Mensaje del 16 de Mayo de 2004

Habla Artemio:

Hoy es 16 de Mayo de 2004.

Dice Jesús:

Cuanto me alegro Mis queridos, porque estoy en vuestros corazones y también estoy aquí sentado en esta mecedora desde hace tanto tiempo, ya cuántas veces van que cambian la cuerina de esta mecedora porque Yo la he gastado con el peso de Mi cuerpo, ¿saben? era de la mamá de Artemio esta mecedora y ella la cuidaba tanto y seguramente la estaba cuidando para Mi, porque ustedes tienen que saber que la mamá de Artemio tuvo tantas apariciones y tantas cosas y también tienen que saber que los últimos tiempos todos los días la Virgen Niña venía a darle el té a la tarde.

Sí, pero esa es otra historia, hablemos de ustedes, que lindo es sentirme dentro del corazón de cada uno, sentir que me están amando y que están amando a Mi Mamá también, que bien me siento dentro de ustedes, quiero quedarme para siempre, nunca tengan miedo de que puedan ofenderme, a Mi no me ofenden, porque Yo los conozco desde siempre, miles de años antes que nacieran ya los amaba, cómo me van a ofender ahora con algunas macanitas que a veces hacen, si no lo hacen para hacerme daño a Mi ni nada, lo hacen porque son débiles a veces, o porque ignoran, o porque…, que se yo, pero no, no tengan ningún temor ¿saben?, Mi Misericordia que es el amor con todas las fuerzas les va a dar todo lo que ustedes necesitan, y ¿qué es lo que necesitan?, y tantas cosas Mis queridos, en primer lugar sacarse todo el dolor que tienen adentro porque tienen mucho todavía, déjenmelo acá, a Mi ¿eh?, o preséntenmelo a Mi todos los días así Yo lo voy quemando y una vez que lo quemé ya no se acuerdan.

Quiero sanar todas las enfermedades de ustedes, de los que ustedes aman, quiero sanarlos, permítanme sanarlos, denme permiso para entrar en los cuerpos de esas personas para llevar la sanidad, la curación de todo, díganme todos vuestros pesares, vuestras dudas, díganme todo lo que sufrieron y lo que sufren, díganme, díganme todo a Mi, quiero escuchar de los labios de ustedes dentro de vuestro corazón todo lo que les pasa, porque Yo nunca estuve lejos de ustedes, estuve cerca, nada más que siempre insistiendo: y abrí el corazón, y abrí, y abrilo, abrilo y hoy por fin pude entrar, estoy adentro, ¿no me sienten?, ¿no sienten como voy corriendo por todas vuestras venas y arterias?, ¿no sienten que les estoy dando una paz muy grande a vuestra… (se dio vuelta la cinta) … .

Me estoy acordando de todos los que ustedes aman, díganselo a ellos, díganle: el Señor te ama, Jesús te quiere mucho, hacé que viva en vos, dejale vivir en vos que Él quiere llenar tu vida, quiere sanarte de todos los problemas, no te niegues, dejá que entre Jesús, vos decile, vos decile a esa persona, la otra, tenes que decirle: Jesús quiere sanar tu vida, quiere que vengas viejito, rodeado de nietos, bisnietos y tataranietos y los re contra nietos, quiere que estés rodeado de todos y vengas viejito porque el hombre tiene que vivir mucho tiempo, ¿quién dijo que tiene que morirse?, sí, algún día le llegará pero mientras tanto tiene que vivir, porque tiene que ser el soporte, la ayuda, la palabra, el amor para todos sus familiares ¿eh? y si alguna vez sufrís Mi querido, pensá también Yo sufrí mucho, ofreceme todo eso, dale, ofrécemelo ¿mmm?, tengo unas ganas de pagar todas tus deudas, esas cosas que hiciste allá en tu juventud y que no fueron tan buenas, pero ahora se hizo cargo Artemio de todo, pero si vos querés también ofrecémelo porque Yo quiero pagar.

Sentis que te amo, sentis que estoy dentro de tu corazón, sentis que Mi Mamá también está allí, sentis que te amo, sentis que te estoy diciendo que nunca más me quiero ir de vos, te lo digo desde esta mecedora y te lo digo desde dentro de tu corazón y ahora también Mi Mamá te quiere decir algo, desde aquí donde está y dentro de tu corazón, escuchá bien, escuchá bien porque esto lo hace todas las noches cuando vos te vas a acostar, porque ella es tu Madre y te ama y como toda madre te dice, te dice siempre así, como si fueras un bebé pequeño, un bebé pequeñito te dice…

Dice la Virgen María:

Arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón, arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón.

Te amo hijo, te amo tanto, desde siempre, por eso te repito hasta el cansancio: arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón.

Te amo, te amo, acordate siempre que te amo.

Amén.