Ya sé que vos te es difícil entender esto, porque te crees el peor de todos, pero mi querido, el Señor te ha apuntado con su dedo para hacerte Celoso, dice Él, Custodio de sus Mensajes, entonces no tenes nada que temer.
Mensaje del 20 de Enero de 2003
Habla Artemio:
Hoy es, dijimos 20 de Enero.
Dice Jesús:
La paz sea con todos ustedes.
Todo está bien, porque Yo estoy en medio de todo, de todo Yo saco provecho y muchas situaciones las provoco y quienes donaron su libertad para sacar algún provecho, nada es porque sí, no existe la casualidad ni nada por el estilo, para Mis hijos… Yo tengo todo programado. Si ya sé, que muchas veces ustedes tienen que hacer de cabeza de turco, en el sentido de proceder de cualquier forma para que Yo saque Mis beneficios, todo eso no se entiende hasta que no estén de este lado, pero en todo esto es una forma de morir un poco todos los días. A veces vos te empeñas en hacerte pequeño y otras veces me empeño Yo, porque en todo caso lo que vale es el amor que Yo puedo inspirar a través de las humillaciones de Mis hijos. En todo hay un ejemplo clarísimo de lo que es morir a uno y no podemos estar rezando y diciendo: Señor quiero morir todos los días un poco, sino morir realmente.
Tal vez alguno piense que, como esto va dirigido a todos los hombres, tal vez alguno piense que hay un juego un poco morboso en las formas de actuar de los hombres inspirados por Mí, no, Yo uso las cosas como están para sacar de ellas un beneficio o un montón de beneficios. ¿No te dije ayer que no pienses?, que tu único trabajo era aceptar ¿cualquier cosa?, sí, cualquier cosa; no me gustan los hombres incontaminados e incontaminables, prefiero aquellos que diariamente andan chapaleando en el barro, porque es la única forma de encontrar a Mis hijos que andan en esas circunstancias también, con otras apariencias y hay una sola forma, hablar el idioma que sea necesario.
Ya sé que la pregunta es por dentro: ¿hasta cuándo Señor?, el problema es Mío, no tuyo, así como a vos les digo a todos los hombres: déjense llevar, déjense llevar, déjense conducir, no pongan resistencia; qué se sufre… ¡uf!, pero quién dijo otra cosa ¿mmm? Cuando uno ve Mis metodologías, dicen: no son metodologías, son errores de los hombres, no, ¡caramba!, si ni un pelo de la cabeza cae sin Mi permiso, entonces ¿de qué me vienen a hablar?, ¿acaso no apareció hoy en el Evangelio: "que durante el día debemos perdonar siete veces"?, que siete quiere decir siempre; mientras no se entiendan estas paradojas, no se me entiende a Mi.
Habla Artemio:
El Señor quiere que hable la Hermana Gertrudis.
Dice la Hermana Gertrudis:
Cuántos años pasamos juntos, usted siempre se dio cuenta ¿no? que yo lo aprecié mucho y cuando iba a ver sus clases no lo hacía por inspeccionar, lo hacía porque quería aprender. Cuando yo lo nombré a usted en el Instituto, fue inspiración del Señor, porque yo siempre estuve convencida de una cosa, en la docencia siempre un hombre hace más que treinta mujeres, por eso opté por usted.
Yo he observado toda su vida en las aulas de mis Hermanas Educacionistas Franciscanas del Cristo Rey y estoy muy contenta con usted y como lo dije siempre: enseñar a ver. Había una cosa que ocurría siempre, en la dirección nunca nadie se sentaba, todos estaban siempre parados cuando hablaban conmigo, pero tanto en usted señor Amero como en otros se dieron cuenta que no se sentaban nunca pero sabían cuanto yo los respetaba, cuanto yo los quería, cuanto yo los defendía.
