Mensaje del 29 de Noviembre de 2003

Habla Artemio:

Hoy es 29 de Noviembre de 2003.

Dice Jesús:

Ustedes recién entonaron: cantemos al amor de los amores, cantemos al Señor, Dios está aquí, venid adoradores, adoremos. Y permítanme, que ahora les cante Yo: enamorado de Jesús, enamorado, enamorado de Jesús. Enamorado de Jesús, enamorado, enamorado de Jesús. Enamorado de Él, enamorado de Él, en mi corazón tengo escrito Jesucristo de Nazareth. Enamorado de Jesús, enamorado…, y continúa.

Pasó por tu mente el decirme: tenés todos los recursos Señor, y sí, pero ustedes también, Yo preguntaría: ¿qué cosas hoy no se entienden?, ¿queda algo sin entender en este día?. Cada uno piense en su interior: ¿queda algo sin entender en este día?, sí, pueden quedar muchas cosas pero serán las que hay que entender otro día.

Mis queridos, todo esto es tan genuino, tan verdadero, tan cierto, que Yo podría decir en este momento: que salga el sol y el sol saldría, que la Tierra se haga plana y vuelva a tener rugosidades y todo eso se haría, porque si ustedes miden hoy desde la primer palabra hasta este momento todo es de una comprensión tan grande, tan magníficamente grande que hasta peligra la mente humana y con más razón el corazón por tanta evidencia junta.

“Bienaventurados Mis queridos, porque muchos profetas y sabios quisieran haber oído lo que ustedes oyeron hoy y sentido lo que ustedes sintieron hoy”.

Como ven Mis queridos, en las primeras palabras está dicho todo, pero Yo insisto en decir algo más, es lo mismo que hacen ustedes cuando dicen más cosas para quedarse en un sitio, ya han dicho lo esencial, pero siguen diciendo cosas para demorar un rato más la partida.

Bienaventurados, porque estoy tan conforme con ustedes, pero tan conforme, que no me cabe el corazón en el pecho.

Amén.