Mensaje del 30 de Agosto de 2004

Habla Artemio:

Agosto de 2004.

Dice Jesús:

Todo lo que acaban de escuchar Yo se lo hice decir a este hijo Mío, así que en todo caso si algo no les gusta tómensela conmigo y no con él.

“Bienaventurados todos ustedes porque veo en vuestras manos la huella del trabajo y del esfuerzo; bienaventurados, felices, porque vuestras historias es del trabajo de siempre, de todos los días y el esfuerzo de toda una vida, felices ustedes porque tal vez se consideran al margen, entonces eso hace que Yo los considere hijos predilectos Míos; bienaventurados, felices porque cuando dicen blanco es blanco y cuando dicen negro es negro, porque se puede confiar en vuestra palabra como si fuera algo escrito. Bienaventurados, porque esto que están viviendo en este momento muchos patriarcas y profetas de todos los tiempos quisieron vivirlo y no pudieron y hoy ustedes tienen el privilegio de que esto pase y pase en vuestra vida”.

Cuando los días sean muy fríos o muy cálidos, cuando la lluvia se muestre fuerte o el temporal, cuando vean que es difícil llegar a la noche porque el esfuerzo es tan grande; que renazca en vuestro corazón la esperanza de sentirse especialmente amados por Mí, el resto no tiene importancia. ¿Puede el hombre sentirse mejor que cuando quien los creó y los amó siempre sigue amándolos a pesar de todo lo que pueda ocurrir, a pesar de todo lo que pase?. Piensen siempre: si el Señor está conmigo nada me puede faltar.

A veces algunos tienen que irse antes, otros después de esta vida, digo por los que ya partieron, pero confíen en que llegarán a un lugar donde todos podrán vivir otra vez el amor que tuvieron aquí o que desearon tener aquí y no lo tuvieron.

Felices ustedes porque sé que entienden lo que estoy diciendo, porque siempre hablé vuestro mismo idioma, hice las cosas que ustedes hacen, porque Yo también me gané el pan con el sudor de Mi frente, tanto en la carpintería de Mi papá como en todos los otros lugares que fui. No hay pan más sabroso que aquél que se ganó con el sudor de la frente, por eso siéntanse felices, vuestros nombres ya están escritos en los Cielos, es cuestión de que pase el tiempo y Yo los estaré esperando para decirles: vengan Mis queridos, entren, entren al Cielo, que está entre ustedes pero no lo ven, entren al Cielo que han ganado honradamente.

Mi Mamá les dice que todo aquello que están haciendo en su casa, ella está mirando con mucho amor y todos tendrán su recompensa, los que trabajan directamente o indirectamente en su Casa, todos tendrán su recompensa, porque no hay en la vida nada más noble que edificar la Casa del Señor o de su Madre.

Es como una compensación, porque todos son Mis hijos creados a Mi imagen y semejanza y en consecuencia herederos de Mi Gloria.

Les amo profundamente, estoy siempre con ustedes, aunque no me vean y piensen y díganlo: por quién vino especialmente Jesús al mundo.

Amén.