Aquí a mi lado tengo a M. y a B., no hablemos de M. porque M. siempre tuvo por usted y por su mamá un cariño entrañable. M., ella creía y creía bien que si hubiera tendido otros profesores como usted, otra hubiese sido la Escuela, aunque por supuesto, yo era más serena que ella, ella era muy apresurada pero era propio de su temperamento, pero cuando decía alguna cosa demás después pedía disculpas enseguida y B.…, ¿se acuerda señor Amero como usted decía de B.?, decía: tiene un rostro donde caben mil rostros de bondad, ¿se acordaba eso usted señor Amero?, no ¿verdad?, pero ella sí, en su cara, en su rostro caben cien rostros, mil rostros de bondad, pobrecita era tan tímida que, ¿se acuerda señor Amero en las reuniones? cuando ella decía, cualquier cosa decía: ciertamente, ciertamente, era la muletilla que ella tenía, ciertamente, pero… también se llevó siempre muy bien con usted aunque no lo entendía. Se acuerda de ese día cuando llegó a clase y había, era casi faltaba poquito para la hora y estaban los chicos un poco desordenados y la hermana dijo: ¡mmm!, y usted le dijo: hermana, estamos aplicando un nuevo método, el desorden creador; era para salir del paso porque B. no entendía tanto, entonces B. fue a la sala de profesores y dijo: el señor Amero está aplicando un nuevo método: el desorden creador. No era así, quiso usted disimular el desorden que había ahí, pero era propio del chico que se levanta cuando ya va a salir al recreo, pero ella necesitaba alguna palabra así porque sino no entendía.
Es una pena señor Amero que no se haya repetido usted en el Virgen Niña y no se lo digo porque sí, se lo digo porque el Colegio perdió identidad cuando usted se fue, no exagero, perdió identidad, ya nada fue igual, le guste a usted escucharlo o no pero ya nada fue igual, nada.
Valgan estas palabras que el Señor me permite decir, para agradecerle todo lo que usted hizo durante tantos años en las aulas de nuestras Escuelas, desde este lado, he podido corroborar toda la obra, nunca considere que es poca, porque nadie sirvió al Señor en los alumnos tanto como usted; ¿habrá habido otros también?, bueno, pero ahora estamos hablando de usted.
Teníamos una extraña forma de entendernos, nos mirábamos y ya sabíamos los dos que es lo que queríamos, gracias señor amero, tal vez venga otra vez, ya que estoy en la Bienaventuranza Eterna y gozando de la Luz del Padre, sepa que voy a estar continuamente intercediendo por usted y toda su obra. ¿Sabe? Yo, la mayoría de las cosas que empecé las vi culminadas y le voy a pedir al Padre que todas las obras suyas, de esta, de este gran proyecto que está en marcha le voy a pedir al Padre que usted vea todo culminado, al menos todo funcionando muy bien, por supuesto que las cosas van a prolongarse en el Tercer Milenio.
Gracias señor Amero por haber sido y por ser como es.
Habla Artemio:
Y acaba de aparecer en la puerta la mamá de la Jessi, está muy bien vestida, muy hermosa.
Habla la mamá de Jessi:
Gracias por ir a verme hoy, me llenaron de gusto, les quedo muy agradecida, especialmente a este muchacho por todo su fervor, ahora quiero darle seguridades a él que yo lo protejo muy especialmente y que fui una de las personas que la hizo venir aquí, entre otras. Que J. sepa que su madre siempre la amó mucho y la ama profundamente, que más allá de todos los obstáculos que tiene que vivir, yo la estoy siempre protegiendo, ¿podría una madre hacer menos? Gracias a vos por las fotos hermosas que le sacaste ¿no?.
Bueno, a ella le fue de una manera, por todo, pero más allá de eso, yo voy a armar su vida muy bien, no teman ni una cosa ni la otra, con quién está y con quién no está, porque en todo caso, mi tarea principal aquí en este lugar es velar por ella, ya demasiados sufrimientos ha tenido como para que los siga tendiendo.
Gracias por vuestra atención, gracias por todo y dale querido… mis cariños y la seguridad de mi amor eterno hasta que podamos estar algún día juntos, aquí en la casa del Padre, dale la seguridad de mi cariño y la seguridad de que nunca va a estar desprotegida. Si ella observa su vida, va a ver que siempre tuvo a alguien que la protegió especialmente, sino otra sería su historia ¿no?.
