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Mensaje del 11 de Octubre de 2004

Quiero entrar en vuestros corazones, porque aquí veo que algún corazón está como un poquito endurecido, porque le fue en la vida no tan bien y entonces le cuesta aceptarme, pero déjenme entrar ¿eh?.

Mensaje del 11 de Octubre de 2004

Habla Artemio:


Al lado del Señor está San José y del otro lado, a su izquierda está la Virgen y al lado está Teresita, Santa Teresita, sigue Santa Faustina, San Pío de Pietralcina, el Padre Gabriel Guillén, el Padre Emiliano Tardiff, San Benito Abad, San Martín de Porres, Santa Teresa de Ávila y hay familiares, está por supuesto mi mamá y mi hermana que no fallan nunca y adelante de ella está la Madre Teresa, la Beata Madre Teresa ¿eh?, bien y hay otras personas pero yo no, no las conozco, debe ser familiares de ustedes seguramente. ¿Señor qué nos vas a decir?.

Dice Jesús:

He escuchado todo, todo lo que vos decías, mejor dicho, te he dictado todo lo que vos decías, porque eso que decís del Espíritu Santo también vos lo ponés en práctica, en el sentido de que dejás que en tu persona esté siempre hablando, es importante que cada uno sepa que es templo de la Trinidad, cada uno en su interior está, tiene al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, por eso sepan respetar su cuerpo, no lo malquisten ni con bebidas ni con comidas ni con cosas que le hacen daño ¿eh?, quiéranse, ámense.

¿Qué puedo decirles Mis queridos?, este es un Mensaje que van a escuchar todos los hombres de la Tierra y tengo que hacerlo medio corto ¿no? porque cada uno tiene que volver a su casa y por supuesto que Yo me voy con cada uno y en otras horas del día lo llamo a Artemio para dictarle otras cosas y a veces sé hablar como hasta cincuenta minutos, si hiciera eso ahora ustedes se aburren Mis queridos; porque algunos me ven, otros no, pero de algo tengan la seguridad total, Yo soy Jesús de Nazareth, Yo soy el enviado del Padre, soy el que di Mi vida en la cruz y derramé Mi sangre por ustedes, Yo soy el que los amó desde siempre y para siempre, Yo soy el que está siempre a las puertas de vuestro corazón para poder entrar en él y quedarme para siempre, lo mismo que Mi Mamá.

Quiero entrar en vuestros corazones, porque aquí veo que algún corazón está como un poquito endurecido, porque le fue en la vida no tan bien y entonces le cuesta aceptarme, pero déjenme entrar ¿eh?, déjenme entrar, en serio, déjenme entrar, dale, Yo quiero vivir siempre con vos, Yo quiero estar con vos, quiero aliviar la pesada carga de tu vida, vas a luchar de otra forma si luchás conmigo, todo va ser fácil, va a ser distinto y más fácil aún cuando se amen entre ustedes los hombres, porque ese es el mandato que Yo les di, el mandato que soluciona todos los problemas.

Les amo Mis queridos, les amo profundamente, lo que oyeron es así y les amo como ustedes son, les amo con vuestros defectos y vuestras virtudes, les amo con vuestro pasado y vuestro presente, si alguien les dijo que ustedes no eran buenos, si alguien les dijo que tenían que sentirse culpables de algo Yo les digo: no Mis queridos, no se sientan culpables de nada, absolutamente de nada, porque si había algo que no estaba bien en vuestras vidas ya lo borré, ya no me acuerdo.

Tengan presente lo que les digo o les dice Pablo en la Epístola a los Romanos refiriéndose a lo que dijo el Santo Profeta David: “bienaventurados, es decir felices aquellos a quienes el Señor perdona sus pecados, pero más felices aún todos aquellos a quienes el Señor ya no tiene en cuenta sus pecados”.

Si me aman Mis queridos, no es fácil que caigan en el pecado, tal vez los cansaron demasiado con esta palabra y vieron hasta en las cosas más buenas, más nobles como pecado, noo Mis queridos, no es así.

Yo quiero amarlos tanto, tanto que no quiero saber dónde termino Yo y dónde empiezan ustedes y dónde terminan ustedes y empiezo Yo, es decir, soy vuestro Padre y en consecuencia Mi tarea, Mi razón de ser es amarle, así como el Padre me amó a Mí Yo les amo a ustedes, pero no solamente Yo sino Mi Padre y el Espíritu Santo que les comunica en vuestra conciencia todo siempre, escúchenlo, escúchenlo.

Yo estoy aquí pero Yo voy con cada uno de ustedes, pero quiero ir dentro de vuestro corazón, no sentado al lado, quiero ir en vuestro corazón, déjenme un lugarcito, denme permiso para entrar en vuestro corazón y quedarme para siempre.

Mi Mamá ahora quiere decirles lo que les dice siempre, a veces da Mensajes, otras veces no, pero ella siempre tiene en cuenta que durante la noche los hace chiquititos, pequeñitos, los pone en sus brazos y les dice:

Dice Nuestra Madre:

Arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón.

Sí, Yo soy Vuestra Madre, la que todas las noches los acuna deseándoles todo lo mejor para cada uno, escuchen Mi voz, escúchenla: arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón.

Les amo tiernamente, quiero Yo también estar en vuestro corazón con Jesús, no hoy solamente sino para siempre.

Amén.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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