida de todos aquellos que nosotros amamos, a partir de este instante Señor, en los que amamos y en nosotros ya no tendrá lugar para nada, en ningún momento y nunca, el maligno que quiere hacernos presa de todas sus artimañas. Nunca más el maligno en la vida de los presentes y de todos los que aman, porque el Señor hace descender la bendición con toda su fuerza y poder en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Por supuesto que me refiero también a las casas donde viven, los lugares donde trabajan, las personas con las que conviven, los seres con los que tratan diariamente, todo, todo a partir de este momento queda limpio para siempre. Señor, estaremos siempre cubriéndonos con tu Sangre Preciosísima para que nunca más el demonio se entrometa en nuestras vidas, en nuestros planes ni en nada, nunca más. Y también Señor con toda tu fuerza y poder, pensando en que la Virgen María está ofreciendo en el altar del Padre la vida, pena, pasión, muerte y resurrección tuya Señor, tantas veces como sea necesario, a cada instante y por toda una eternidad y los infinitos méritos que de eso se desprende se apliquen sobre todos ustedes, sobre todos nosotros y sobre todas las personas que ustedes aman, que a partir de este día 16 de Octubre, haya un antes y un después, porque eso es lo que quiere el Señor, “nadie viene a este lugar dijo Él y se va como vino”, ¿por qué?, porque aquí Él hace sus apariciones desde hace casi diez años. Entonces, tarde o temprano, enseguida o mañana, pero Él cumplirá su promesa, a través de los años uno puede comprobar hasta que punto: “los ciegos ven, los tullidos pueden andar y la palabra del Señor llega a todos aquellos que quieren oírla”.

Sí Señor, sí Señor Jesús, sí Señor, toda la palabra del Señor llega a cada uno de los que quieren oírla y todas las Gracias no son por un día o dos sino son para siempre, esas son las promesas de Jesús y de su Madre en este lugar de la pampa gringa ¿eh?, confiemos en esto, confiemos, porque nuestra confianza es fundamental para que el Señor obre en nosotros y nos de todo aquello que necesitamos para ser felices, pero no solo nosotros sino todos aquellos a quienes amamos.

Entonces, ahora sabiendo lo que el Señor nos promete, decimos simplemente: el Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando ya. Déjalo que te toque, déjalo que te toque, déjalo que te toque y recibe su bendición. Déjalo que te toque, déjalo que te toque, déjalo que te toque y recibe su bendición. El Maestro de Galilea va sanando ya, el Maestro de Galilea va sanando ya, el Maestro de Galilea va sanando ya, el Maestro de Galilea va sanando ya. Déjalo que te sane, déjalo que te sane, déjalo que te sane y recibe su bendición. Déjalo que te sane, déjalo que te sane, déjalo que te sane y recibe su bendición. El Maestro de Galilea liberando está, El Maestro de Galilea liberando está, El Maestro de Galilea liberando está, el Maestro de Galilea liberando está. Déjalo que libere, déjalo que libere, déjalo que libere y recibe su bendición. Déjalo que libere, déjalo que libere, déjalo que libere y recibe su bendición. El Maestro de Galilea fuego mandará, el Maestro de Galilea fuego mandará, el Maestro de Galilea fuego mandará, el Maestro de Galilea fuego mandará. Déjalo que te queme, déjalo que te queme, déjalo que te queme y recibe su bendición. Déjalo que te queme, déjalo que te queme, déjalo que te queme y recibe su bendición.

Todo esto se aplica también sobre todos los niños, los adolescentes, los adultos, los que están presos, los que están detenidos momentáneamente, todos aquellos que están en los Sanatorios y Clínicas, no solamente de la Argentina sino del mundo, todos los que están en los Hospitales neuropsiquiátricos, en los hogares de ancianos, en todos los sitios donde hay alguien que esté solo, que no tenga la compañía de todos los demás.

Además Señor Jesús, que todos los corazones de los hombres se ablanden para que mañana puedan, deban y hagan lo imposible hasta lograr estar junto a su madre, sí Señor. Que todos los hombres tengan un pensamiento para su mamá, que todos los hombres que la tienen aún viva puedan llegar hasta ella y decirle cuánto la aman y cuánto le agradecen la vida, más allá de todo.

Que esto llegue a todos los hombres para que cada uno le de a su madre el amor que su madre merece, sí Señor, en tu nombre Señor, con toda tu fuerza y poder Señor Jesús, con toda tu fuerza y poder.

Tu eres el alfarero que con tus manos me has transformado, mientras pasan los días, pasan los años más te venero. Rompe mi cántaro, rompe mi copa, rompe mi vida y hazla de nuevo. Rompe mi cántaro, rompe mi copa, rompe mi vida y hazla de nuevo. Otra vez: tu eres el alfarero que con tus manos me has transformado, mientras pasan los días, pasan los años más te venero. Rompe mi cántaro, rompe mi copa, rompe mi vida y hazla de nuevo. Rompe mi cántaro, rompe mi copa, rompe mi vida y hazla de nuevo.

Le decimos a Nuestra Madre ese tema que a ella le gusta tanto y que es: la Virgen se está peinando, entre cortina y cortina, sus cabellos son de oro y el peine de plata fina. Pero mira como beben los peces en el río, pero mira como beben por ver al Dios nacido. Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver al Dios nacer. La Virgen lava pañales y los tiende en el romero, los pajaritos cantando y el romero floreciendo. Pero mira como beben los peces en el río, pero mira como beben por ver al Dios nacido. Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver al Dios nacer. La Virgen lava sus manos con un poco de jabón, se le han picado las manos, manos de mi corazón. Pero mira como beben los peces en el río, pero mira como beben por ver al Dios nacido. Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver al Dios nacer.

Ahora voy a pasar por cada uno y le voy a dar la bendición ¿eh? en nombre de Nuestro Señor, cuando yo lo hago piensen en todos aquellos seres que ustedes aman mucho para que les lleguen todas las bendiciones ¿eh?...

Se corta la grabación..............................