Mensaje del 06 de Diciembre de 2003

Habla Artemio:

Hoy es 06 de Diciembre de 2003.

Dice Jesús:

Allí donde hay alguien que sufre Yo estoy sufriendo con ellos y quien sufre, sufre porque alguien le hace sufrir, es decir de una u otra forma es el responsable de su sufrimiento, ahora Mi amor tiene que alcanzar para el que sufre y para el que hace sufrir; es decir la Misericordia tiene que derramarse sobre los dos, en un caso para aliviar el sufrimiento, en el otro para la conversión de ese ser.

Entonces, la sociedad tiene que cuidarse porque a veces puede ensañarse con el que es culpable y pensar que quien sufre las consecuencias tiene todo lo mejor, por supuesto que tiene la mayor comprensión, todo, pero los hombres no distinguen bien porque la forma de mirar es una forma gruesa, es decir ante una cosa que es muy grave y es objetiva y se ve entonces se reacciona ¿no?, sí, y me parece bien que se reaccione pero me parecería mejor también que hubiera la suficiente sensibilidad para reaccionar ante otro tipo de injusticias también, en todos los órdenes, pero como dicen los hombres ponen todo en la misma bolsa y si alguien hace algo malo, entonces todos los que son iguales o están en la misma profesión, buenos o malos, lo entran dentro de la misma bolsa para no tener contemplaciones.

Es decir, el hombre se pone de parte del bien muchas veces, pero ante situaciones diríamos demasiado gruesas, demasiado grandes; pero el noventa y ocho por ciento de la sociedad diariamente está padeciendo todo tipo de cosas y no hay una reacción así de la mayoría, si un niño en la Escuela sufre injusticias bueno, no pensemos que todo un pueblo se va a ocupar del niño pero sí toda la Escuela tiene que hacerlo, por ejemplo ¿no?.

Y en todos los órdenes, un hijo deja sus padres abandonados, y sí, alguno que está cerca y conoce se lamenta, piensa que eso no está bien, de alguna manera se solidariza con el perjudicado pero en realidad no cambia nada porque el perjudicado sigue siendo perjudicado y ese hijo, en este caso, sigue en lo suyo; ustedes dirán: entonces nos propone el Señor que hagamos justicia con nuestras propias manos, noo, pero sí tomar parte por todos aquellos que ven sus derechos totalmente pisoteados.

Esto valga para todo Mis queridos, tenga la condición social que tenga, trabaje donde trabaje, haga lo que haga, Yo les digo en forma tajante y si quieren hasta un poco agresiva, no diga soy de Jesús aquél que acepta una injusticia normalmente, no, porque no está de Mi parte, en la medida en que se preocupa más por la injusticia para remediarla estaría más de Mi parte, pero ante una cosa que es tremenda hay que remediarla, de una forma, o de la otra o de la otra, pero dentro de la sociedad nadie saca la cara, nadie quiere poner la cara, porque normalmente los que ponen la cara no les va tan bien.

Entonces las personas pasan su vida entre: me gustaría, a lo mejor lo hago, que lindo si fuera así y todas expresiones por el estilo, pero montones de injusticias continúan, ante las muy gruesas a veces reaccionan, a veces, no siempre y ante las otras no. ¿Falta claridad de juicio?, no creo, falta tal vez el suficiente convencimiento de que no puede haber injusticias y no debe haber injusticia, desde las más pequeñas hasta las más grandes, no debe haber injusticias.

Entonces, no me digan que son de comunión diaria o dominical, no me digan que dan mucho de sus ingresos para obras de bien, no me digan que son los primeros en participar en las cosas de la comunidad, no me digan nada, aquél que ve una injusticia y no se juega por ella entonces no diga: soy de Jesús porque de Mí no es, de Mí tienen toda la Misericordia tienen todo lo quiera pero, la palabra que leyeron hoy en el Evangelio, les dice claramente que deben hacer cuando en un lugar no les aceptan, llevar un mensaje de amor y de…, ¿eh? y de paz, etc. Entonces quiere decir que los hombres tienen un poco de luz interior para ver, en general, por dónde van las cosas pero, no se engañen Mis queridos, no se engañen, ocupen el lugar que ocupen, hagan lo que hagan, sean Ministros de la Palabra, Ministros de Justicia o Ministros de lo que quieran, o Presidentes, o Senadores, o Diputados o lo que se les ocurra, ¿están de parte de la justicia o no?, si están de parte de la justicia en todo caso digan: yo soy de Jesús, sino no lo digan porque no lo están.

