Mensaje del 19 de Abril de 2004

Habla Artemio:

19 de Abril de 2004.

Dice Jesús:

“Yo soy el camino, la verdad y la vida, quien me sigue no anda en tinieblas”.

Es cierto, que Yo vine al mundo para que nada se pierda, nada, desde la simple arena hasta la más alta forma de vida que es la del hombre, pasando por las plantas y los animales, todo está bajo Mi cuidado y Mi protección, pero también necesito voces y necesito manos que me ayuden a llevar la palabra a todos aquellos que no la tienen.

Cuántos hombres hay que podrían facilitarme sus manos, sus pies, su corazón para llevar Mi palabra a tantos, porque Yo no quiero que haya hijos infelices, Yo quiero que todos sean felices, pero los hombres están empeñados en hacer tantas cosas dañinas que no es fácil vivir sobre la Tierra, no es fácil, pero si están conmigo Mis queridos todo es diferente, entonces, entiéndanlo: “solos pueden poco, conmigo lo pueden todo”.

No te preocupes cuando un pequeño animal quiere subir sobre Mi falda, ya lo hizo, es una creatura también como todos.

Recién dijiste desde las piedras, de las arenas hasta las formas más altas de la vida que es el hombre, todo está contemplado, protegido y amado por Mi. Digo algo para que se vea por donde van las cosas, por todo lo que paso en este viaje de hoy, por todo lo que te pasó en esta ciudad vecina, te sentiste un poco asfixiado por tantos pedidos y eso te alteró un poco el ánimo, no creés que Yo también alteré Mi ánimo cuando vi que después de la multiplicación de los peces y los panes, muchos me siguieron para que multiplicara los milagros, sí es cierto, Yo lo comprendí pero, a todos esos hombres me puse a enseñarles largamente pero también sentía dolor dentro de Mí, la vida es dolor siempre, sobre todo cuando se entra en contacto con los demás.

Entonces, hay que asumir todo con humildad, incluso asumirse uno mismo con toda la precariedad humana que uno tiene, ocurre Mi querido que cuando saben que alguien puede darles algo, como no son tantos los que dan, las personas se descontrolan y entonces hasta uno se siente incómodo pero todo está bien, todo está bien. El Hijo de Dios y Dios mismo tiene mitad parte humana y mitad divina, qué suerte ¿no?, porque esa mitad humana me hace entender a la perfección cómo es el hombre, pero también hay que pensar que Mi Misericordia alcanza para todo, en consecuencia nunca hay que desfallecer, nunca hay que bajar los brazos, nunca hay que decir: no puedo, porque Yo siempre hago surgir fuerzas aunque ya no se tengan fuerzas.

Ayer conmemoraron la Misericordia y también se dijo que Yo quiero que la cruz de cada uno sea lo más liviana posible pero, cuando a pesar de todo los demás colocan cruces sobre uno, aquí estoy esperando para que me ofrezcan todo, porque todo lo que se me ofrece ya no lo tienen más ustedes, tienen que tener la valentía de ofrecerme todas vuestras células, todos vuestros huesos, vuestras venas, vuestras arterias, vuestro corazón, vuestro cerebro, vuestros pulmones, todo, todo, para que Yo entre en ellos y ponga armonía, ponga orden que es poner salud.

Como decías antes, repito porque antes Yo te inspiraba lo que decías: tienen que vaciar esa mochila que tienen en la espalda, para decirlo con términos comunes, dejarme a Mi todo y convencerse totalmente que Yo obraré en ustedes todo lo mejor y como vos decías: cuando alguien no termina de sanarse es por una razón muy simple, es porque no terminó de entregarse, quien se entrega totalmente a Mi nada se le niega, absolutamente nada, pero hay que hacerlo con el corazón, con todo el corazón y no dejar ningún resto, dármelo todo porque Yo estoy ansioso de tener todo lo de ustedes, entréguenme todo para que Yo pueda ser todo en ustedes y darles la salud que necesitan, la alegría que los reanima, la paz que los conforta, la felicidad que les hace ver el sol, las flores y todo con otra mirada, desde otro ángulo, no mezquinen nada, dénmelo todo a Mi.

Las llamas que salen de Mi Corazón, todo el fuego y agua, toda la sangre y agua, lo mismo que de Mi Mamá, todas las llamas de su Corazón Inmaculado romperá como decían: el cántaro, la copa y serán hechos de nuevo, no solo ustedes sino todos aquellos a quienes ustedes aman.

Sepan que Mi oficio es amarles profundamente y que en la relación de amor lo que quieren los amantes es darse todo, pues bien Yo les doy todo, ustedes ábranse lo suficiente como para recibirlo, todo lo demás se dará por añadidura. Cuando un hombre tiene en su corazón plenamente vigente a Mi Mamá y a Mí, de qué puede tener miedo aún, de qué puede tener miedo todavía, ya de nada, por eso que estas palabras dirigidas a todos los hombres del mundo lleguen con esos medios de comunicación lo antes posible para darles a los hombres todo lo que los hombres necesitan.

Les amo profundamente, confíen plenamente en Mí, confíen plenamente.

Amén.