• CAPILLA ABIERTA TODOS LOS DÍAS

Mensaje del 25 de Agosto de 2004

El amanecer a una nueva vida siempre es descubrir al hermano que está siempre necesitado y es mucho más que buscarse uno mismo, mucho más, es como decimos: cambiar de sitio el alma porque estamos deseando para el otro todo lo mejor que pueda ocurrir.

Mensaje del 25 de Agosto de 2004

Habla Artemio:

Señor Jesús, uno a veces cuenta episodios que ocurrieron durante el día o a través del tiempo de gente que está lejos para que al menos no se sepa de quien habla uno, pero de una forma u otra Señor lo fundamental es que los hermanos nos mueven el corazón para reaccionar y de esa manera poder dar una respuesta, solamente de esta forma Señor la vida tiene sentido, cuando los otros entran en la vida de uno se apoderan de uno y uno comprende que el verdadero sentido del vivir está en descubrir al hermano, pero no al hermano que está bien, tranquilo, sino al hermano que está en desgracia, al hermano que parecería que le falta todo y que le hace pensar a uno Señor que si bien a uno le parecería que faltaba, que le faltaba; uno ve que siempre el que tiene a su lado tal vez le falta más y hace justamente que uno pueda reflexionar no con la mente sino con el corazón, porque reflexionar sobre esto que es rezar si uno lo hace con la mente no tiene ningún valor pero como uno lo hace con el corazón entonces allí sí que rezar tiene sentido.

Todos aquellos que rezan con la mente y repiten y repiten uno ve hasta que punto no están Señor en comunicación con vos ni mucho menos, porque con la mente no se puede rezar, con los sentimientos y las emociones sí, porque allí uno puede distinguir los valores o cuando una vida es valiosa y cuando una vida no tiene sentido.

En esta noche Señor todos aquí reunidos te pedimos humildemente que mires nuestras vidas, mires nuestra vida no solamente en este día sino a lo largo de toda nuestra existencia, pero Señor seríamos muy egoístas si pensáramos solamente en eso, la vida tenés que mirarla también en todos aquellos que nosotros amamos, en aquellos con los que convivimos, con los que tenemos relaciones de las más diversas. Tal vez alguna palabra Señor suene a repetida, pero no son repetidos los seres que las escuchan ni tampoco es repetido el momento y la circunstancia en que cada uno está viviendo.

Por eso Señor, todos aquellos que queremos comprender o mejor dicho comprenderte con el corazón, estamos siempre caminando sobre la cornisa de no estar nunca seguro si realmente lo que uno hace es lo que a vos te agrada y a lo que vos aspiras que haga un buen hijo tuyo. Por eso, pero si uno está confiado en su conciencia de que está haciendo bien, así ocurre, está haciendo bien, porque es tanta Señor tu Misericordia que aprovechas lo nuestro aunque sea defectuoso o precario, para hacer con ello algo grande y hermoso. Señor, por una razón muy simple, porque vos recoges donde no pusiste y cosechas donde no sembraste y nosotros también hacemos lo mismo Señor si estamos guiados por vos.

Eso es lo más serio y lo más complejo saber hasta que punto uno es buen receptor del Espíritu Santo, cuántas veces uno cree que sí, pero no sé si realmente uno es buen realmente receptor del Espíritu del Señor, uno cree que sí y si cree en conciencia está bien, está bien, porque el resto lo hará el Señor. Y así pasan los días de cada uno de nosotros y los días de cada uno de la gente que amamos, Señor, que cada día al terminar el día podamos decirte con..., con todo nuestro amor: Señor viví mi día, así pasé mi día, tratando de serte fiel Señor, tratando de vivir como vos querés que uno viva y no porque vos seas alguien que no estás imponiendo las cosas sino simplemente Señor porque te amamos y vos nos amás Señor, entonces con esto está como si todo estuviera dicho y que en realidad es así porque como decíamos esta tarde Señor: es hermoso llegar a la conclusión de que uno no sabe dónde terminas vos y dónde empieza uno y dónde termina uno y empezas vos Señor.

Esta es nuestra vida, esta es nuestra circunstancia, esta es nuestra posición, este es nuestro momento, ¿qué pasará mañana con nosotros?, el mañana es tuyo Señor, no es nuestro, el mañana te pertenece Señor, no nos pertenece a nosotros pero sí nos pertenece a nosotros tener la plena esperanza de que si realmente te amamos estamos convencidos de que nuestro mañana será siempre bueno, porque está teñido con tu presencia, está lleno con tu presencia, está colmado con tu presencia Señor.

Señor, uno pasa muchas horas a veces diciéndote y diciéndote y diciéndote pero lo que uno debería hacer más que decirte cosas, decir qué es lo que uno ve en vos Señor, ahí sentado en ese sillón, en esa mecedora que vos dijiste que ya gastaste tres cuerinas en diez años, ahí estás Señor como apilado sobre vos mismo con la ropa pegada a tu cuerpo, como si estuviera pegada a la linfa que todavía salen de tus heridas.

