• CAPILLA ABIERTA TODOS LOS DÍAS

Mensaje del 01 de Octubre de 2004

“Felices los que me ven y al verme creen, más felices aún aquellos que no me ven y sin embargo creen”.

Mensaje del 01 de Octubre de 2004

Habla Artemio:

Gracias Señor por todo, eres grande Señor, eres Misericordioso, estás siempre dispuesto, siempre dispuesto Señor a hacer de nuestra vida una fiesta porque tu voluntad Señor es hacer que seamos felices.

Ven Señor Jesús, ven, instálate en el alma de cada uno de nosotros o escóndenos en el hueco de tu mano Señor o en cualquiera de tus heridas. Ven Señor Jesús, ven, ven Señor Jesús, te damos gracias Señor, te alabamos Señor, te bendecimos y te glorificamos, te alabamos Señor, te alabamos, te alabamos Jesús, te alabamos, te alabamos Señor.

Jesús ya está entre nosotros ocupando ese sillón, a su derecha está San José, su Padre Adoptivo y a su izquierda está la Madre, la Virgen, más allá Santa Teresita del Niño Jesús y siguen todos, un montón de Santos, algunos familiares y personas que no conozco pero que están cerca del Señor.

Te escuchamos Señor el Mensaje de este día que después escucharán todos los hombres de la Tierra, aunque hoy ya me dijiste muchas cosas a lo largo del día pero has venido otra vez Señor.

Dice Jesús:

“Felices los que me ven y al verme creen, más felices aún aquellos que no me ven y sin embargo creen”.

Aquellos que me ven le es fácil pero aquellos que no me ven no es tan simple entender lo que aquí pasa pero pueden sentir el perfume, pueden sentir Mi presencia, pueden sentir Mi mano que los roza o pueden sentir también como si algo se detiene sobre vuestra cabeza que es el manto de Mi Mamá.

Todos ustedes vinieron con una expectativa a este lugar, han peregrinado hasta aquí teniendo muchos problemas, de salud y de los otros, de salud y de los otros, todos son problemas. Nunca los problemas de los hombres a Mi me parecen pequeños porque cada problema tiene el tamaño que cada hombre le da, por eso ningún problema es pequeño y para Mí, Yo que los he creado a Mi imagen y semejanza, son Mis hijos, Yo quiero entrar en vuestra vida como Padre, como amigo, como hermano, como compañero, como todo, ¿y qué les pido a cambio?, nada, todo a cambio de nada, porque así es el amor de Dios, todo a cambio de nada.

Déjenme entrar en vuestro corazón, déjenme entrar, tengo necesidad de amarlos, tengo necesidad de protegerlos, tengo necesidad de estar delante y detrás, arriba y abajo, a derecha e izquierda, pero sobre todo tengo necesidad de estar en vuestros corazones porque son Mis hijos.

Quiero protegerlos siempre en el hueco de Mi mano, quiero que cuando se levanten tengan la seguridad que Yo estoy con ustedes y que cuando se acuestan también y durante el día y en las cosas que hacen, no importa si no piensan siempre en Mí, no, no importa, pero sepan que Yo los estoy mirando, Yo los estoy sosteniendo, Yo desde el comienzo de los tiempos, ahora y para siempre, no se nieguen a dejarme entrar dentro de ustedes y también quiero llevar a Mi Mamá.

Quiero vivir en ustedes para siempre, ustedes son buenos, son generosos, ustedes no tienen nada de qué arrepentirse porque las cosas que hicieron en la vida siempre fue una forma de supervivencia hasta en el amor en ustedes hubo supervivencia.
Por eso, nada malo hay en vuestra vida, nada tengo que reprocharles, al contrario, decirles: quiero estar en vuestro corazón para siempre porque les amo y no quiero nunca más separarme, la vida siempre continua difícil porque para todos es difícil pero si están tomados de Mi Mano todo es simple, todo es sencillo, todo es más fácil, tendrán paciencia en todos los momentos, tendrán ardor en lo que hacen, tendrán ganas, tendrán entusiasmo, tendrán fervor aunque pasen los años, tendrán todo aquello que necesitan para vivir bien, en paz, estar alegres, disfrutar de cada una de las cosas y esperar la noche sabiendo que estarán en Mi regazo porque Yo los cobijaré siempre, nunca los abandoné ni nunca los voy a abandonar.

Son Mis hijos, cuéntenme todo lo que necesitan, díganme todo lo que les hace falta, díganme, díganme todo lo que necesitan, tengo tanta necesidad de amarlos, tengo tanta necesidad de complacerlos en todo lo que me pidan, ustedes son buenos, son humildes, son sencillos entonces entienden Mis palabras, y les vuelvo a repetir como digo siempre: nadie viene a este lugar donde Yo aparezco y se va como vino, nadie y así como el agua gotea en esa cascada así también la palabra que el Espíritu Santo les dice en vuestra conciencia siempre estará presente en cada momento.

Son Mis hijos, los amo, los amo profundamente.

Amén.

Habla Artemio:

La Madre no dice nada hoy pero nosotros sabemos que ella nos ama ¿no?... (se corta la grabación) ..., beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver al Dios nacer...

Se corta la grabación.........................

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