• CAPILLA ABIERTA TODOS LOS DÍAS

Mensaje del 29 de Septiembre de 2004 (2º)

Siento una emoción muy grande por todo lo que está pasando en este lugar, los ciegos ven, los sordos oyen, los tullidos caminan, los afligidos recuperan su alegría, los oprimidos consiguen su liberación y la palabra del Señor es predicada con la lectura y con el ejemplo.

Mensaje del 29 de Septiembre de 2004

Habla Artemio:

Señor Jesús, vivo en un mundo Señor donde el denominador común de los hombres es el dolor, es la incertidumbre, es la enfermedad, es la angustia, el miedo y todas esas cosas Señor que hacen que el hombre no sea feliz. Señor, hacé posible que esta noche y todas las noches a que alcance mi vida pueda decir: Señor yo me ofrezco, te ofrezco todo mi ser, todo lo que yo soy, todo lo que yo tengo, todos mis afectos, todo y lo pongo Señor a tus pies para que vos lo recibas Señor y no solamente te ofrezco Señor todo lo que tengo así sino también mis dolores, mis angustias, mi enfermedad o mis enfermedades, la enfermedad de aquellos seres que amo Señor, de aquellos seres que no están tan cerca de mí Señor pero yo siento que los amo y tengo necesidad, tengo necesidad Señor de ofrecértelo, me acuerdo de esa señora, de ese niño, de la viejita y de cientos y cientos más Señor, también te los ofrezco en esta noche para que por los méritos de tu Sangre Preciosísima pases sanando todo Señor, pases sanando Señor.

Cada uno de los presentes Señor, también a cada uno le pido permiso Señor para ofrecerlos en tu altar, ofrecerlos a todos para que vos Señor le des a cada uno, nos des a cada uno todas las cosas que necesitamos, no queremos Señor estar tristes, queremos alegría, no queremos Señor dolor, queremos estar tranquilos, no queremos la incertidumbre, queremos estar en paz. Señor, nos duele todo el dolor de los seres humanos y te pedimos Señor, todos, que hagas descender sobre cada uno Señor todas tus gracias, todas tus bendiciones, todos tus milagros Señor y te recuerdo Jesús llegando a esas aldeas cuando viajabas por tu tierra, llegabas a un lugar Señor y decías: “¿dónde están los enfermos que quiero sanarlos?”.

Hoy, en esta noche, yo te digo Señor: aquí estamos los enfermos que queremos que nos sanes, mirá todo nuestro cuerpo, nuestra alma, nuestro espíritu, mirá todo el cuerpo, el alma y el espíritu de aquellos que amamos Señor y pasá sanando Jesús, pasá sanando todo. Te vemos descender de la barca, mirar hacia todos lados y decir con fuerza y amor: “¿dónde están los enfermos que quiero sanarlos?”, aquí están Señor, aquí están, aquí estamos Señor, aquí estamos Señor, para que vos nos sanes. ¿Y hace falta mucho Señor?... (se dio vuelta la cinta) ..., me diga: Jesús ten compasión de mí, Jesús ten compasión de mí, mirá lo que ocurre en mi cuerpo Señor, la enfermedad que tengo, mirá Señor, mirá lo que ocurre en mi cuerpo y pasá sanando, mañana no Señor, ahora, ahora Señor, ahora.

Y vos lo vas a hacer Señor porque ayer me demostraste que al decir estas palabras tal vez de otra forma un señor que tenía la pierna tullida empezó a sentir hormigueo y un fuego en toda la pierna, le volvía la vida a ese miembro muerto que él tenía, porque Señor vos..., te veamos o no estás aquí presente entre nosotros, como llegando en una barca pidiéndonos sanar, pidiendo: “¿dónde están los enfermos que quiero sanarlos?”, Señor porque al sanarnos todos somos más felices, no somos quejosos y al sanarnos Señor podemos alabarte, darte gracias y junto a nuestra familia y a todos los que amamos estar bien y vivir muchos años y morirnos de viejitos, sanos y fuertes, porque si bien Señor la otra vida es preciosa, vos nos diste esta vida primero y tenemos que hacer que esta vida sea realmente una fiesta Señor y solamente Señor es posible que eso sea si vos decís: hágase, hágase, sánense, libérense de todo mal porque Yo así lo ordeno, libérense de todo mal porque Yo así lo quiero, libérense de toda opresión porque Yo quiero que sean felices, esa es Mi voluntad, sí Señor, sí Jesús.