Gracias ¿eh?, gracias y espero que le digas lo que te dije, sobre todo de mi amor muy profundo. Mi vida se vio tronchada, la de ella será distinta, ella va a realizar todo lo que yo no pude hacer, decíselo, a vos también te quiero mucho, sos un buen compañero de ella.
Cuando estamos aquí somos especialmente agradecidos y esa flor que pusiste allí donde descansa mi cuerpo… será multiplicada a lo largo de tu vida, está prometido.
Dice el Padre Pío, San Pío de Pietralcina:
Mas, yo me preocupo mucho por vos. Mi querido hijo ustedes están sufriendo mucho, mas yo te quiero bien, muy bien como para verte sufrir tanto, pues ya sé que muchas veces te fijas, miras mi vida y decís: salvando las distancias él también sufrió mucho, y la verdad te digo que sí, me hicieron sufrir mucho y además yo tenía como mal carácter, mal genio, viste, viste, no era tan amable que digamos, amable, dicen ustedes o querible no sé, pero yo siempre fui como esas frutas que tienen en el pellejo, tienen espinas o cosas extrañas, pero era cuestión de sacar esa pequeña capa y ya se sentía el gusto dulce. Tantas veces yo me preguntaba: me gustaría sufrir un poco menos, pero… no me entendían, aquí todo lo que yo hacía les parecía que era raro, que era extraño, dudaban de mis estigmas, ¿por qué no se pusieron a pensar cuánto me dolían?.
Ahora, hay una ventaja grande, tenes el Señor, Dios, te cuida especialmente del maligno, no lo deja acercar nunca a vos, salvo cuando haces los exorcismos, pero sino no se puede acercar, pero a mi se me acercaba y me pegaba, me pegaba, cada paliza me daba, que a veces me dolía por varios días; todos los días este maldito me visitaba, todos los días, mas porqué este empecinamiento conmigo, decía yo, mas por qué, hasta que terminé acostumbrándome a sus golpes.
Pero vos no te preocupes que de vos no se atreve, ni se acerca, ni en el pensamiento ni en las obras, mas Nuestro Señor te ha dicho claramente que el esta muy lejos que el bien y el mal, ya eso no debe preocuparte en tu vida, lo del bien y lo del mal, vos estas más allá que eso y es cierto lo que dice el Evangelio de Giovanni, el evangelista: "que el no comete nunca ningún pecado, por regalo del Señor".
Ya sé que vos te es difícil entender esto, porque te crees el peor de todos, pero mi querido, el Señor te ha apuntado con su dedo para hacerte Celoso, dice Él, Custodio de sus Mensajes, entonces no tenes nada que temer. Alguien se preguntará: ¿por qué estoy siempre acá yo?, he dicho muchas veces que mi amor por vos es muy especial, no me preguntes por qué, la forma de amar de este lado es tan distinta de la que hay en el mundo, por eso yo hablo todos los días con los que te visitan y muchos más también, todos, todos te aman, por una razón muy simple, todo lo que vos hacés, es en castellano creo que se dice: genuino.
Hoy me cuesta hablar el castellano, no se porqué. Mi querido, todo esta bien, cuanto te queremos, mucho, nuestra protección es completa, total, aunque a vos no te parece, mas creéme lo que yo te digo, yo siempre he sido medio duro para manifestar mis afectos a las personas, será que yo admiro en vos esa forma de ser que te la ha dado el Padre, el Hijo, Espíritu Santo de amar a todos de una forma distinta y grande, grande, grosa, enorme.
Querido hijo, valora eso que te ha dado Jesucristo, mas si el no te hubiera protegido siempre ¿vos crees por ventura que estarías haciendo lo que haces?, no, pero sos uno, por eso Jesucristo te dice: no te olvides que tenes una naturaleza humana como la tuve Yo y la tengo, entonces esa naturaleza humana esta sujeta a muchas cosas, pero como te ha dicho Jesucristo, hace poco vos sos más, muy, muy lejos del bien y del mal, porque esta gracia el Señor decide siempre que da y que no da.
Por eso, para terminar te digo: no pienses tanto, mi querido no pienses tanto. Deseas que te lo repita: no pienses tanto ¿eh? yo te quiero bien, no sabe cuanto te quiero bien, no sabe cuanto te quiero bien.
Amén.