• CAPILLA ABIERTA TODOS LOS DÍAS

Mensaje del 21 de Septiembre de 2004 (1º)

Jesús quiere que se pida la bendición de la Misericordia todos los días, en forma personal, en grupo, en familia, que esta sea, dice Jesús, una muy buena costumbre, en el sentido de decirla siempre.

Mensaje del 21 de Septiembre de 2004

A la mañana temprano…

Habla Artemio:

Hoy es 21 de Septiembre de 2004.

Jesús quiere que se pida la bendición de la Misericordia todos los días, en forma personal, en grupo, en familia, que esta sea, dice Jesús, una muy buena costumbre, en el sentido de decirla siempre:

Que el Señor nos bendiga y nos proteja, Amén.
Que el Señor haga brillar su rostro sobre nosotros y nos muestre su Gracia, Amén.
Que el Señor nos descubra su rostro y nos conceda la paz, Amén.
Y que llegue a nosotros y nos envuelva la Misericordia del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Aleluya, Gloria a ti Señor Jesús.

Jesús quiere también lo siguiente: “sí, pidamos a Jesús esa bendición, que Él regaló a sus amigos, los Discípulos reunidos, aquél día de su Ascensión al Cielo”, Lucas 24, 50-51, y que ahora desea ardientemente darnos también a nosotros. Para ello solo necesita que se la pidamos con fe viva en el amor que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo nos tienen, estando en comunión con nuestros hermanos podemos hacer presentes algunos de modo especial, ante la imagen de Jesús Misericordioso o trayéndola a la memoria e inclinando con devoción nuestra cabeza para recibirla.

En la primera invocación miramos a Dios Nuestro Padre, “porque si Él nos bendice y nos protege quién estará contra nosotros, quién podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús”, Romanos 8, 31-39.

En la segunda invocación miramos a Jesús, “el que nos ama, el que está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo”, Mateo 28, 19-20.

Pero necesitamos ver su rostro con los ojos del alma para gozar de su presencia y de la presencia de Nuestro Padre, “porque viéndolo a Él vemos también al Padre”, Juan 14,9.

Y necesitamos imperiosamente que nos regale su Gracia, esa Gracia que nos salva, que nos plenifica y nos eleva, haciéndonos pasar de las tinieblas a su Luz maravillosa y que nos hace felices en esta vida y en la eternidad.

En la tercera invocación miramos al Espíritu Santo, el amor de Dios ha hecho persona viva entre nosotros, el amor de Dios ha hecho persona viva en nuestros corazones. Sí, que también Él se nos manifieste para que quedemos sumergidos en su paz, en su gozo, en su bondad, en su mansedumbre, sabiduría, entendimiento, ciencia, fortaleza y en todos sus dones y frutos y así como aquél glorioso día de la Pascua, llegó Jesús ante sus Discípulos reunidos estando cerradas las puertas, le pedimos que ahora llegue a nosotros y nos envuelva con su Luz, tal como los Ángeles envolvieron con su resplandor a los pastores en Belén llenándolos de alegría y como envolvió Jesús a Saulo en el camino de Damasco llenándolo con esa Gracia tan poderosa y transformante que hizo de él un hombre de fe, un hombre de Dios, un hombre Santo.

Esta es la bendición que Jesús Misericordioso trae en su bendita mano derecha elevada y esta son las gracias que quiere derramar en nuestros corazones, tal como nos indica con su bendita mano izquierda, tocando su Corazón abierto, desbordante de Misericordia para cada uno de nosotros y nosotras.

Que cada Amén sea expresión de nuestra fe viva, de la certeza de que ya hemos recibido lo que estamos pidiendo, tal como Jesús en su Evangelio nos enseña a pedir.

Y por este motivo finalizamos con un gozo, con un gozozo: Aleluya, Gloria a ti Señor Jesús, que lo decimos ahora mirando su rostro, como un preludio de esa jubilosa aclamación que eternamente cantaremos a Jesús Misericordioso en el Cielo.

Esta, la bendición de la Misericordia quiere Jesús que la hagamos especialmente, Jesús quiere que esta bendición la hagamos especialmente.

Y ahora, en esta mañana siendo las 08:02 hs., Jesús está aquí presente para darnos un Mensaje para todos los hombres.

Dice el Señor:

Me siento muy bien en esta Casa y en todos los lugares donde se me honra, es la hermosa relación que debe existir entre padres e hijos, entre hijos y padres, siempre, en todo lugar y a cada momento.

El domingo hablé sobre Mis cansancios, pero repito como en aquella oportunidad, Mi parte humana dice eso porque se identifica plenamente con el hombre, con cada uno de Mis hijos, por los cuales Yo he muerto en la cruz y resucité y estoy entre ustedes siempre.

