Mensaje del 27 de Septiembre de 2004

Dice Jesús:

... que me sanen las heridas porque acá dentro no han traído el aceite todavía, el aceite de oliva que Yo quiero que me pongan.

Yo les amo profundamente, confíen en Mí, si no pueden verme en este lugar piensen al menos que todos los días hablo en vuestra conciencia, se los repito porque eso es lo que debe pasar, confíen en Mí, no hay nada que me duela tanto Mis queridos como vuestra falta de confianza, no hay nada que le duela tanto a Mi Mamá como la falta de confianza. Caramba, si a pesar de todas las cosas Yo siempre confío en ustedes, a pesar de que a veces pasan montones de años sin mirarme Yo sigo esperando que el día menos pensado me llamen para que Yo entre a vuestro corazón.

Confíen, confíen en que Yo puedo transformar vuestras vidas, confíen en que Yo quiero ser eficaz en la vida de ustedes, quiero servir, no ser un Dios lejano y difícil que no sirve para hacerte más feliz, confíen en Mí, confíen, confíen. Yo no les paso la factura por dejarme entrar en ustedes, no, siempre lo que hago por vos Mi querido es a cambio de nada.

Dame permiso para amarte, dame permiso en este día para entrar en tu corazón y como vos decías antes: recorrer toda tu sangre, por todas tus arterias y tus venas y llevarte la sanación, no hay acá un problema de tiempo, porque para Mí el tiempo no existe, es lo mismo que cuando llegaba a esas pequeñas aldeas y decía: “preguntaba sobre todos aquellos que padecían algo y Yo quería sanarlos”, pero también vos tenés que querer sanarte Mi querido, porque Yo a veces te ofrezco todo y sin embargo vos no me lo aceptás, te amo profundamente y vos no me pasás atención.

Por eso, tenemos que tener un diálogo, ahora, esta noche y todos los días, porque Yo necesito triunfar sobre todas las cosas malas y si vos no me dejas entrar en tu vida Mi redención fracasa con vos, Mi amor fracasa, Yo te he creado con todo el amor porque te amé siempre con todas las fuerzas de Mi Corazón, desde antes que existieras ya te tenía en Mi memoria.

Por eso, hoy es el día Mi querido, no podes negarte a dejarme entrar en vos, dejame entrar, ya sé que tenés un poco de orgullo, un poco de soberbia, un poco de no querer dar el brazo a torcer pero Yo no te pido nada, solamente que me dejes entrar a cambio de nada, para mejorar tu vida, darte la salud que necesitás, no solamente a vos sino a tus hijos, a todos los que amás.

Es posible que en algunas de Mis palabras reconozcan palabras que se dijeron antes, ocurre que Artemio antes de empezar a hablar pide que el Espíritu Santo le dicte las cosas entonces muchas de las palabras coinciden porque ya las dije antes, a través de Mi Espíritu que es Dios también, Tercera Persona de la Trinidad.

Quiero vivir en vos, quiero habitar en tu corazón, en tu cuerpo y en tu alma, no me dejes sin pasarme un poco de atención, pensá también en Mi Mamá que te ama tanto.

Recién decían: rompe mi cántaro, rompe mi vida y hazla de nuevo, sí, es cierto, sobre todo quiero sanar tus enfermedades, quiero que estés bien, que tengas alegrías, que tengas paz, que puedas ser feliz, rumbo hacia la Ciudad Eterna donde viviremos para siempre en el amor, dejá que entre en vos en esta tarde, no te negués, dejá de lado todas las cosas, Yo no te pido nada, solamente que me dejes amarte, hoy y siempre, hoy y siempre.

Amén.