Mensaje del 31 de Enero de 2003
Habla Artemio:
Hoy que es 30 de Enero de 2003, 31, hoy es San Juan Bosco, (¡oh!, ¿en serio?, viernes, mirá vos, creía que era 30).
Bueno.
Dice Jesús:
Siempre es grato estar a donde a uno lo aman, ¿no les pasa a ustedes igual?, porque Mi mitad naturaleza humana también tiene su corazoncito y Mi Mamá tiene toda naturaleza humana aunque sea Reina y Señora de todo lo creado, Mediadora de todas las Gracias y todo, pero naturaleza humana, que gran cosa ¿no?, bueno.
Yo me, creo que me parece que habría que..., digo me parece porque es una sugerencia sino diría: hagan, y estaría vulnerando vuestra libertad pero se insiste demasiado a veces en: ¡hay que amar al Señor, hay que amarlo, hay que amarlo, hay que amarlo!; y ustedes piensen, ustedes pueden amarme mucho a Mi, al Padre y al Espíritu Santo, pero por tener una naturaleza humana son limitados pero, lo poco o mucho que me aman, está más que bien aceptado y me hace tremendamente feliz ¿mmm?.
Pero, Yo les propondría algo de suma importancia y que es: así en la hora más serena de la noche, cuando parecería que uno hasta es más bueno, vieron que los hombres cuando se están por dormirse parecería que se olvidan de todas las broncas y los odios y las porquerías, parecería que están mas bueno, bueno pero no es el caso..., la cuestión es que en esa hora sería interesante decir: mira Señor, yo sé que hace todo el día que estás siguiendo mis pasos, no solamente a mi sino a todos los hombres y si yo te digo que te quiero…, esta bien, seguí así que estas en un buen camino, pero... es también muy bueno decir: voy a abrir mi corazón, para que el Señor entre en él con toda su fuerza y poder, pero no decirlo así nomás, decirlo en serio: mira Señor, mi casita, es decir mi corazón es humilde, sencillo, es…, a veces medio reseco por los abatares de la vida y que se yo, pero yo lo abro y vení a morar en el, pero no me hagas el chiste, díganme, de decir: por dos o tres días, no, no, a Mí las cosas me gustan siempre que sean así, para siempre, porque si de amores se trata a quién le gusta que le digan: en este día te voy a querer, mañana no sé. Entonces: vení Señor a mi alma, a mi corazón y quedate para siempre, mira por…, es lo que ustedes tienen que decir, mirá por, a veces las cosas que hago, por las broncas que puedo tener, que sé yo, tengo tantos problemas en mi vida ¿no?, nunca estoy a la altura de mi mismo porque como decía San Pablo: “veo lo mejor y lo hago y, perdón, lo aplaudo, y practico lo peor”; bueno también lo decía H. eso.
Es muy simple lo que Yo pido, abrir y decir: entrá Señor, hacé lo que quieras, mira, chico, grande, feo o lindo, esto es lo único que tengo, esto me quedó de la herencia que tuve, esto me quedó de las estafas que tuve, esto me quedó por tantas cosas terribles que he visto en la vida, pero esto que tengo te lo ofrezco Señor, vení habitar en el y no por un día o dos sino para siempre y se acuerdan lo que dice el Evangelio, que dice: “y Yo entraré y cenaré con el”; ¿qué significa eso?, que cuando entre me adueñaré y compartiremos todo. Entonces ¿quiere decir que estaría libre del maligno para siempre?, nooo, porque a veces el se filtra por algún defecto que ustedes tengan y Yo tengo que arrinconarme un poco viste, no me gusta mucho convivir con ese tipo pero que va ser. Por eso, que incluso cuando aparece algún defecto, alguna cosa, hay que desecharlo porque por ahí se va filtrando el maligno y a quién le gusta tener un enemigo dentro de su propia casa, no, entonces traten de que esté Yo solito ahí, por supuesto que venga Mi Mamá también, y todos los seres que ustedes quieren, claro, que aman, pero Yo aspiro a ser dueño de vuestros corazones.
