Mensaje del 31 de Agosto de 2004

Habla Artemio:
31 de Agosto, último día de Agosto de 2004.

Dice Jesús:

Que importante me parece lo que decías recién, como la mejor forma de abordarme en cualquier momento, ante cualquier necesidad, en las más diversas circunstancias, siempre diciendo: Señor ten compasión de mí .

Esto trae a cuento también el tema que estos días se tocó varias veces, el tema de la humildad, de la simplicidad, el problema de ser genuino, auténtico y verdadero en todas las situaciones de la vida y tiene su relación también por supuesto, tiene su relación con esa actitud preciosísima de ponerse en manos del Señor, de reconocer que Yo puedo pensar, sentir, actuar como lo hacen ustedes, ¿por qué?, porque mitad de Mi naturaleza es humana, y en consecuencia eso me hace accesible a todo lo de ustedes, a todo lo que ustedes sientan, digan, hagan, prefieran, busquen, encuentren.

Si Yo tengo compasión de ustedes voy a estar siempre en cada situación de la vida, fea o linda, difícil o fácil, pero siempre eso es lo que no tienen que olvidar nunca, que Yo tengo que estar en cada momento de la vida del hombre, es decir Yo estoy disponible para que ocurra pero hace falta también que ustedes me lo pidan, porque Yo no puedo irrumpir en vuestra libertad y deteriorar vuestra conciencia, pero si parte de ustedes el decir: Señor ten compasión de mí entonces el que lo dice se pone a Mi misma altura y reconoce que Yo puedo sentir y pensar como él y eso es lo que hago, porque Mi naturaleza humana junto a la divina hace posible ese entender a la perfección todos los problemas humanos. ¿Quiere decir entonces que Mi Padre no los entiende por ser Espíritu puro?, sí, también los entiende pero distinta es la forma en que Yo puedo sentir los problemas de cada uno de los hombres.

Ténganlo muy en cuenta esto, así como Mi Mamá, porque ella es Mediadora de todas las Gracias, porque toda su naturaleza ha sido humana y en consecuencia ella está en condiciones de entender a la perfección toda la naturaleza humana, todos pueden entender sí, pero Mi Madre tiene ese privilegio de entender todo para que ella pueda ser Mediadora de todas las Gracias.

Nada llega a Mí si no es por la Madre, nada llega al Padre si no es través Mío, así que de estas cosas no se olviden nunca, llegan a Mí a través de Mi Mamá, siempre, en cada momento, a cada instante.

Recién vos hiciste una oración de ofrecimiento, bueno Yo también la voy a hacer:

“Mis hijos queridos, Mis hijos amados.
Yo los acepto plenamente que entren a Mí en este momento de la vida
y de esa forma quedarse para siempre.
Yo acepto todas las característica del hombre que me lo pide,
por eso, nadie tema qué pudo haber hecho en la vida,
o si está en condiciones o no de que Yo lo introduzca en Mi Corazón,
en todo caso Yo soy el que tiene que pensarlo
y no aquellos interesados, en el sentido de aceptación o no por supuesto”.

En primera y última instancia toda la vida del cristiano se refiere a esto, se refiere a la unión indisoluble de el Creador con sus creaturas y las creaturas con su Creador, que simplemente significa la plenitud humana en camino de la plenitud divina.

Por eso, detrás de un acto tan simple como el acto del ofrecimiento están golpeando las puertas de Mi Corazón para que no los abandone nunca más, aunque a lo mejor el hombre a veces puede dispersarse en algo y puede a lo mejor mal interpretar las cosas pero Yo siempre haré para el hombre todo lo mejor porque él ha sido siempre el amado objeto de Mis desvelos.

Ámense como corresponde, ofrézcanse como corresponde, den lo que tienen que dar y nieguen lo que no deben dar, que vuestra mente ni vuestros labios se manche nunca con el oprobio a un semejante, es decir hacer daño a los demás aunque sea con el pensamiento. Es preferible que a uno no lo interpreten antes que fallar a los dictados de la conciencia y del Señor.

El Señor los ama, el Señor les tiene preparada una hermosa mansión, el Señor se compadece de todos porque los ama.

Amén.