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Mensaje del 20 de Febrero de 2004

Si una persona ama, haga lo que haga, nunca va a perjudicar a nadie, si la persona no ama aunque no se mueva de su sitio está perjudicando a todos, entonces quiere decir que las reglas son bien claras, las reglas están muy claras: “un mandamiento nuevo les di, que se amen unos a otros como Yo los amé”.

Mensaje del 20 de Febrero de 2004

Habla Artemio:

Hoy es 20 ¿no? de Febrero de 2004.

Dice Jesús:

“Bienaventurados todos aquellos que ven y creen y bienaventurados aquellos que no ven y también creen”, creen que estoy aquí presente en esta reunión, que también están los Santos que me acompañan siempre y Mi Mamá, todos
bienaventurados.

Tengo una especial complacencia en tenerlos conmigo, siempre los tengo pero hoy en este día han venido de cerca y han venido de lejos para estar junto a Mí… (se oye el murmullo de un bebé) …, valorado será todo eso y de más está decirles en que vuestros nombres están escritos en los Cielos ¿eh?, desde mucho tiempo pero especialmente desde hoy.

(Se sigue escuchando el murmullo del bebé) …, ustedes oyen ciertos murmullos de un niño, piensen que deben hacerse como uno de ellos sino no es fácil llegar ante Mí, ¿y en qué sentido les digo esto?, porque cualquiera podría decir: dentro de la Economía Divina cómo es que se llega delante del Señor, o con qué traje hay que ir vestido para ir a presentarse al Señor, entonces los hombres cuando sienten estas expresiones y mucho más si las digo Yo, en general piensan en las cosas malas que pudo haber hecho, Yo les diría aquella expresión de San Agustín: “amen y hagan lo que quieran”.

Si una persona ama, haga lo que haga, nunca va a perjudicar a nadie, si la persona no ama aunque no se mueva de su sitio está perjudicando a todos, entonces quiere decir que las reglas son bien claras, las reglas están muy claras: “un mandamiento nuevo les di, que se amen unos a otros como Yo los amé”, en la medida en que cumplan ese mandamiento en profundidad y totalmente, nada teman, en todo confíen, porque siempre tendrán Mi aprobación, hasta en los actos más pequeños y por supuesto los actos grandes. Y cuando revisan vuestro pasado Mis queridos, no tengan tanta insistencia en pensar: ¿qué cosas malas hice?, y enseguida empiezan a cargarse con culpas y culpas y culpas, que tal vez esto, que tal vez lo otro, no, en todo caso la mirada hacia el pasado debe ser, tiene que ser la mirada pensando: qué debí hacer y no hice, siempre referido al amor, qué debí hacer y no hice.

Esto tiene totalmente relación con lo que hablaste al comienzo, el amor de Mi Misericordia es un amor que no tiene peros, ahora, entonces no entren en ese esquema tan retardatario, tan lejos de la realidad, de empezar a analizar el pasado, el pasado hay que analizarlo, siempre y cuando sea para…, el pasado hay que analizarlo siempre que sea para mirarse benignamente, no echarse en cara montones de cosas, tener esa no aceptación de la vida y de todo porque uno hizo esto, hizo lo otro, pues bien ya tuvieron dolor sobre eso que hicieron que no era bueno, basta, se terminó, porque si no están poniendo en duda toda Mi Misericordia, algo que Yo consideré ya está, ya pasó, ya no es; ustedes dirán: sí, pero tiene sus consecuencias, no como a ustedes les parece.

Entonces, miren el pasado, analicen todo lo que quieran si eso les parece que les hace bien, pero no sean tan crueles con vuestra propia persona en cuanto a: qué no hice, no esto, no hice lo otro, no hice, bueno hubo omisiones, debí hacer algo y no lo hice pues bien, en adelante lo haré y punto.

Yo quiero mostrarme Mis queridos como el Dios que se hizo hombre como realmente soy y llega hasta ustedes y le trae la solución para vuestra vida, Yo no puedo ser alguien que les viene a complicar más la vida todavía que como se las complica los demás seres humanos ¿mmm?, jamás haría eso y tampoco está dentro de Mi Misericordia esa consideración. De cuántos esquemas viejos tendrán que salir los hombres para realmente entenderme y ver hasta que punto el amor es más generoso de lo que los hombres creen, qué fácil es tenerme aquí sentado, pero ¿saben por qué estoy aquí sentado?, porque alguien una vez pensó en que Yo podía y debía estar sentado aquí y decir todo lo que digo, en el fondo y en la superficie todo es una cuestión de confianza en Mi.

¿Puede algo ser tan grande como confiar en la Trinidad?, ¿puede algo ser tan grande como unirse a la Divinidad y estar continuamente en su presencia?, entonces ¿qué pueden temer de los actos que realicen después?, como si Yo nos los supiera de antemano las cosas que ustedes hacen.

Llegó la hora de la tarde y sigo diciendo lo que les digo todos los días: “el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza”, entonces está golpeando vuestro corazón, déjenme entrar ¿eh?, vamos, déjenme entrar, total todo es a cambio de nada, a cambio de nada.

Les amo ¿eh?, profundamente, estoy siempre con ustedes, los abrazo fuertemente, no tengan miedo nunca, si están conmigo nada malo les puede pasar, aunque otras veces sean las apariencias.

Amén.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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