Todo hombre que en lo más sereno de su noche, me abre su corazón para que Yo habite en el, piense, pero piense con seguridad: yo no le tengo más miedo a nada, ni a nadie, ¿mañana?, por favor, con el huésped que tengo en mi corazón ¿puede preocuparme el mañana?; si porque la sonrisa del Ministro de la palabra no fue del todo linda, ¿te va a preocupar la sonrisa del Ministro de la palabra si Yo estoy en tu corazón? ¿mmm?, no puedo conseguir trabajo, si Yo estoy dentro tuyo ¿vos crees que va a pasar mucho tiempo en que Yo no te busque un trabajo?. Es decir, ¿entonces hay que dejarme entrar a Mi por conveniencia?, no, no, no, no, los amigos mutuamente se regalan cosas ¿cierto?, entonces que se yo, vos hiciste algo lindo, tuviste un pensamiento sano: y, mira es poco Señor pero te lo ofrezco; y va haber como un intercambio de, de cosas lindas, todos los que se aman, por lo menos que Yo sepa, se hacen siempre regalos porque el regalo es una forma de congraciarse con el otro ¿mmm?, bueno, si vos estas en Mi corazón y Yo estoy en el tuyo ¿mmm?, mirá que de regalos nos vamos a hacer.
Y pensar que las cosas son tan simples, y pensar que la solución de todos los problemas del ser humano, prácticamente representan una pavada, sin embargo el hombre le gusta estar siempre buscando pleitos y cosas para traerse sobre sí siempre lo peor, quién me tiene en su corazón, Yo pregunto: ¿le hace falta algo más?, porque si Yo te amo Mi querido, te daré todo lo que vos necesitas para ser feliz, así de simple, si Yo algunas cosas que a vos te gustaría no te las doy, seguramente pensá: esto no me conviene sino el Señor ya me lo hubiera dado. Estoy hablando de una relación de compañeros, de hermanos, padres e hijos, hijos y padres, una relación de reciprocidad ¿mmm?: ¡vamos a hacer tal cosa Señor y vamos hacer tal cosa! ¿mmm?, sí pero vos tenes montones de personas que atender; es problema Mío, son los problemas que tiene que resolver Dios, no el hombre, que no sabe como reproducirse, Yo me reproduzco y además (pregúntenle a los niños cómo se reproducen por…).
Entonces le, les he dado la llave maestra para todo, si esta llave no funciona, la culpa no es Mía ¿eh?, la culpa es que no me abriste del todo la puerta, me dejaste con una pierna afuera, o un brazo afuera o la cabeza afuera; es decir, no me aceptaste totalmente pero si me aceptas totalmente estamos a la recíproca, nada hay de tu vida de la cual Yo no me encargue. Claro eso no quiere decir que te acuestes a dormir y esperes que Yo te traiga las cosas, nooo, vos tenes que salir a luchar, pero... la lucha va a ser siempre conmigo y no me quieras vender buzones, ni me quieras hacer pasar una cosa por otra, porque si estoy en tu corazón no hay tutía, en el sentido de que no nos podemos engañar nunca, si hacés alguna cosa que no está bien decime: mirá Señor, esto no me parece que está del todo limpito; mirá, con esfuerzo y tiempo lo vamos a ir corrigiendo, mientras tanto, no le hagas caso, que esto no entorpezca nuestras relaciones ¿mmm?.
Entonces, Yo que conozco los riñones y los corazones de todos los hombres y que sé hasta todo de el, cómo no voy a comprender algunas cosas que puedas hacer que no sean adecuadas o justas, o ¿me estás tratando de ignorante? que Yo no conozco toda tu mente y tu cuerpo y tus posibilidades y tu pasado y toda tu parentela ¿eh?, entonces… no me vengas a explicar: hice esto porque fijate; nada, si querés decirme, decime: hice esto mal, sino no me lo digas porque Yo ya lo sé, vos no habías nacido y Yo ya lo sabía, entonces no te pongas a explicarme, a buscar argumento: fijate que, pero a lo mejor yo esto lo he heredo, pero esto a lo mejor me porté como cochino, pero que…, nada, en todo caso podría decirme o podríamos decirnos: entre vos y Yo nos entendemos ¿mmm?.
Quién no entiende así el problema de la Misericordia, que empiece de nuevo el jardín de infantes o la escuela maternal, porque todavía no sabe ni siquiera las primeras letras de la Misericordia, es duro, es grave, es terrible pero es así; decime, si ¿no lo dice el Evangelio de San Juan hace dos mil años ya casi?, que Yo vine a rescatar todo, a salvarlo todo, ¿no se lo repetí a Santa Faustina?, ¿no se lo repetí a Mi gusanito acá?, entonces qué, qué, qué, ¿por qué dudan?, ¿o a ustedes hay que repetirles las cosas todos los días?, noo ¿mmm?, métanse en el Evangelio de San Juan y…, y si alguno quiere discutirle algo, ustedes no digan nada, piensen en Mí, si están en paz conmigo, mirá, voy a decir un dicho español, pero no lo pongan después en las Revelaciones porque siempre va haber algún puritano por ahí ¿no?..., bueno, pero esto no lo pongan en las Revelaciones, esto es en confianza.
