Mensaje del 11 de Mayo de 2004

Habla Artemio:

Alabado seas Señor, Jesús está con todo el resplandor del Jesús de la Misericordia, sentimos los rayos del Señor que caen sobre nosotros y nos da un calor muy especial, sí Señor, te escuchamos Señor.

Dice Jesús:

“Bienaventurados todos ustedes porque creen firmemente en Mí y en Mis posibilidades de sanarlos”.

Yo quiero personas sanas, los enfermos son quejosos y no tienen plenitud de vida, Yo los quiero sano, ayúdenme ustedes a que Yo pueda tenerlos sanos, busquen formas de vida más higiénicas, más sanas, más saludables para que Yo pueda soplar sobre ustedes y darle muchos años de vida, eso es lo que Yo quiero, por qué cada día el hombre tiene que vivir menos, eso no es lo que el Señor quiere, el Señor quiere que uno pase muchos años sobre la Tierra rumbo a la Jerusalén Celestial y realmente haciendo sobre la Tierra todo lo mejor, todo lo posible. No crean que el Señor está diciendo: cuándo tienen ustedes que partir, el Señor está contribuyendo a que ustedes demoren siempre la partida.

Quiero dejarles Mi palabra, quiero dejarles la seguridad de Mi afecto, quiero dejarles todo el amor de Mi Misericordia para que queden incinerados en el fuego que sale de Mi Corazón y en el fuego que sale del Corazón de Mi Mamá.

Esta noche cuando queden a solas piensen: cuánto me ama el Señor y si Él me ama quiere para mi lo mejor y si Él quiere para mi lo mejor me librará de todo esto que tengo que no está bien.

Mis queridos, lo mejor que le puede pasar al hombre es que Yo esté en su corazón, cuando Yo estoy en el corazón de cada uno de ustedes, ya nada es difícil, ya nada es imposible, ya nada es feo, aunque la lucha en la vida siga pero tienen el fuego Mío dentro de ustedes que arde continuamente y no por un día o dos sino por toda una eternidad.

Díganle a vuestros hermanos: estuve con el Señor y Él dijo que nos ama a todos, nos ama mucho y que confiemos en su amor para todo y que el que tiene miedo es porque no confía en Mi, porque quien confía en el Señor nada puede ocasionarle miedo.

Y con esto termino en este día, tengan Mi bendición especialísima en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.