Uno tendría que hablar Señor de tu mirada, también de tus ojos Señor, que son tan azules, tan tremendamente azules que no hay ninguna forma de poder representarlos Señor pero más, más Señor importa tu mirada, la misma que tuviste con uno desde hace milenios, la misma que nos miró en la panza de mamá, nos llamó por nuestro nombre y nos puso un Ángel para que nos protegiera, la misma mirada que te vimos Señor triste el día en que alguno de nuestra familia se fue porque partió antes, esa mirada tuya Señor que dice de toda una eternidad de Misericordia, esa mirada tuya que piensa en los siglos venideros, porque tu mirada también piensa Señor y va pensando en todo lo que vas a tener que seguir mirando, nosotros ya no estaremos y vos sí seguirás mirando todo y habrá hombres sin piernas, hombres ciegos, enfermos, de todo tipo y seguiremos siendo objeto de tu mirada en la eternidad.

Que precioso Señor que es pensar en lo que representas en nuestra vida; pero lo importante no es eso sino que podamos descubrir tus ojos, tu mirada, que podamos entender las palabras que vos decís, los gestos que vos hacés, la expresión de tus manos cuando se levantan para bendecir y la expresión de tus manos cuando se acercan a uno para acariciarle o darle una palmada.

Señor, es mejor decir y hablar de vos, que hablar de uno; porque si uno habla de las cosas personales termina por aburrirse de sus propios estados, pero si uno habla de vos Señor parecería como si toda la plenitud de los Cielos de repente descendiera sobre uno y nos diera todo. Y así sigue pasando nuestra vida y seguimos añorando Señor tu mirada porque hemos sido hechos para vos Señor y no descansaremos en paz hasta que estemos plenamente en vos por toda una eternidad. Antes siempre estaremos ansiosos y siempre tendremos nostalgia de ese mundo donde el amor es lo principal.

Señor, que sabio que sos en todo Señor, Señor que feliz nos hace tu presencia, viéndola o sintiéndola, que feliz nos hace saber que sos nuestro padre, que estás siempre disponible para darnos todo lo mejor. Señor, no, no te fijes en nuestras faltas, en nuestras precariedades, en todo lo que es nuestro mundo, salvo que sea para aplicar sobre ello tu Misericordia y darnos aquello que necesitamos. Sabés Señor, todos seríamos más felices si supiéramos que ya miraste a ese ciego, ya miraste a ese hombre que no puede caminar, ya miraste a esa chica enferma, ya miraste a los demás que en este día estuvieran en este lugar para darles lo que necesitan para ser felices, ¿y por qué Señor?, porque en cada uno de todos ellos uno está viendo la propia imagen personal desprovista, pero al mismo tiempo mirándolos uno está viendo al semejante, al hermano, por los cuales lo más importante es amarlos porque de esa forma se encuentra realmente el sentido de la vida.

Seguí vos Señor con lo que estoy diciendo, te escuchamos Señor .

Dice Jesús:

“Bienaventurados ustedes Mis queridos porque entienden estas cosas y saben dar una respuesta a cada una de ellas; bienaventurados porque vuelvo a decir lo que digo siempre: no sé dónde termino Yo y dónde comienzan ustedes y no sé dónde terminan ustedes y dónde comienzo Yo”.

Todo esto porque hay entre nosotros una contemplación mística, una contemplación fecunda y como decíamos: Yo los miro, ustedes me miran y nadie dice nada, porque hemos llegado a un entendimiento, a una plenificación, a una aurora o amanecer, a una verdadera vida. El amanecer a una nueva vida siempre es descubrir al hermano que está siempre necesitado y es mucho más que buscarse uno mismo, mucho más, es como decimos: cambiar de sitio el alma porque estamos deseando para el otro todo lo mejor que pueda ocurrir.

“Bienaventurados porque a esta hora de la noche en este día, estamos compenetrados mutuamente, estamos plenificados mutuamente y sabemos que tenemos el mismo objetivo, bienaventurados porque están en camino de descubrir plenamente lo esencial y cuando llega ese momento entonces Yo los llamaré a Mi lado y les diré así como naturalmente: entrá en Mi Reino y vení a gozar eternamente de la Bienaventuranza, de la Luz de la Divinidad, del reposo en el amor, el reposo en el amor es lo más grande a lo que puede aspirar el hombre porque vuelve a fundirse con aquél que le dio la vida y la mantuvo a través del tiempo”.

Que hermoso Mis queridos es que pase todo esto, no tiene ningún precio, Yo me siento realmente complacido y ustedes plenificados por escuchar y sentir la palabra del Señor, como un anticipo de la Bienaventuranza, de la Bienaventuranza Eterna.

Les amo con todas las fuerzas de Mi Corazón, les abrazo tiernamente, les aseguro Mi protección constante y una vida realmente plena, para ustedes y para todos aquellos a quienes ustedes aman.

Que así sea todo.

Amén.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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