Entonces, que venga el mismísimo, mísimo, mísimo a decirles cualquier cosa, si a ustedes les gusta hacerle caso, tienen todo el derecho, háganle caso porque son libres, pero no se olviden que el Hijo de Dios y Dios mismo ¿mmm?, autor de todo, Señor de todo, Rey de todo, les dijo todo esto que les dije, si esto no los hace feliz, bueno Yo no sé que medida les viene bien che ¿mmm?, Yo no sé, entonces y si se fijan tanto en el Evangelio de San Juan y no escuchan tanto alguno que por ahí dice algo, ¿tendrán que tener cargo de conciencia?, no, Yo creo que ustedes tienen una fe adulta, como para no andar haciendo pavadas ¿mmm?. Además es tan simple ¿no?, fíjense en todos los Evangelios cuando Yo encuentro un Discípulo ¿no?, ¿qué le digo?: “seguime”, y a ustedes ¿qué les digo?: “seguime”, no les estoy diciendo: sigan a otra cosa, sigan a fulano de tal, sigan al otro que la charla lindo, sigan al otro que parece que inventó la pólvora, nooo, Yo les decía a los que elegí Apóstoles y a ustedes también: “seguime”; el resto… ¿vale la pena hablar del resto?, no ¿verdad?.
Y para terminar Mis queridos, el mundo es de los valientes, no es de los pusilámines, es de aquellos que se toman Mis palabras a pecho ¿mmm?, porque esos que se toman Mis palabras a pecho es por una razón muy simple, porque quién les prometió una eternidad de amor no es cualquier hijo de vecino, es el Hijo, el Padre y el Espíritu Santo, nosotros, la Trinidad perfecta les ha prometido el amor para siempre y la Bienaventuranza Eterna y todas las cosas por el estilo. Bueno, y en consecuencia no les debe quedar ninguna duda al respecto ¿mmm?, ninguna duda, por supuesto que hay que tener un poco de prudencia, cordura ¿no es cierto? para enfrentar todas las situaciones. Ustedes conocen aquella anécdota: en qué un general del ejército ateniense, sale a la plaza pública a preguntarle a Sócrates, ¿qué le pregunta?, ¿qué le pregunta Sócrates a ese general del ejército ateniense?: vos que sos general del ejército ateniense ¿qué es la valentía?, el general se pone todo contento porque le dan importancia y le dice: pues bien, la valentía consiste en atacar al enemigo y en no huir jamás. Sócrates dice: no está mal lo que decís, pero le hace ver también que a veces los generales no atacan, sino que retroceden para llevar a los enemigos a un valle o a un lugar no tan cómodo y después sí, caer sobre ellos y destruirlos; entonces el general… cambia de definición: es cierto dice, no siempre es atacar al enemigo y no huir jamás, eso llamaríamos hoy días: estrategias ¿no?, bueno.
Entonces, con aquellos que son peligrosos en la vida ¿verdad? y ¿quiénes son peligrosos?, siempre los que no tienen voluntad propia, siempre aquellos que someten su voluntad a la voluntad de otros, que no tienen nunca una palabra propia, esos son los peligrosos; entonces con los peligrosos usar estrategias ¿mmm?, que no quiere decir quererles mal sino hablar el idioma que ellos hablan, o acaso no les enseñé siempre que para entenderse con los demás hay que hablar el mismo idioma que hablan ellos ¿no es así?, tal vez sea la más grande de las estrategias del ser humano: hablar el idioma que habla el otro.
Bueno Mis queridos, no quiero abusar de vuestra paciencia. Sepan que los amo y que tengo puesto en ustedes tantas esperanzas, tantas pero tantas, pero no se preocupen tanto respecto a qué deben hacer, se los dije al comienzo: déjenme entrar en vuestro corazón y Yo les diré todo; a veces puede ser que parezca que me demore, pero no, también es una estrategia, si señor, porque no es cuestión de que Yo les esté enseñando estrategias a ustedes y Yo no las practiquen ¿no?.
Los quiero mucho ¿saben?, mucho más de lo que ustedes se imaginan.
Amén.
Mensaje del 31 de Enero de 2003
Todo hombre que en lo más sereno de su noche, me abre su corazón para que Yo habite en el, piense, pero piense con seguridad: yo no le tengo más miedo a nada, ni a nadie, ¿mañana?, por favor, con el huésped que tengo en mi corazón ¿puede preocuparme el mañana?.