Mensaje del 29 de Mayo de 2004

Habla Artemio:

… acuérdense que se festeja San Onofre, es el Santo que hace que nunca nos falte el pan de harina y el pan de amor, todos los 29 acuérdense, es ese que está ahí al lado de la caja roja, ese es San Onofre. Como todos los Santos son intercesores delante del Señor, delante de María y María delante del Señor porque se llega a Jesús por María y se llega al Padre por Jesús y entre el Padre y Jesús que se aman forman el Espíritu Santo que es también Dios, es el amor entre el Padre y el Hijo, que es el que se manifiesta en nosotros ¿mmm?, se manifiesta en nosotros diciéndonos en nuestra conciencia todo lo que quiere decirnos, siempre que seamos dóciles para escucharlo, bueno.

Ustedes van a escuchar un murmullo detrás, es el idioma arameo que habla Jesús y yo tengo que ir traduciendo a medida que pasa las palabras que dice.

Dice Jesús:

Celebro estar con estas personas en este día, miro sus rostros y veo en cada uno como si se hubiera detenido el dolor y si sonríen es porque lo hacen a pesar de todo, porque de los presentes ¿quién está sano?, y ustedes saben que para Mí la prioridad uno es sanar a los enfermos, cuando llegaba Yo a cualquier lugar, cuando Yo llegaba a cualquier lugar lo primero que preguntaba era: “¿dónde están los enfermos que quiero sanarlos?”; es decir, Mi principal preocupación es que todos estén sanos, el hombre enfermo no puede alabar a Dios, es quejoso y además…, y además por naturaleza todos los hombres quieren estar bien de salud, quieren nada más ni nada menos que el orden que Mi Papá en el comienzo de los tiempos imprimió para todas las cosas y la salud también es orden.

Ahora, hay algo que ustedes deben saber, ya lo dije muchas veces pero tienen que saberlo, en este momento Mis queridos están respirando el mismo aire que respiro Yo, Mi Madre, los Santos, ¿y eso qué les está indicando?, cuando Yo digo que se viene a este lugar y no se va uno como vino, cómo va a estar igual un ser humano cuando ha respirado el mismo aire que respira el Hijo de Dios y Dios mismo, entonces tengan una confianza muy grande en Mi Misericordia y van a ver que lentamente o rápidamente, en forma inmediata o con un proceso, todos tendrán aquello que desean, Yo soy un Padre amoroso que nunca le daría una piedra a un hijo que me pide pan, ni una serpiente si me pide un pescado. Entonces, les pido confianza, hace falta que diga ante ustedes que la palabra confianza está formada por dos: con junto, fianza, es decir creer firmemente en algo ¿mmm?, fiarse de algo, entonces la confianza viene entre dos, entre ustedes y Yo.

No, no miren ustedes si tienen mucha o poca fe, no, porque lo de mucha o poca Yo lo veo, ustedes no, e incluso aquél a veces que cree no tener tiene más que otros, por eso Mis queridos abran vuestros corazones para que Yo pueda entrar en ellos. Parece que la mayoría está dispuesto a abrirme los corazones pero en cada atardecer vuelvo a hacer la misma pregunta: “¿por qué las aves del campo tienen sus nidos, hasta las fieras tienen sus madrigueras y el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar su cabeza?”.

Es decir, muchos creen abrirme las puertas de su corazón pero en el fondo creo que no lo hacen, ¿y qué es necesario para eso?, es simplemente decir: Señor, quiero que vengas a vivir dentro de mí, yo sé que vos nunca me castigaste con nada ni tampoco has puesto piedras en el camino para que yo tropezara, si alguna vez pasó eso los hombres se han encargado ó bien las cosas que a veces los hombres heredan de sus antepasados pero nunca Mis queridos vayan a creer que Yo les puedo poner obstáculos o problemas y mucho menos castigarlos, no, Mi Misericordia va por otro camino.

Yo les amo desde toda una eternidad, les amo desde siempre y ya en Mi Padre en el comienzo de los tiempos ya los tenía en Mi memoria afectiva, es decir los estaba amando y los amé siempre hasta que un día los llamé por vuestro nombre y los miré a los ojos en la panza de mamá y seguí estando siempre cerca a lo largo del tiempo, muchas veces llorando cuando ustedes lloran, o quejándose cuando ustedes se quejan o sufriendo tanto cuando ustedes sufren. Ábranme vuestro corazón, estoy tan ansioso de habitar en él y Mi Mamá va a ir conmigo también, claro que sí, ustedes tienen que saber Mis queridos que desde siempre y para siempre Mi amor es total para con ustedes y si en la vida no les fue tan bien, Yo también sufrí por eso.

