Mensaje del 18 de Agosto de 2004

Habla Artemio:

Jesús tiene los pies un poco embarrados, porque Él siempre va descalzo, muy pocas veces lo he visto calzado y tiene arriba un poncho blanco, color crudo, con flecos negros, como veinte centímetros, un poco menos tienen los flecos, le llega casi abajo todo, se ve que los tiene para protegerse eso, está un poco sucio el poncho, medio color crudo, está puesto así por el agujero, por arriba, tiene las manos puesta en el posa brazo y por ahí hace un poquito, gira, es decir hace girar la mecedora, Jesús dijo: ya en diez años gasté tres cuerinas de esta mecedora porque está medio roto el cuerín, la cuerina. Sus heridas están brillosas, es decir siempre están sangrando y la parte de arriba del poncho que tiene, la parte del hombro derecho tiene como manchado, es por la herida que tiene sobre el hombro, es la herida que más le duele a Jesús esa porque tiene un hueso pelado ahí arriba, es el hueso que le quedó por llevar la cruz, por eso es el lugar que más le duele y a veces Él se lo despega porque se le pega, pero debajo del poncho debe tener alguna túnica pero no se ve. El pelo está humedecido entonces es más oscuro y más enrulado, se le ven en la frente algunas heridas de las espinas, hay en una Revelación, creo que dice cuántos, creo que eran setentas las heridas de las espinas o más, no me acuerdo.

Bueno Señor, qué nos vas a decir en este día que es 18 de Agosto de 2004.

Dice Jesús:

Cuánto los amo Mis queridos, oía vuestras súplicas, oía vuestros dolores, oía todo lo que me decían, lo que me decían con vuestra alma, con vuestro corazón, no solo de ustedes sino también de todos aquellos que ustedes aman, tengan confianza, tengan toda la confianza porque quien me pide a Mi no será defraudado nunca. Tengan confianza y cuando vayan por ahí digan: yo tengo confianza en Jesús y tengo confianza en su Mamá, porque a través de Mi Mamá me llegan todos los pedidos de ustedes y así como cuando llegaba a los pueblos y decía: “¿dónde están los enfermos que quiero sanarlos?”, así también hoy estoy aquí para decirles quienes están enfermos. Quiero sanarlos, díganme todo, ya me han dicho por supuesto, pero díganme todas las cosas, no se guarden nada para ustedes, díganme todo lo que necesitan decirme, porque Yo quiero sanarlos, quiero sanarlos y no les pido nada a cambio Mis queridos, no les pido nada a cambio, Yo sé que ustedes me aman, Yo sé que me aman mucho, cada uno a su manera, a Mi no me interesa como me aman, Yo sé que me aman y me aman mucho.

Entonces, les digo: también Yo los amo mucho, cuánto los amo Mis queridos, desde el comienzo de los tiempos cuando estaba en el corazón de Mi Padre a través de los milenios los fui amando, los miré a los ojos cuando tomaron forma en la panza de mamá, los llamé por vuestro nombre, les nombré un Ángel que los cuidara y los seguí amando siempre y los sigo amando y estoy siempre golpeando vuestra puerta cuando no me abren, porque Yo quiero todas las noches Mis queridos reposar Mi cabeza en vuestro corazón, ábranme el corazón, porque Yo quiero estar dentro de ustedes, quiero estar con ustedes para siempre, quiero cobijarlos en el hueco de Mi mano y quiero esconderlos en cada una de las heridas que tengo, son tantas Mis heridas Mis queridos y todas todavía están frescas manando sangre para ustedes, porque los amo, para eso me mandó Mi Padre, para que Yo sufriera todo esto por ustedes y les abriera las puertas del paraíso para siempre.

Por eso, por eso quiero que tengan la seguridad que algún día van a estar conmigo para siempre, cuando cierren vuestros ojos y se van a encontrar con todos vuestros familiares y vuestros amigos, pero sobre todo se van a encontrar conmigo Mis queridos y les voy a decir: vengan, vengan al Reino a vivir eternamente en la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, a la Luz para siempre, por toda una eternidad, ya sin dolores, sin angustias, sin preocupaciones, sin nada, porque van a estar eternamente bajo Mi manto de Misericordia.

Los amo Mis queridos, los amo tiernamente, acuérdense siempre de eso, cuando viene algo a vuestra mente de dolor y de angustia digan: pero cómo voy a ser así si el Señor me ama, si el Señor está siempre conmigo, si el Señor quiere darme todo lo mejor, cuando viene un poco de dolor a vuestra mente, cuando viene un poco de angustia por problemas o lo que sea dénmelo todo a Mi que Yo me lo guardo y lo quemo con el fuego de Mi amor y no por un día o dos sino para siempre Mis queridos.

Cuánto los amo, cuánto los amo Mis queridos, ustedes sienten en ustedes todo Mi amor, ustedes lo están sintiendo y ahora este hijo Mío les pondrá las manos como una actitud de afecto y de amor y será como si Yo les pongo las manos para que todo esté bien, para que todo esté en orden.

Los amo, los amo.

Amén, amén.