Mensaje del 22 de Septiembre de 2004

Habla Artemio:

... pasan los años más te venero... (se interrumpe la grabación) ... . Rompe mi cántaro, rompe mi copa, rompe mi vida y hazla de nuevo. Rompe mi cántaro, rompe mi copa, rompe mi vida y hazla de nuevo.

Señor Jesús, esta tarde Señor y todas las tardes a que alcance mi vida te digo simplemente y humildemente: tené en cuenta este momento de mi vida y toda mi vida futura, Señor Jesús, vos nos decís hoy que debemos ser la Luz del mundo y la sal de la tierra, sí Señor, nosotros estamos ansiosos por ser la Luz del mundo y la sal de la tierra pero necesitamos Señor que nos digas: dónde, cuándo, cómo y para todo eso Señor también necesito poner en orden mi vida Señor, ¿y cuándo mi vida está en desorden?, cuando estamos enfermos, hasta la más simple cosa que nos pasa Señor altera toda mi vida y mi relación con los demás.

Por eso Señor, yo quiero estar sano y en esta tarde Señor con toda la fe, con toda la esperanza te digo simplemente: vení Señor a mi cuerpo y poné orden en todo, revisá cada una de las partes de mi cuerpo, comenzando Señor por mi cerebro y terminando en mis pies, todo Señor. Pasa sanando todo Señor, necesito tener orden Señor, si no mi vida se vuelve sin sentido, porque todo lo que me preocupa, la enfermedad mía o de aquellos que amo me distraen de las cosas básicas y fundamentales, por eso Señor, vení Señor hasta mí y llename Señor de todo lo que necesito para que todas mis células que forman mi cuerpo estén en orden, tengan salud, hoy y siempre, porque Señor vos querés que vengamos muy viejos, porque vos necesitás de nosotros en la Tierra Señor. Recordamos lo que dijimos siempre, lo que decía el Profeta Isaías: “morirse de cien años es morirse muy joven y además es una maldición porque el hombre necesita vivir mucho, por él y por sus semejantes”, porque Señor a medida que pasan los años empieza a florecer en el hombre la sabiduría que le da la experiencia del tiempo vivido, no digo Señor de los estudios hechos porque los estudios sirven y no sirven, en general no sirven, lo que importa Señor es la experiencia que hemos adquirido al vivir, eso es lo útil, eso es lo importante, eso es la sabiduría de todos los días que nos lleva a ver al sol como el gran manto de protección que nos da todo, o la noche que nos impulsa al descanso para tener al día siguiente las fuerzas para continuar, o las plantas que en silencio total están purificando el aire para que uno pueda aspirar más oxigeno y así tener mayor claridad en la mente.

Por eso Señor, dame la sabiduría de entrar en tu dimensión y en tu proyecto para que descubra cada una de las cosas que son importantes, no las que tienen los hombres por importantes, sino las que realmente vos considerás que son importantes. Señor Jesús, así como te pido la armonía en mi cuerpo, es decir la salud, no quiero que te olvides de todo lo que pasó en generaciones anteriores a mí y entonces pasá sanando Señor, cuando digo sana en mí Señor me estoy refiriendo no solo a mí sino a todos aquellos que amo, porque no tendría sentido dialogar con vos Señor y si me olvidara de todos aquellos que forman parte de mi vida y que dichoso el hombre que puede decir que miles de personas están en su vida, porque no es nada más ni nada menos que cumplir con aquél mandamiento: “ámense unos a otros como Yo los he amado”.

Señor, haz que vea, que vea con mi mente, después: ¿qué querés que haga por mí y por los demás?, porque yo también tengo que amarme Señor, porque vos me creaste y estás esperando de mi mucho, de mí y de los demás pero yo entiendo Señor que mi vida tiene sentido cuando los demás aparecen en mi vida, no antes. Sí Señor Jesús, sí Señor, esta tarde y todas las tardes a que alcance nuestra vida que tenga la paz, la alegría, la armonía que estamos sintiendo en este momento porque vos Señor cuando te invocamos llegas hasta nosotros y permaneces para siempre con nosotros. Sí, Señor, solamente nuestra vida tiene sentido cuando los demás aparecen en mi vida entonces para que pueda mirarlos y entenderlos, comprenderlos, tengo que estar sano, procurá entonces Señor que físicamente, espiritualmente, todo en mí se ordene, que todo mi organismo funcione bien, que mi cabeza funcione bien, que no envejezca Señor, que mis ideas se mantengan siempre claras y firmes y como te decía recién Señor, que esta paz que tenemos en este momento cuando te dirigimos la palabra a vos Señor y vos estás entrando en nosotros a renovarnos que permanezca para siempre.