La palabra del Evangelio de hoy es clarísima en ese sentido ¿mmm?, no es que Yo esté amenazando con nada, noo, el problema reside en que la misma persona debe caer en la cuenta de acuerdo a lo que le dice su conciencia de que algo no debe ser de esa forma, porque el ser humano siempre camina sobre el filo de una navaja entre ser un hombre y una rata, para dar una expresión de Artemio. Es cierto, un hombre o una rata y a veces digamos, con perdón de ofender a la rata ¿no?, porque es un animal que no entiende ¿no?, ahora bien, entonces en todas las noches, o durante el día o cuando se les ocurra, pregúntense: ¿qué soy yo? ¿mmm?, pero para responderse observen muy bien de parte de quien se ponen dentro del lugar, del grupo, sociedad a dónde viven, piensen muy bien de parte de quien se ponen, piensen muy bien a quienes ayudan y después respondan. Fíjense que si bien me preocupa el hambre que hay en le mundo o todas las necesidades de todo tipo, materiales, más me preocupa el hecho de que haya una especie de asco por los valores humanos, por los deberes y derechos que tiene la persona, en primera y última instancia por la dignidad esencial de la persona humana.

El Señor los crea a su imagen y semejanza, pues bien tomar en cuenta eso y adoptar una posición concreta, porque los días pasan, la muerte llega y hay vidas que cierran el balance de todo y no tienen muchos actos realmente dignos en su vida, ¿vale la pena vivir una vida así?, no lo quieren hacer porque no son seguidores de ningún principio religioso, bueno háganlo por principios humanitarios; es decir al menos pensando en que son hombres y que podrían sentir o pasarles lo mismo a ustedes. Es decir, si no lo quieren hacer como una obra de bien, al menos háganlo pensando en que ustedes también son vulnerables y en consecuencia pueden ocurrirles muchas cosas. ¿Quién está libre de qué?, quién no comprende que todo es como una rueda, donde a veces se está hacia arriba, a veces abajo, a veces a los costados… ¿eh?.

Entonces Mis queridos, sea esto así muy sencillito como todo lo que Yo digo pero muy profundo como todas las cosas que son del Señor, las preocupaciones que son del Señor; no, la vida de muchos no me gusta, la miro con dolor, ¿por qué?, porque es una serie de actos injustos a lo largo del tiempo, una serie de circunstancias y actitudes, de opresión constante hacia sus hermanos, en esto está bien hilar grueso, pero a Mi me gusta que hilaran fino también.

Si algunos pretendieran que Yo saque de una oreja del Templo a muchos que son impostores no lo van a ver eso, no lo van a ver, pero los demás deberían hacerle sentir a esas personas que no están en el camino correcto, sobre todo cuando alguien sufre las consecuencias de la forma de ser de estas personas; alguno dirá: el Señor está lejos de argumentos teológicos, el Señor está lejos de muchas cosas pero ¿saben Mis queridos?, a Mí lo que me importa es estar cerca del hombre, porque para eso Yo vine, no para sentarme a hacer disquisiciones o tener grandes pensamientos con aquellos que se regodean cuando pueden hablar un idioma que tal vez ni ellos mismos entienden, no.

Vayan diciendo cosas en contra nomás, todas las que quieren, pero Yo estaré siempre de parte del hombre, siempre y por supuesto por aquellos por los cuales vine especialmente, los que menos pueden y los que menos tienen y los que menos todo, es decir todos los que están al margen, todos aquellos que entraron al mundo por la puerta de atrás y están allí en la cuneta de la vida, no se extrañen si por ahí leen en la Sagrada Escritura: “que los últimos serán los primeros”, ¿no les parece a ustedes también razonable que sea así?.

Los invito a una actitud seria y verdadera, prefiero que digan que son de cualquiera pero no digan que son de Jesús cuando toda vuestra vida o gran parte de ella, ni por casualidad está dentro de lo que a Mí me parece que está bien.

Seguiré hablándoles así con palabras simples para que todos me entiendan, a veces tendré que usar algunas otras palabras para otras personas, porque hay que hablar el idioma de los hombres ¿no?; pero, ustedes saben muy bien de parte de quien estoy, no se llamen a engaño, además la vida no es tan larga como para llamarse tanto a engaños.

Dicho todo esto con todo el amor, el respeto por el hombre, no hay aquí otra cosa que dar normas o sugerir algo para vivir realmente como quiere el Señor.

Amén.