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Mensaje del 11 de Septiembre de 2004

Esto es así como decías antes vos: la locura de la cruz, porque el amor siempre es eso ¿no?, locura, como alguien decía muy bien: un mantener los ojos de lágrimas mojados, un refrescar de besos los trenzos del silicio, eso es el amor.

Mensaje del 11 de Septiembre de 2004

Dice el Señor:

“Han taladrado Mis manos y Mis pies y se pueden contar todos Mis huesos”.

Mil años antes de que esto pasara privilegié a un hombre para que lo viera, así ocurre con todos aquellos que tienen hechuras de las cosas grandes, pero justamente son los que menos noción tienen que están llamados a cosas grandes, por eso también subrayo lo que dijiste: no estar orgullosos de uno sino del Señor. Es decir, todo esto representa entrar dentro de la proyección de todo lo que quiere el Señor para ese mundo que creó con todo el orden y que después los hombres usando mal su libertad lo desordenaron y pasa todo lo que está pasando, pero a pesar de que siempre hay en el hombre mala levadura es necesario pensar que hay que poner fin a las cosas que no son buenas, sabiendo de ante mano que siempre va a quedar la resaca de aquellos que no se deciden a lo bueno.

Esta es la historia del hombre a través de todos los tiempos, hasta el fin de los tiempos que evidentemente ya allí todo será distinto, pero ahora tienen en vuestras manos el mientras tanto , ¿qué debe pasar mientras tanto?, todo lo que está pasando, cuando aquellos que me aman se han vuelto totalmente disponibles entonces todo lo que pasa en la vida de cada uno parecería que ya no les pertenece, ¿por qué?, porque gustosos han cedido su voluntad a lo que el Señor diga. Lo saben los hombres que siempre caen maravillados ante los llamados del amor, por supuesto humano, admitiendo todo, soportándolo todo, queriéndolo todo ¿mmm? y cuando ese amor ya trasciende lo humano para ser del Señor entonces se daría la plenificación total de la persona, ¿por qué?, porque en lo más íntimo de su corazón está diciendo con convencimiento total y definitivo: todo por vos Señor, todo por vos.

Es decir, el hombre me da el crédito suficiente para saber que nunca le voy a fallar, que los demás hombres podrán hacerlo, pero Yo no, claro, si fuera un tiempito pero está de por medio una eternidad, pero a Mi me gusta cuando me dicen: Señor, yo no te amo por lo que sos, ni por lo que me das, ni por todo lo que me proveés, sino te amo porque sos vos Señor; es decir, aquél ser, esté donde esté, haga lo que haga, piense como piense, en el momento en que se entregó totalmente a los planes de la Divinidad entonces todo está en Mis manos y desde las cosas más simples a las más complejas si el hombre quiere puede ver el signo de Mi amor, sean pequeñísimas cosas o tremendamente grandes o medianamente.

Esto es así como decías antes vos: la locura de la cruz, porque el amor siempre es eso ¿no?, locura, como alguien decía muy bien: un mantener los ojos de lágrimas mojados, un refrescar de besos los trenzos del silicio, eso es el amor, que aunque tenga todas las seguridades está como ansioso pensando en que a lo mejor aquello que tiene lo pierde, es como la madre que durante la noche, incluso sabiendo que su hijo está muy bien de salud pero a hurtadillas llega hasta su cuarto y escucha su respiración para ver si está vivo, ¿por qué?, porque le ama, su vida no podría seguir igual si le faltara ese afecto, ella está segura que su hijo está bien pero, repito, a hurtadillas se acerca a su cama para ver como respira.

Eso es el amor Mis queridos, un estar siempre en tensión, una tensión constante, tremenda y aceptada, ¿por qué?, porque así es el afecto, así es el amor, es una aceptación incluso de aquello terrible pero se acepta porque se sabe que hay dentro de ello una dulzura tan grande que no tiene comparación con nada. Me refiero a los amores humanos, me refiero a todo el amor que les dispenso y me dispensan, porque en el fondo no hay diferencias, en el fondo no hay diferencias, la esencia del amor es exactamente la misma, o acaso Yo no les digo: quiero que vean Mi rostro en el rostro del hermano, quiero que vean Mi rostro hasta en aquellos que parecen que son la resaca del mundo, parecen, pero Yo quiero que hasta en ellos vean Mi rostro.

Les hablo de esta forma y como vos decís, esta tarde y todas las tardes a que alcance todo esto, porque nadie dice algo para no ser escuchado, si se los digo a ustedes sé perfectamente cómo me están escuchando, con qué atención lo hacen y con qué compromiso lo hacen.

Siempre que demoro un momento estoy diciendo cosas en silencio, ustedes dirán: eso no es buena educación, espero que me lo perdonen a Mí.

Mis queridos, “y el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”, Yo estoy convencido que para ustedes esta es una expresión, porque Yo tengo la seguridad total y completa que puedo reclinar Mi cabeza en ustedes; ¿tanto honor dirán?, sí, es honor, claro, no cualquiera puede decir: tengo al Señor durmiendo en mi pecho, pero además de honor es un terrible compromiso, que en Mis manos deja de ser terrible para ser algo tan placentero que ni se nota.

Vivan simplemente como los pastos que hay a la orilla del camino, que nacen, crecen y mueren sabiendo que nadie los va a mirar ni tener en cuenta, pero Yo sí, hagan como los pájaros que no sé para quién cantan, tal vez ellos tampoco, pero con ese canto podemos hacer una música celestial, es cuestión de cómo nos ubiquemos en todo esto y si digo estas cosas que pueden parecer un poco complejas o difíciles no lo son, ¿por qué?, por una razón muy simple Mis queridos, porque Yo no sé dónde termino y dónde comienzan ustedes, ni dónde terminan ustedes y comienzo Yo. Ustedes dirán: es mucho lo que decís Señor, bueno tengan en cuenta que si esto les parece mucho no entendieron entonces, que además de naturaleza divina Yo tengo naturaleza humana y por eso les comprendo a la perfección.

¿Saben?, les amo mucho, ténganlo muy en cuenta, en los momentos difíciles o en los momentos simples, en los momentos duros y en los maduros, Yo siempre, Yo antes, Yo después y por terrible que puede ser el mundo cuando alguien me tiene a Mí lo terrible resulta hasta risueño.

Déjenme entrar, déjenme entrar, vamos a hacer tantas cosas juntos, déjenme entrar una vez más y siempre.

Amén.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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