Mensaje del 14 de Enero de 2004

Habla Artemio:

Hoy es tanto como 14 de Enero de 2004.

Dice Jesús:

“Yo soy la Luz del mundo y quien me sigue no anda en tinieblas”.

Y esta expresión Mía viene a propósito a lo que dijiste antes, que cada día los temas que uno puede tratar o las palabras que uno diga tienen una admiración diferente porque todos los días el alma está en condiciones distintas para recibir la palabra. A lo mejor veinte veces se dice lo mismo pero hay justamente un día en que ese es exactamente el momento en que Mi palabra es escuchada, bueno más que escuchada hay una suficiente apertura como para que entre ¿no?.

En otro tipo de temas sí, a veces lo que se repite puede ser aburrido pero en temas religiosos no, por lo que dije, porque todos los días el ser humano está distinto al día anterior, es la misma persona pero cada día tiene una forma distinta de enfocar las cosas; y ustedes se preguntarán: y cuando estemos en la Jerusalén Celestial ¿qué es lo que pasará?, allí todos gozarán eternamente del Señor en una felicidad eterna, pero cuando uno dice felicidad no piensa necesariamente en la felicidad como algo humano, el hombre va a estar ya libre de todas las penurias que padece sobre la Tierra y entonces podrá ver el rostro, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo en plenitud, sin ningún temor.

Por eso que, cada uno en la medida que pueda debe preocuparse por hacerse digno de eso, porque cada uno delante del Señor gozará en proporción directa a como vivió, nunca se evalúen ustedes la forma en que vivieron porque los parámetros para medir todo, los del Señor son muy distintos a los que tienen los hombres..., tan distintos.

Lo fundamental entonces será que cada uno de acuerdo a su conciencia haga todo aquello que le parece bien, no se olviden nunca que siempre el Señor es más generoso de lo que el hombre cree, que a medida que pasaron los años y a través del tiempo, tal vez le presentaron la imagen de un Señor duro, inflexible, terrible en sus determinaciones y no es así, solamente puede decirse que Dios es amor y eso lo involucra todo pero todo lo bueno ¿mmm?. Si Dios es amor no podemos pensar en Él ni por casualidad, ni por casualidad en que será mezquino o arbitrario en mirar nuestras cosas.

Entonces vayan por la vida, con tranquilidad, con paz, estén todos los días gozando ya por anticipado de esa felicidad que el Señor les dará y no por un día o dos sino por toda una eternidad.

Recién dije que los parámetros del Señor son distintos a lo de los hombres, parámetro es una medida, ¿como mide el Señor?, bueno les dije, distinto a los hombres, Él ve en los seres humanos montones de cosas buenas que ni los demás, ni uno mismo se ve.

De acuerdo al poco o mucho egoísmo de presentar este problema, se lo presenta al Señor siempre más fácil o más difícil, mientras que es tan fácil todo ¿no?, porque con el lenguaje del amor uno siempre llega a entenderse, acaso no les dije ya hasta al cansancio que al final serán llamados por el amor. Al Señor no le importa ni las formas, ni las maneras, ni con quién, ni cómo, no, sino cuánto, porque el ser humano que ama se pone en una dimensión totalmente distinta a los demás, entonces ya con esa expresión tienen como para evaluar que la forma de mirar todo es distinta.

Ahora, entonces ¿quiere decir que la Trinidad lo justifica todo?, cuántas cosas pasaron por vuestra mente en este momento mientras Yo guardé un poco de silencio pero es importante saber que el amor nunca se equivoca y no hay amores buenos ni amores malos, hay amores simplemente y en la vereda de la vida el Señor más que cualquiera sabe como le va al hombre. En consecuencia nunca la medida del Señor puede ser la misma que la de los hombres, nunca, porque nadie hace las cosas porque sí, siempre hay motivaciones y siempre esas motivaciones si uno está dentro del plan del Señor son sugerencias del Señor para vivir. Además nunca deben de olvidar de una cosa y es que todos fueron creados a imagen y semejanza, entonces hay un soplo divino en el hombre, entonces esto significa que…, hay alguna explicación siempre y una justificación de todos nuestros actos. Ustedes dirán pero, estas palabras nos llevan también a pensar que se puede justificar una muerte o algo por el estilo, bueno aquél que llega a un extremo de esos ¿ustedes creen que por casualidad está en su sano juicio?, ¿no está totalmente alienado por algún problema, drama o lo que sea?, entonces no es que el Señor le busque la vuelta a todo para justificar, no, sino en base a lo que cada uno tiene, en base a lo que cada uno puede, en base a todo como se le fue dando en este mientras tanto de la vida, en base a eso el Señor observa y saben ¿que observa?, observa si la entrega nuestra es total o lo más total posible ¿mmm?.

¿Qué creen ustedes?, que al vivir un momento de amor el Señor no sabe a la perfección desde antemano porque uno lo vive de una manera y otro de otra y otro de otra y así; ustedes dirán: estas cosas podrían llevarnos a extremos, no justamente, porque si alguien que es prudente y medido, es el Señor, en consecuencia teman más bien de vuestra forma de juzgar que de la forma de juzgar que tiene el Señor y Yo dirías más nunca juzguen a nadie, porque nadie tiene ni capacidad ni sabe las cosas lo suficiente como para juzgar a losa demás.
Ante cualquier actitud, conducta o lo que sea de otro, lo mejor es guardar silencio, como el hombre no está dentro del otro hombre no sabe cuáles son las intenciones de los demás, entonces con qué derecho podemos juzgar, ni siquiera con el pensamiento. Salvo que hay situaciones y situaciones por supuesto, donde los hombres de la vida cotidiana deben medir en base a como se maneja la vida entre los hombres, entonces en eso hay que tener cuidado porque uno se ve así cumplido a veces a obrar de una manera ¿verdad?.

Bueno, y aquí podríamos citar aquello que es conocido y viejo: ante un hombre si tienes el deber de juzgarlo hazlo y hazlo como te parece bien, pero al hacerlo apiádate de él.

Yo creo que esto último les deja bastante claro, estas cosas que hemos hablado y cuando se les ocurre que tendrían que decir que no ante cualquier cosa pregúntense: el Señor ¿qué diría?, y en lo más íntimo de vuestra alma el Señor les va a decir que es lo que Él diría. El hombre que endereza su vida en la senda del Señor no tiene que tener ningún temor, porque el Señor le dirá siempre qué debe hacer, cómo debe hacerlo y hasta que punto.

Esto es en gran parte lo que será un buen comienzo de vivir cada instante de nuestra vida pensando en que el Señor está mirando.

Amén.