Mensaje del 04 de Marzo de 2004

Habla Artemio:

Hoy es 04 de Marzo de 2004.

Dice Jesús:

“Bienaventurados los que ven y creen, pero más bienaventurados aún aquellos
que no ven y creen”.

Hoy como todos los días comencé hablándoles y termino hablándoles, que es justamente la tarea que realizo a través de la tercer persona de la Santísima Trinidad, que es el Espíritu Santo, que les está comunicando siempre todo en vuestra conciencia, por supuesto que de cada día se sacan montones de enseñanzas y uno a veces no puede entender porqué pasan ciertas cosas, pero hagan un acto de ofrenda total para darme a Mi todo y el resto lo haré Yo, Yo diré las palabras que ustedes tienen que decir, Yo guiaré vuestros pasos, Yo los tendré en cuenta especialmente, porque los he creado a Mi imagen y semejanza y son Mis hijos y en consecuencia, son herederos de Mi Gloria.

Todo lo que debe pasar en la vida de un cristiano se consuma en todo esto, en el reconocimiento de una serie de cosas, el creer en ellas con toda intensidad y vivir de esa manera y luego largarse al mundo y a la vida y a todas las cosas, porque cuando Yo guío los pasos, Yo sugiero, Yo digo, Yo hablo, no hay nada que temer. ¿Y cuáles serían las condiciones básicas para que esto ocurra?, humanamente el hombre debe tener una humildad a toda prueba que nace de un amor muy fuerte y además de eso, la perseverancia diaria de creer en aquél que todo lo hará, todo lo compensará, todo lo amará y todo lo perdonará.

El hombre que vive de esta forma no tiene porqué temer, porque nadie puede tener miedo cuando Yo los estoy llevando de la mano y Mi Madre también y como leíste antes que dije Yo ayer: “aquél que me ama totalmente, su vida está llena de milagros”, algunos se ven, otros no, pero su vida está llena de milagros. No podría pasarle de otra forma a quién está siempre conmigo, en primera y última instancia esa debe ser la preocupación de todos los hombres, estar conmigo, cuando Yo estoy con el hombre y el hombre está conmigo todo lo demás se dará por añadidura, eso supone una tremenda confianza.

Como decíamos el otro día, confianza quiere decir: ser fieles mutuamente, quien confía y en quien se confía, de esa forma nunca puede haber una traición, nunca puede haber abandono, nunca puede haber olvido porque todo está resuelto cuando el hombre se tomó de la mano del Señor.

Les amo profundamente, este Mensaje de hoy es corto pero es muy profundo, medítenlo, incorpórenlo a vuestra vida, tengo especial gusto en amarles y en estar siempre con ustedes.

Amén.