Mensaje del 22 de Febrero de 2004

Habla Artemio:

… seguramente alguno de ustedes que yo no conozco.
22 de Febrero de 2004, aniversario de las primeras apariciones del Jesús de la Misericordia a Santa Faustina, claro hoy no es un día cualquiera.

Dice Jesús:

Es cierto, hoy es un día de Gloria para este lugar y para todos los que aquí vienen.
Me estoy expresando en arameo antiguo, el idioma que Yo hablaba con los Discípulos, me encargo que Artemio lo diga en castellano para que todos lo entiendan y atiendan, porque sino el hablar en lenguas resulta algo no conveniente.

Vos dijiste antes todo lo que hoy pasó y Yo digo: todo lo que hoy no pasó, es decir hoy todos esos hermanos tuvieron conciencia de la grandeza del Señor, de todo lo enorme que es Mi Misericordia, tuvieron conciencia de que habían sido tocados por Mi Gracia.

Por eso todos han percibido hasta que punto la Santidad está al alcance de la mano, todos han percibido hasta que punto todo se conmueve cuando el corazón del hombre realmente se comunica con la Divinidad, hasta el astro rey que está fijo desde siempre en el centro del sistema solar, sin embargo a los ojos de todos el sol danzó, se acercó, se alejó, vamos a ver si los ojos de las máquinas han podido captar todas esas imágenes tan maravillosas que hacen tomar conciencia al hombre sobre la inmensidad de la grandeza del Señor y el enorme poder de Mi Misericordia.

Todo se conmueve en la Divinidad cuando, cuando el hombre es humilde, cuando el hombre acepta que con Dios todo sin Él nada, entonces no lo que pasó sino, qué no pasó en este día.

Un día tremendamente importante dentro de la historia de la salvación del hombre porque Yo empecé Mis visitas a Santa Faustina en este día hace muchos años, lo mismo que empecé en este lugar hace casi diez años.

Por eso así como Abraham creyó, crean ustedes también ¿qué? todo, porque todo es posible para aquél que hace santos de pecadores, que recoge donde no siembra, que saca todo aunque no ponga nada.

Entonces Mis queridos, vivan así simplemente como los pastos que crecen a orillas del camino con toda la sencillez, con toda la ternura de cumplir con su misión alegremente, vivir en paz y que todo siga su curso de acuerdo como el Señor manda, con todo el amor, con toda la comprensión.

Alaben al Señor, alaben.

Dice Santa Faustina:

Hermoso este día donde hasta el sol brillaba de una manera especial, grande es la Misericordia del Señor, acérquense, sepan lo que es, sepan lo que es el amor obrando, sepan lo que es cuando las compuertas del Cielo se abren de par en par y la Gracia invade todo y deja los corazones extasiados de tanta maravilla.

Les amo profundamente, acérquense a la Misericordia del Señor, que todo lo puede, todo lo alcanza, todo lo perdona, todo lo consigue.

Amén.