Ven Señor Jesús, ven, ven Señor, yo Señor te alabo, yo te glorifico, te doy gracias porque sos mi Padre y también mi amigo, mi hermano, mi compañero, mi compinche, sí Señor, yo sé que estás aquí en medio de nosotros, que tenés la forma que tienen los hombres, que te identificas con todos y que cuando pongo las manos sobre alguien sos vos el que la está poniendo y cuando estoy diciendo una palabra o éstas que estoy pronunciando sé que sos vos Señor el que las está diciendo. Todo eso es una consecuencia lógica de estar en tu proyecto, entrar en tus planes y hacer que el Espíritu Santo venga a nuestro ser y nos de la palabra que corresponde, en cada momento, a cada instante y para siempre Señor.

Sánanos Señor, sánanos de todo, por eso porque entrás en mi vida y la llenás de Luz yo te alabo Señor, yo te glorifico, yo te alabo, te alabo Señor, te alabo Señor y te glorifico, no solo hoy sino todos los días a que alcance mi vida, te alabo Señor, te alabo porque te amo Señor, te amo con toda mi alma, con todo mi corazón, te amo con todo lo que tengo, te amo con todo lo que puedo, te amo a través de las piedras, de las plantas, de los animales, te amo sobre todo a través de los hombres que transitan por mi vida, sí, Señor Jesús, sí, Señor Jesús.

Ahora, simplemente cantaremos y yo pasaré por cada uno a darle la bendición, serás vos Señor el que lo hace: el Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando... (se corta la grabación) ...

Todavía están como medios desperdigados porque no han encontrado muy buena ubicación, no están ubicados como antes pero el Señor está sentado allí.

Hoy es 22 de Septiembre de 2004.

Te escuchamos Jesús, te escuchamos. El Señor se levanta y se arrodilla una vez, es una vieja costumbre que Jesús tiene aquí cuando alguien ha resucitado, que ya estaba muerto y ha resucitado, esa es la señal que Él nos da pero no quiere que le preguntemos nunca quién es el que resucitó, me refiero a alguien que por su enfermedad había cerrado los ojos ya y el Señor lo volvió a la vida. Se sentó el Señor y está allí y nos dice...

Dice Jesús:

Mis queridos, Yo le he dictado todas las palabras a este hijo Mío, que él les ha dicho, está muy bien pero piensen mucho más, muchísimo más. Para entender mejor todo esto ustedes piensen: en general los hombres funcionan de una manera que parecería que en su vida el Señor no existe ni tampoco Mi Mamá. Entonces, cuando uno observa que pasan los años y los años y muchos años y las personas están siempre disponibles para hacer todo lo mejor, hacer todo lo posible y lo que no se puede hacer lo hago Yo, usando la disponibilidad que cada uno tiene, como un atributo que tengo y el más grande de todos que es el de Mi Misericordia.

Entonces, piensen en un amanecer radiante o piensen en el canto de un pájaro al atardecer o si quieren en una prado lleno de flores o piensen en un montón de Ángeles cantando a coro el Aleluya. Tengan una imaginación muy frondosa, sumamente frondosa para pensar en todo esto y esto es lo que ocurre y seguirá ocurriendo y cada día ustedes podrán ver y contar tantas maravillas, por una razón muy simple, entendieron al Señor, aman al Señor y el Señor les retribuye toda vuestra acción, vuestra vida, vuestro esfuerzo por todo esto.

Tómenlo naturalmente, vivan simplemente y déjense guiar, dejen que Yo esté en ustedes a través del Espíritu Santo y les vaya diciendo todas las cosas, estoy tan feliz viendo el esfuerzo de ustedes, las ganas de ustedes, el espíritu de ustedes, estoy tan satisfecho y complacido porque en días construyeron esta Casa, en días nada más, todo sincronizado, si bien es cierto que esto estaba ya programado en el Ministerio Angélico pero el esfuerzo de todo tipo es de ustedes y para muchos fue un esfuerzo muy grande.

Entonces cómo no voy a estar complacido con estos hijos queridos que me han hecho tantas cosas hermosas. “Ámense unos a otros como Yo los he amado” y sigan avanzando por la vida con toda la tranquilidad y toda la paz y alegría que deben tener los hijos del Señor.

Piensen que les estoy siempre mirando al rostro, piensen que me importan especialmente vuestras vidas y las vidas de aquellos que ustedes aman y en consecuencia vivan con la tranquilidad total y completa de los hijos del Señor que saben que están en sus manos para siempre. La vida a veces puede mostrarle algunas facetas que no son tal vez tan agradables pero ustedes sigan confiando porque saben y conocen plenamente Mi promesa de que están protegidos, que Yo los tengo guardados en la palma de Mi mano, en el hueco de Mi mano y por las noches los cobijo y los escondo dentro de Mis heridas. Cuando despiertan en la noche piensen: el Señor me tiene cobijado dentro de algunas de sus heridas como una forma de protegerme de todo mal.

Los amo tiernamente, les aseguro todo, todo Mi amor, hoy y siempre. Les amo, no lo olviden, que esto sea un motivo de regocijo para ustedes y de alegría permanente, pónganme todo en mis manos y Yo todo lo resolveré.

Amén.