Mensaje del 18 de Enero de 2004

Habla Artemio:

... el Señor con nosotros.

Hoy es tanto como 18 de Enero si no me equivoco, sí, faltan cuatro días para el aniversario de la muerte de mi mamá, pero no es muerte sino nacimiento el que tuvo, por eso uno se acuerda de ese día porque en verdad que uno no se muere
sino que nace.

Bueno, muy bien...

Dice Jesús:

Recién leíste ahí el Evangelio que: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”, sí, es así y también dijiste que soy amor y quien permanece en el amor permanece en Mí y Yo en él para siempre. Creer esto hace que uno sea cristiano, no creerlo..., bueno uno está en otra cosa.

Hace mucho tiempo que no hablabas de la Comunión de los Santos, es otra de la realidades que hay que insistir mucho porque el cristiano tiene que saber que nunca está solo en sus dramas y en sus problemas y en sus cosas, siempre están junto aquello que les aman, ¿serán tantos?, y sí.

Por ahí en el Evangelio se lee: “ni un vaso de agua dado en Mi nombre dejará de ser recompensado”, cuántas cosas buenas el hombre hace a lo largo de sus días, hasta una simple mirada de afecto, bueno en este mundo o del otro lado alguien seguramente se va a acordar porque el que ama es agradecido el solo hecho de amar es una forma de entrega, entrega total, por eso quien no entendió que Yo soy amor no entendió nada, quien no entendió que en la cruz pagué las deudas de todos no entendió nada, ¿y eso es muy grave?, no, no es grave, hay que caer en la cuenta de que es así, Yo sigo esperando.

Está oscureciendo y por tu mente vuelve a pasar y por la Mía también, aquello de: “las aves del campo tienen sus nidos y hasta las fieras sus madrigueras, y el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”, por supuesto que ustedes ya me han abierto vuestro corazón para reclinar Mi cabeza, pero a lo largo y ancho de todo el mundo no y muchos creen que sí. Llega la noche y el Hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza, pero les digo algo por esta reunión de oración esperándome Yo hago posible que tantos corazones endurecidos se abran por fin y me dejen entrar.

Antes de terminar quiero decirte: todos aquellos, que pasaron por la mente de ustedes en este día recibirán lo que necesitan y aquellos que están lejos y enfermos ya ha comenzado en ellos el proceso de sanación, de curación de sus enfermedades, porque Dios es amor y está maravillado cuando alguien pide que el amor se derrame sobre tantos.

Les amo plenamente, les amo hoy y siempre.

Amén.