Mensaje del 13 de Septiembre de 2004
Habla Artemio:
Desciende sobre nosotros Jesús, a través del Espíritu Santo que es el Espíritu Comunicador, ¿para qué?, y Señor mi vida no está bien, muchos problemas me preocupan, la alegría no es el común denominador de mi vida y la tristeza muchas veces me invade, la inseguridad me hace presa todos los días, es decir, no estoy tranquilo Señor y si no estoy tranquilo porque tengo miedo entonces no puedo ser feliz ni estar alegre. Si yo puedo Señor recuperar mi alegría, si yo puedo Señor confiar plenamente en que soy tu hijo y vos no me vas a abandonar nunca entonces mi vida se vuelve una fiesta.
Señor, quiero tener la humildad suficiente para decirte: vení a mi alma Señor, mirá, esto es todo lo que tengo, yo no sé si sirve o no todo lo que hice a lo largo del tiempo, pero creo haber obrado bien siempre y si no obré Señor quemá todo lo que yo hice de malo con el fuego de tu amor. Felizmente el Señor me muestra en este momento la vida de ustedes y su pasado y puedo decirles que tengan la tranquilidad de que no tienen nada que reprocharse, ustedes dirán: uy, sí, pero nosotros…, si yo les digo algo háganme caso porque cuando yo les hablo el Señor me está diciendo lo que tengo que decirles, y ustedes dirán como se dice siempre: ¿a cuánto les dirá lo mismo?, no justamente, esto que acabo de decirles a ustedes no se dice todos los días sino cuando el Señor quiere después de mostrar toda una vida en orden; ustedes dirán: pero..., bueno, Señor todos los peros que haya los pongo a tu disposición, los ofrezco para que tu Divina Misericordia lo queme todo con el fuego del amor, vos le aseguraste a Santa Faustina Señor que por muy mal que nos parezca que estemos pero que te entreguemos todo que vos vas a ser con nosotros maravillas, a pesar de que en apariencia no tenemos nada bueno para ofrecerte.
Sí Señor, en este día te ofrezco, cada uno dice también lo mismo ¿no? en su interior, te ofrezco todo mi pasado, a partir de la cero hora, hasta el día de hoy y en adelante, te ofrezco todo Señor, todos los dolores, las angustias, las preocupaciones, todo lo que sufrí, las heridas que tengo, las heridas que están allí abiertas desde el pasado por montones de cosas diferentes, Señor y si yo no tengo coraje de ofrecértelo es porque todavía hay un poco de orgullo en mi, porque sino con todo el amor del mundo te digo: Señor, aceptame así como soy, con lo que a mí parece que soy, que seguramente no es lo mismo el concepto que tendrás vos Señor de mí, que siempre será mejor que el que uno tiene de uno. En consecuencia Señor, te digo como el ciego de Jericó: “Jesús, hijo de David, ten compasión de mí, Jesús, Hijo de David ten compasión, ¿y qué quieres que haga? dijo el Señor, que vea Señor, bueno, ve”. Quiero tener Señor esa fe del ciego, quiero tener esa fe Señor, vos la medirás después cuánta es, a mi no me interesa, pero yo quiero decirte con todo mi corazón: Jesús, Hijo de David ten compasión de mí. Señor, compasión significa sentir junto... (se dio vuelta la cinta) ..., conmigo todo lo que me pasa y me pasó a través del tiempo, desde la cero hora, digo desde la cero hora Señor porque lo anterior ya lo has pasado sanando.