Al hablar sobre esos cansancios no quiere decir que haya agotado el tema, no, es como un muestrario de tantas cosas horribles, digo horrible porque todo hace mucho daño al hombre. Después de todo este tiempo que vengo dando Mis Mensajes en este lugar, ustedes se preguntarán: ¿está satisfecho el Señor de el eco que tuvieron?, ocurre que los hombres, ustedes, ven algún aspecto de todo esto pero Yo lo veo todo, entonces puedo asegurarles que no aparezca en ustedes ni el más leve pesimismo en cuanto al eco de Mis Mensajes, por una razón muy simple…, repito, por una razón muy simple y es que son como hitos dentro de la historia del Cristianismo. Muchas cosas son reconocidas en el momento, otras a mediano plazo y otras a largo plazo y siempre la comprensión de los Mensajes tiene un sentido de abajo hacia arriba, es decir los hombres sencillos, corrientes, comunes, como Yo, hombre, entienden fácilmente esto y si no lo entienden lo vislumbran, porque la verdad se ve, aunque esté dicha con palabras muchas veces incomprensibles o no tan comprensibles para las personas que no están habituadas al lenguaje que Yo uso.

Ahora bien, les decía que estoy muy satisfecho y que no haya ninguna preocupación en ustedes, especialmente en vos, Mi hijo Artemio, no, que no haya ninguna preocupación porque diariamente, a cada instante el Espíritu Creador está hablando y en consecuencia el apurar o demorar, el hacer una cosa o la otra siempre la irá diciendo el Espíritu Santo ¿mmm?.

Tengan en cuenta que cuando el hombre está en manos del Señor tiene que estar despierto y ser dócil para escuchar Mi palabra, pero ni se ofusquen, ni se afanen demasiado, ni tengan intranquilidades para hacer más de lo que hacen, porque los Mensajes parten de la Divinidad y en consecuencia todo está en manos Divinas, sin vulnerar la libertad de nadie pero con el convencimiento clarísimo tienen que tener de que todo está manejado por el Padre, no como un ser despótico que impone sus cosas sino como un ser amoroso que sugiere todo y tienen la muestra ustedes en esto, están cobijados por un techo que hace muy poquito tiempo no estaba en la mente de nadie y de un día para otro tomó forma.

Bienaventurados aquellos que han contribuido de todas las formas a esta Casa, porque sabiendo que no lo han hecho para obtener una retribución del Señor sino que lo han hecho con su infinita bondad, recibirán del Señor todas las gracias que ustedes puedan imaginar y muchas más todavía, aunque por supuesto ustedes no lo hicieron por eso, sino que lo hicieron porque Mi Mamá y Yo les dijimos. Entonces, descansen en la seguridad de que Yo les iré indicando todo, absolutamente todo.

No se preocupen tampoco, en absoluto, por las idas y venidas, vueltas y revueltas de algunas personas que tendrían que tomarse todo esto mucho más en serio o tomarlo en serio directamente, pero su entendimiento ni a nivel mental, ni a nivel afectivo da para más de lo que ha dado hasta ahora, entonces dejen que todo siga un proceso natural, porque en primera y última instancia lo que vale es Mi Misericordia y más allá de las personas momentáneas que manejan las cosas Yo estoy actuando siempre, sobre todo piensen que estoy actuando como el entendimiento de las personas me lo indican, no puedo forzar las mentes a que piensen de una manera y sabido está ya desde siempre que las cosas místicas no son fácilmente entendibles, porque hay necesidad de una materia prima capaz de hacerlo, esto sin herir a nadie y sin menos cavar la personalidad de nadie, solamente que la Divinidad se maneja con sus tiempos.

Por eso, sean pacientes y prudentes, cuando Yo les digo: hay que apurarse, bueno lo harán, cuando les digo: hay que correr, lo harán, cuando les diga: que hay que enfrentar, enfrentarán.

Ustedes saben que Yo estoy con ustedes hasta el fin de los tiempos, estoy con ustedes por toda una eternidad, entonces los hombres circunstanciales que aceleran o entorpecen las cosas a Mí me tienen sin cuidado, porque lo que Yo tengo que hacer lo hago igual, más allá de las opiniones muy personales de algunos o de muchos; es decir, descansen en la seguridad de que están totalmente guiados por Mí, totalmente sustentados de Mi Sangre Preciosísima, rodeados totalmente de Mi Misericordia y de todo el amor de Mi Madre, sobre estas bases edifiquen con la seguridad de este momento, pero con la seguridad de que el momento que sigue está en Mis manos.

¿En todos los órdenes de la vida es así?, sí, por supuesto, pero en esto especialmente, parecería como si es impostergable usar las manos al levantarse porque están las cosas dentro de un plan preestablecido, pero en esto, en que se está en manos de la Providencia siempre actúen así, con la seguridad del momento presente y el dentro de un rato en manos del Señor. Cuando uno puede lograr ese equilibrio está en paz, vive alegre y apunta hacia la felicidad.

Piensen y vuelvan a pensar estos principios, comenzando con lo que leyó Artemio sobre la bendición de la Misericordia y queden en paz, queden en paz.

Amén.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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