Por eso en este día en lugar de hacerlo Artemio lo hago Yo: les sano vuestra herencia, vuestra herencia hasta la séptima generación, es decir siempre y siempre en adelante para que nadie tenga que heredar nada de las cosas que ustedes padecen; además, Yo veo la Santidad que hay en cada uno de ustedes, cada uno a su manera, cada uno…, cada uno de acuerdo a su forma de ser, de vivir, de pensar y he tomado ya, lo he hecho cuatro veces y lo voy a hacer hoy también: todas vuestras penas, todos vuestros dolores, todas vuestras acciones que a lo mejor no fueron tan buenas se las paso a Artemio para que él pague las deudas de ustedes.

Me explico, a lo largo de todo el tiempo desde que fueron engendrados e incluso por todo lo que viene de los antepasados hay tantas deudas impagas, por supuesto que Yo siempre estoy pagando todo con Mi Sangre Preciosísima, pero también les digo, también les digo: todas las cuentas que ustedes tienen pendientes impagas hoy se las paso a este hijo Mío, Artemio, él pagará por ustedes, asi que cuando se van de acá piensen: estamos limpitos como niños recién nacidos, limpitos, cambiaditos, sin ningún problema, porque en este lugar que es el mayor Santuario de América, aquí en este lugar han dejado todo el pasado, todos los dolores, todo lo que han sufrido, porque ustedes son un montón de dolor apilado, todos ¿eh?, sin excepción, sin excepción, bueno, pero todo se queda acá ¿mmm?, aquí se va a pagar todo; ustedes dirán: pero ¿por qué Yo hablo de pagar?, y Mis queridos, no es porque Yo les quiero hacer pagar sino que hay una compensación natural, si uno tira una piedra y rompe un vidrio la compensación natural ¿cuál será?, hay que reponer el vidrio porque sino ya no cumple las funciones la ventana.

Entonces tengan en cuenta esto, vieron que hoy la sanación no se la hice hacer a Artemio y la estoy haciendo Yo, para que ustedes se cercioraran aún más de Mi presencia tendría que darle algún detalle de vuestra vida, pero Mis queridos a esta altura vamos a estar jugando a las adivinanzas, cuando ya en tus pulmones se ha oxigenado la sangre tantas veces con el mismo aire que estoy respirando Yo, los Santos, Mi Madre y todos ¿mmm?; algunos dirán: la respiración del Señor me llenará de gracia, eso es lo que corresponde decir; otros dirán, aquellos que andan en sectas y cositas raras: me lleno de energía, claro, todo en la Tierra es energía, claro pero agreguen a esto la gracia del Señor ¿eh?. Si ustedes se cubren con Mi sangre como una forma hermosa de cubrirse de todo mal entonces piensen que el aire que están respirando es aire que Yo también respiro y Mi Mamá y los Santos y todo.

Veo en ustedes mucha bondad, veo en ustedes las lágrimas a flor de párpado y como dice Artemio: cuando un hombre llora todo el mundo se conmueve, eso no quiere decir que el llanto de la mujer no me caiga también bien pero como ustedes saben la mujer llora con más facilidad porque es más sensible, mucho más sensible. Entonces, entonces todo aquél que quiere recibir este regalo que lo reciba, el que no Yo no puedo obligarlo pero a partir de este día todos los presentes vayan donde vayan, hagan lo que hagan, piensen lo que piensen, miren lo que miren, toquen lo que toquen, huelan lo que huelan, todo estará bendecido por Mí, todo, ese regalo les doy para que en este mismo momento dejen de pensar en vuestras enfermedades y empiecen a pensar en los demás.

Vuestra situación es de privilegio porque dice el Evangelio: “cuántos sabios y profetas hubieran querido vivir un momento así y no pudieron” y ustedes lo están viviendo, ¿ustedes creen que Yo después de esto podría abandonarlos, podría dejar de quererlos, podría dejar de ocuparme de ustedes en todo?.

Mis queridos, tengan la seguridad de que les amo, tengan la seguridad que no dan un paso si Yo no estoy arriba y abajo, a derecha e izquierda, delante y detrás, por eso que confíen plenamente, con una confianza tan, tan ciega porque nunca olviden que “Yo soy el camino, la verdad y la vida y quien me sigue no anda en tinieblas”.

Es hermoso Mis queridos vivir lo que estamos viviendo, Yo como Dios y enviado del Padre estoy con ustedes, me fundo en ustedes, me derramo en ustedes y toda vuestra alma y vuestro cuerpo se santifica.

Ahora simplemente Artemio les impondrá las manos a cada uno para completar esta sanación y este Mensaje.

Amén.