Entonces Señor andá, pasá, pasá sanando toda mi vida, mi vida difícil, mi vida desgraciada, mi vida complicada, mi vida llena de problemas, mi vida sin felicidad, sin alegría, una vida que en apariencia la viví pero no sé hasta que punto la viví o la vida me vivió a mí Señor. Por eso, vos antes, vos durante y vos después, vos lo entendés todo Señor y en consecuencia, tu memoria es prodigiosa para acordarte de cada una de las cosas que a mi me hicieron daño a lo largo de mi vida y en este día Señor digo: invadí mi ser Señor y adueñate de todo, de lo malo, de lo bueno, de lo medianamente bueno, medianamente malo, adueñate de todo Señor porque yo quiero ser tu hijo Señor, quiero también que vos seas mi Papá, que seas mi amigo, que seas mi hermano, yo quiero tener todos los días la seguridad de que vos estás protegiéndome, que me tenés en el hueco de tu mano Señor y que me hagas tomar conciencia de que si estoy en el hueco de tu mano no tengo nada que temer, sí, pero hasta ayer temí esto, lo otro, lo otro, pero hoy no porque estoy en la mano del Señor, ¿qué miedo puedo tener?, ¿qué problemas pueden perdurar en mí?, ¿qué puede preocuparme?, si el Señor me tiene refugiado en el hueco de su mano, ¿qué puedo temer?, ¿a quién?.
Señor, como un pobrecito, humildemente llego hasta vos Señor y usando las palabras de alguien te digo: “fatigaré tu oído de preces y sollozos, lamiendo lebrel tímido los bordes de tu manto. No pueden huirme tus ojos amorosos ni esquivar tu pie el riego caliente de mi llanto”. Decí Señor, decí para que se oiga dentro de mi corazón y dentro de todo mi cuerpo: Yo te amo hijo y te acepto plenamente, así como sos, con todo lo que sos, con todo lo que tenés y con todo tu pasado porque Yo quiero poner fin a todos tus problemas, decí todo eso Señor y me voy a sentir muy contento y feliz. Señor si vos no me das la fuerza para continuar ¿quién me la va a dar?, Señor si vos no sos mi apoyo, sos mi guía y si no me ponés Señor en el hueco de tu mano ¿qué puede pasar con mi vida?, ¿qué va a hacer de mi vida?, si estás conmigo Señor yo no puedo tener ningún temor. A veces uno teme en la vida que aquellos que ama queden desprotegidos si uno no está, Señor, si tienen tu protección todo lo tienen, no me hagas pensar así, porque es una forma egoísta de pensar, Señor lo que yo tengo que hacer es ofrecerte todo y ponértelo en tus manos y ahí todos refugiados en el hueco de tu mano ¿eh?, afrontar todo lo que venga porque sé que si vos me lo mandás Señor está dentro del proyecto y tu proyecto es de amor y siempre termina bien.
Señor, yo no puedo hacerme problemas por montones de cosas, por la simple razón de que nunca voy a darme cuenta de todo lo que debería ser y aunque me diera no podría, entonces Señor lo pongo todo en tus manos, absolutamente todo, ayudame Señor a que pueda hacerlo, ayudame a que tenga la valentía de decir: me abandono totalmente en la voluntad del Señor, Él me respeta porque soy libre pero si yo me ofrezco Él me va a colocar en el hueco de su mano y me va a proteger de todo. No es que no estemos protegidos Señor, siempre estamos protegidos por vos, porque durante el día podrían pasarnos tantas cosas diferentes de las que pasan, todos hoy estuvimos sobre algún vehículo o la mayoría, en cualquier momento pudo haber el vehículo, haber sufrido algún deterioro y uno terminar muy mal, puedo también pensar que en este día mi corazón podría fallarme y no latir más o podría tener un paro respiratorio donde ya nada valdría sobre la Tierra. Es decir, si yo me pongo a pensar en todas las cosas que podrían pasarme Señor son innumerables, entonces si en esto ya descubro cuánto me estás protegiendo quiero todavía más protección Señor, es decir en todas esas cosas que todavía me parece que no tengo protección suficiente pero hasta aquí todo Señor te lo ofrezco con toda mi generosidad para que vos lo quemes totalmente con el fuego de tu amor.