Estamos sintiendo Señor esas gotitas que caen, que pasan por las piedras y llegan a la fuente, tu Madre quiso que hiciéramos todo esto Señor, porque esa agua simboliza el Agua Viva que desciende sobre nosotros como Espíritu Santo y permanece para siempre. Sentimos caer sobre nuestro cuerpo y nuestra alma esas gotas de agua que son el Río de Agua Viva que vos nos regalas Señor, que feliz que nos sentimos Señor, que felices que nos sentimos porque sabemos que estamos en tu Corazón, sabemos que nos tenés cobijados en el hueco de tu mano Señor, somos felices Señor porque te hemos dicho: Jesús, ten compasión de nosotros y vos lo hiciste Señor. ¿Qué pasará mañana?, no sé, no sé qué pasará mañana, el mañana es tuyo Señor, ¿qué pasará dentro de un rato?, no sé Señor, dentro de un rato es tuyo también, yo quiero vivir este momento Señor en plena comunión con vos Señor, quiero sentir Señor que no tengo idea dónde terminás vos y dónde comienzo yo, y dónde termino yo y dónde comenzás vos.

Sí Jesús, esta es la vida que necesitamos, “vos sos la vid, nosotros los sarmientos” como dice la palabra de hoy y te alabamos y te damos gracias Señor porque has descendido sobre nosotros con toda tu Misericordia, con todo tu poder y tu Gloria y al mismo tiempo has descendido sobre todos aquellos que nosotros amamos, has descendido sobre los cientos y cientos que llegan peregrinando a este lugar buscando la salud que no tienen, la paz que no pueden conseguir y la alegría que se les negó siempre. Sí Señor, sobre todos estás descendiendo y todos sentimos la dulzura de tu Gracia, la grandiosidad de tu Misericordia y la suavidad con que nos estás cobijando en el hueco de tus manos Señor, sí, que esto Señor no dure este momento, dure siempre Señor, que esto como anticipo de tu Gloria Señor, como anticipo del Cielo no desaparezca nunca de nosotros, que vivamos siempre Señor en la seguridad de que estamos cobijados en el hueco de tu mano.

Pensando en Moisés que toca con su piedra..., perdón, que toca con su bastón la peña de Horeb y empieza a salir agua que calma la sed de todos, vamos a pensar que vos sos esa piedra Señor y que la tenemos presente, te decimos así: Cristo es la peña de Horeb que está brotando, agua de vida saludable para ti. Cristo es la peña de Horeb que está brotando, agua de vida saludable para ti. Ven a beberla que es más dulce que la miel, refresca el alma, refresca todo tu ser. Ven a beberla que es más dulce que la miel, refresca el alma, refresca todo tu ser. Cristo es el lirio del valle de las flores, Él es la rosa blanca y pura de salón. Cristo es la vida y amor de los amores, Él es la fuente de la eterna salvación. Ven a beberla que es más dulce que la miel, refresca el alma, refresca todo tu ser. Ven a beberla que es más dulce que la miel, refresca el alma, refresca todo tu ser.

Ya está Jesús entre nosotros, distinto a como hacía allá dentro, aquí está San José a su derecha y la Virgen a su izquierda, después está Santa Teresita y los demás Santos. Lo veo a Jesús muy gustoso en sentarse en ese sillón que le regaló un señor que tuvo un accidente cerebro vascular, era lo único que tenía valioso en su casa y quiso traérselo al Señor, por eso Jesús está tan feliz sentándose en ese sillón porque realmente se lo dio un hijo suyo, tal vez no tenía nada más que eso y se lo regaló al Señor.

Dice Jesús:

Siento una emoción muy grande por todo lo que está pasando en este lugar, los ciegos ven, los sordos oyen, los tullidos caminan, los afligidos recuperan su alegría, los oprimidos consiguen su liberación y la palabra del Señor es predicada con la lectura y con el ejemplo.

Estoy feliz porque veo que aquí sobreabunda el amor, vaya si sobreabunda el amor, por eso en este lugar Sagrado Yo derramo diariamente todas las Gracias y bendiciones que ustedes puedan pensar y mucho más de las que puedan pensar, en este instante puedo asegurarles que este pequeño lugar se ve desde todos los lugares de la Tierra y desde donde no se ve sienten la influencia porque Yo sé muy bien dónde están aquellos disponibles para hacer Mi voluntad y para cumplir con Mi palabra.

Estoy muy contento y complacido de que ese mandamiento nuevo que Yo les he dado: “ámense unos a otros como Yo los he amado”, aquí se da plenamente y no de tanto en tanto sino todos los días y a cada momento, por eso les digo: denme permiso para cobijarlos a ustedes plenamente en los huecos de Mi mano pero sobre todo en Mi Corazón, ya no piensen en vuestros problemas, en vuestras enfermedades, en vuestros dolores y en vuestras angustias, déjenmelo todo en Mis manos, déjenmelo todo en Mis manos, Yo lo voy a quemar todo con el fuego de Mi amor para que siempre puedan decir una vez más: ten compasión de nosotros Señor, claro que sí, claro que quiero sentir con ustedes, vivir con ustedes y también soñar con ustedes y ser feliz con ustedes, todo para mayor Gloria de la Divinidad y mayor felicidad de ustedes.

Amén.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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