Mensaje del 11 de Agosto de 2004

Habla Artemio:

Hoy es tanto como 11 de Agosto de 2004.

Vamos a grabar el Mensaje que el Señor nos da hoy para todos los hombres pero especialmente para los que estamos presentes y todos aquellos a quienes nosotros amamos.

Dice Jesús…, no les dije que estaba…, están todos los Santos, está la Virgen María ahí, están todos ¿eh?, bah, muchos.

Dice Jesús:

En esta tarde Mis queridos, me hago cargo de todas vuestras cosas, vuestros problemas, vuestras angustias, vuestros dolores, me hago cargo de todo lo que pasaron los antepasados de ustedes y vuestros descendientes, me hago cargo de todos los dolores que padecieron en la panza de mamá y más adelante hasta el día de hoy.

Todas aquellas heridas que aún no cicatrizaron, a partir de hoy Yo haré que se cicatricen y todas aquellas cicatrices que dejaron la marca en ustedes de vuestros dolores a través del tiempo, Yo haré que se borren, sí, claro, se acordarán de algo pero de una forma distinta. Yo soy la Misericordia, “soy el camino, la verdad y la vida”, entréguenme todos vuestros dolores y no solamente de ustedes sino de todos los que ustedes aman, entréguenme también todas las cosas malas que hacen todos los hombres porque hay en el mundo más de seis billones de personas, entréguenmelo ustedes en nombre de ellos todas las cosas que hacen mal, se matan entre hermanos, se estafan en los afectos y en las cosas materiales, se quitan unos a otros sus cosas, tienen su pie puesto la cabeza sobre sus hermanos, ofrézcanme todo.

Sí, tienen que ofrecerme todo a Mí, porque Mi Misericordia está ansiosa de remediar todo, Mi Misericordia está ansiosa de que termine el mal y ustedes Mis queridos tienen que ser los que llevan a todos lados Mi palabra, díganle a los que aman y a los demás también: el Señor quiere que seas bueno, el Señor quiere que ames a tus semejantes, empezando por tu familia, tus hijos, tu esposa o tu esposo y siguiendo por todos los hombres, porque el amor es lo único que puede sanarlos de todo, el amor los sana de todo y Mi amor que no tiene límites llega hasta ustedes y le da todo lo que ustedes necesitan para ser felices.

Pidan la intercesión de los Santos que ustedes tienen como Protectores y si no tienen nombren Santos Protectores, acuérdense de las almas que están en la oscuridad y están esperando hacer mérito con lo que ustedes hacen para salir de allí. Mis queridos, Yo los presentaré delante de Mi Padre cuando un día cierren los ojos y los abran delante de Mí.

No tengan miedo de la muerte, porque la muerte es un gran bien, vivan una vida muy intensa y preciosa pero no teman el fin, porque el fin no es fin sino es el comienzo de cosas mejores, no teman dejar a los que aman porque Yo los cuidaré. Yo quiero que ustedes estén sanos, alegres, felices, no se olviden que todos los que llegan a este lugar forman el pequeño resto, es decir todos los que vienen a este lugar están comprometidos para llevar Mi palabra en el Tercer Milenio y Yo confío en ustedes plenamente, Yo confío en que ustedes son el pequeño resto, es decir todos aquellos que llevarán Mi palabra de amor a todos los demás.

Les amo profundamente, les doy todo lo mejor, estoy siempre a vuestro lado, acuérdense, ante cada cosa pregúntense: ¿qué haría Jesús ante esto?, y Yo les voy a responder a través del Espíritu Santo en vuestra conciencia y de esa forma nunca se van a equivocar y en consecuencia, no van a cometer esa palabra que suena tan feo que se llama pecado, si escuchan el Espíritu en ustedes no cometerán más pecados, acuérdense de esto.

Ustedes que están aquí, todos los que aman y hombres de todas las latitudes, dejen hablar en ustedes el Espíritu Santo para que les diga cómo deben vivir, qué deben hacer. De algo siempre tengan una seguridad, que los amo con todas las fuerzas de Mi Corazón, lo mismo que Mi Mamá, y estoy siempre a vuestro lado.

Amén.