Señor, como te dije recién: “fatigaré tu oído de preces..., rezos y sollozos, lamiendo lebrel tímido los bordes de tu manto. No pueden huirme tus ojos amorosos ni esquivar tu pie el riego caliente de mi llanto”. Señor, quiero estar con vos, no hoy, sino siempre, Señor necesito tu ayuda no solo hoy, siempre, necesito que tu Espíritu Creador hable en mi conciencia, no una vez o dos sino a cada instante para decirme qué debo hacer ante cada situación de la vida y sobre todo Señor, hacé que yo tenga la valentía de confiar totalmente en vos, como si hasta el simple respirar o mirar, oír o venir esté siempre Señor dirigida por tu amor, sí Señor, yo estoy decidido Señor a ser un buen hijo tuyo en la medida en que vos me hagas hacer un buen hijo, ¿y quién es un buen hijo tuyo?, alguien que confía en vos totalmente. Y como un niño asombrado quiero ir viendo Señor cómo vas poniendo, cómo vas poniendo en orden todas mis cosas. No puedo dudar Señor, no puedo pensar en que vos me esquives, no Señor, porque sé que me estás mirando y me vas a mirar por toda una eternidad, sí Señor.
Ven Señor Jesús, ven, ven Señor Jesús, ven a decirnos Señor lo que necesitamos en este día..., Jesús está aquí con nosotros sentado en la mecedora, están todos los Santos y Santas, la Madre y el Señor nos dice lo siguiente...
Dice Jesús:
Yo no hago más que continuar lo que vos estabas diciendo porque Yo te lo estaba dictando, entonces simplemente les digo, cuando diariamente rezan el Padre Nuestro y dicen: “Padre Nuestro que estás en el Cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad...”, me están pidiendo que haga descender Mi Reino sobre ustedes, Mi Reino es de comprensión, de paz, de alegría, de todo y además dicen: “que se haga Mi voluntad”, Mi voluntad es que ustedes sean felices.
Entonces no digan por decir el Padre Nuestro, digan aunque sea una sola vez pero sintiéndolo con el corazón: “Padre Nuestro, venga a nosotros tu Reino, Padre”, eso lo abarca todo, exactamente todo. No hagan Mis queridos como aquél que está en medio del río y se muere de sed, Yo quiero estar en vuestro corazón o como decíamos recién: cobijarlos en el hueco de Mi mano, siempre y quiero que sientan las asperazas de Mi mano para que tomen conciencia de que realmente los tengo allí cobijados, no las asperezas porque sean cosas feas sino por lo natural que las manos al rozar se muestren un poco rugosas.
Mis queridos, tienen todo al alcance de vuestras manos, todo y se los estoy diciendo Yo que les estoy sirviendo como en una bandeja todas las posibilidades, por qué no aceptan que Yo pase a gobernar vuestra vida totalmente, abandónense en Mis manos, pero que sea un abandono en serio, abandónense en mis manos y ya no tengan ningún tipo de temor, ese es el gran secreto de la vida, caminar por el mundo sin ningún tipo de temor, háganlo, sepan que Yo los estoy protegiendo siempre y ustedes saben bien que no son palabras.
Hace tanto he muerto en un cruz y derramé Mi sangre por ustedes, pero eso no quedó allá en el tiempo, diariamente sigo derramando Mi sangre por ustedes, ¿cómo tengo que decírselos para que me crean?, ¿cómo?. Si ustedes no funcionan, la sangre Mía derramada fracasa porque Mi sangre debe ser eficaz en la vida de ustedes porque esa fue la finalidad al derramarla, no lo hice por otros, lo hice por ustedes, por cada uno de los hombres, por todos esos seres a los que Yo los invité a amar.
Quiero ser eficaz en vuestras vidas sino Yo no sirvo para ustedes, quiero que tengan la seguridad de que Mi Misericordia los está envolviendo siempre, que la llama de amor que sale del Corazón de Mi Madre los está quemando siempre y con toda esta protección ¿qué miedo puede quedarles?, ¿miedo a quién?, ¿miedo a qué?, si están conmigo, están con Mi Mamá.
Les amo con todas las fuerzas de Mi Corazón, les ofrezco toda Mi Misericordia, que es el amor obrando, para que ustedes realmente estén alegres, felices y en paz, no un día sino siempre, descansando en la seguridad que Yo los protejo plenamente, totalmente, definitivamente.
Amén.
Mensaje del 13 de Septiembre de 2004
Quiero ser eficaz en vuestras vidas sino Yo no sirvo para ustedes, quiero que tengan la seguridad de que Mi Misericordia los está envolviendo siempre.