Mensaje del 07 de Octubre de 2004

Habla Artemio:

Al lado de Jesús está San José y del otro lado la Madre, Santa Teresita de Lissieux que hoy nos acordamos de ella, San Pío de Pietralcina, San Benito Abad, Benito de Nursia, la Madre Teresa, hay familiares de ustedes que no conozco, familiares míos también, sí conozco los papás de Santina, pero los otros no, está San Martín de Porres, bueno y muchos más.

Dice Jesús:

Es cierto, todo esto está completo, todo esto se vuelve perfecto, todo esto se plenifica, todo esto tiene el sentido real, solamente falta algo, que me digan: vení Señor a mi corazón y quedate en él para siempre, no te pido nada a cambio, no quiero que me des nada más que lo que vos querés darme, todo tu pasado, tus angustias, tus problemas, tus dudas, tu dolor, todo, pero yo no te pido nada, solamente que me hagas un lugarcito en tu corazón y uno también para Mi Mamá y Yo sé que lo van a hacer, porque veo aquí tantos rostros queridos, veo tantas personas que ni se dan cuenta que son verdaderos Santos ya, Santos vivientes. No sé si llegarán a los altares o no pero tienen Mi palabra que les dice: ustedes con la vida que llevan y todo lo que hacen son Santos, porque hacen Mi voluntad, no porque Yo sea un déspota sino porque se han convencido, están convencidos de cuánto les amo. Como decías vos recién: desde siempre y para siempre.

Quiero no repetir porque nuca repito, porque digo con otras palabras, quiero decirles que tengan confianza, que tengan esperanza, que no se dejen asustar por un mundo difícil y terrible, Yo he vencido al mundo, no se dejen asustar, vivan en paz, quiero que estén alegres, disfruten de las pequeñas y grandes cosas. Yo les digo: es tanta la superabundancia de Espíritu Santo que está descendiendo sobre todos los hombres, de todas las latitudes desde que Yo aparezco en este lugar junto a Mi Madre, es tanto el Espíritu Santo que quien puede ver y quiere ver ya está viendo una gran fiesta, por eso hoy quise que leyeran el milagro de las Bodas de Caná de Galilea, esa unión Mía con los hombres, con toda la humanidad se da a través de Mi Espíritu Comunicador, de Mi Espíritu Santo, representado en esa agua que ustedes sienten gotear y que está también cayendo sobre ustedes como una bendición, no por un día o dos sino para siempre.

Mis queridos, que contento estoy con ustedes, denme permiso a emocionarme por tenerlos aquí como hijos queridos, vinieron de tan lejos y tal vez casi algunos sin poder venir, sin embargo vinieron, han peregrinado a este lugar. Yo aquí estoy siempre pero también siempre me voy con ustedes, con cada uno.

Quiero que tengan todos la seguridad que la gran fiesta del amor ya empezó, empezó hace diez años en este lugar cuando Yo prometí que invadiría el mundo con torrentes de Espíritu Santo, más allá de que si creen o no lo que les digo, pero ustedes saben en el fondo de vuestro corazón que Yo les estoy diciendo la verdad y les estoy diciendo también que a pesar de apariencias distintas el amor lo está invadiendo todo, solo el ruido que hace el mal es mucho, pero el bien está floreciendo en todos lados, hay flores en los desiertos, las piedras se abren y muestran dentro diamantes brillantes, la tierra árida se vuelve generosa, los árboles estériles empiezan a dar frutos.

No les puedo decir que llegará el reinado del amor porque ya en vuestros corazones está reinando el amor, es cierto, algunos piensan acá dentro que no lo merecen o que son pequeñitos, nunca midan vuestra estatura porque nunca las formas de medir de los hombres son iguales a las Mías, aquellos que menos parecen para Mí más son, aquellos que menos creen que son Yo los tengo en un altar, nunca midan con medios humanos las cosas del Señor porque siempre se equivocan, porque siempre el amor del Señor es más grande que las formas de medir que tienen los hombres, siempre.

Salgan a todos los caminos y háblenle a los hombres de Mi Misericordia, como lo único que puede salvarlos de todo mal y repítanle a los hombres: Jesús nos dijo que ya hace tiempo comenzó la fiesta, la fiesta del amor, que es la superabundancia del Espíritu Santo sobre todos y sobre cada uno.

No piensen en aquellos que parecen malos, nunca los seres son como parecen, siempre son mejores, déjenme entrar en vuestro corazón nuevamente se los digo, denme permiso para entrar, Yo quiero entrar en ustedes y llenar todo de Luz, déjenme entrar, casi todos lo han hecho pero algunos todavía no, déjenme entrar, “Yo quiero que sean Luz del mundo y sal de la Tierra”.

Les amo profundamente, cuando aparece en vuestra mente cualquier pensamiento duro o difícil, piensen: Jesús me ama, qué me puede faltar, Jesús me tiene cobijado en el hueco de su mano, ¿a quién puedo temer?.

Mis queridos, les amo profundamente.

Amén.

Habla Artemio:

Tu eres el alfarero, que con tus manos me has transformado, mientras pasan los días, pasan los años más te venero. Rompe mi cántaro, rompe mi copa, rompe mi vida y hazla de nuevo. Rompe mi cántaro, rompe mi copa, rompe...

Se corta la grabación........................