Mensaje del 28 de Noviembre de 2003

Habla Artemio:

28 de Noviembre de 2003.

Dice Jesús:

Es cierto, sí, esto que está pasando aquí en este momento, no pasa en ningún lugar de la Tierra, pero ustedes no se pregunten porqué, Yo en estos diez años casi he dicho muchas veces por qué, no creo que valga la pena repetirlo pero, por otra parte hay montones de que no quieren creerlo, Yo los bendigo igual a todos, los espero todo el tiempo que sea necesario, Mi Mamá también, acaso no les dijo ayer que podrían llamarla a ella Nuestra Señora de la paciencia.

Esa es Mi tarea, esperar, esperar que cada uno se decida por Mí, porque cuantas veces ya se dijo: “que las aves del campo cuando llega la noche tienen sus nidos, hasta los animales salvajes tienen sus madrigueras y el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza”. Claro, es más que evidente, que si los corazones son duros no se abren para que Yo entre y pueda recostar Mi cabeza. Y cual es el motivo por lo que los hombres tantas veces tienen su corazón endurecido, por supuesto que influye en montones de cosas, como se criaron, quien los educó, si desde pequeño le mostraron la vida verdadera y montones de cosas más.

Entonces, como decíamos antes, Yo permanezco allí, esperando que me abran la puerta del corazón, para entrar en él y traer todas las soluciones que sean necesarias, pero para eso Mis queridos hay que tener, como lo dije tantas veces, humildad que nace del amor y es la madre de todas las virtudes. Mientras el hombre no tenga humildad no puede pensar que Yo puedo tomar forma nuevamente, aparecer en algún lugar del mundo y darles a los hombres Mensajes para que de esa forma puedan mejorar su vida.

Por ahí se me ocurre aparecer en algún lado, digo a lo largo de la historia, pero los hombres no creen y a veces hasta matan a quienes creen, es una pena, digo esto por lo que leyeron en la Sagrada Escritura. Pero, vuelvo a repetir, ya que aún no se aprendió: “que nadie puede detener a un pueblo o a un hombre cuando Yo le di la fuerza para caminar”, les guste a muchos o no, pero Yo sigo insistiendo, en algún momento el hombre tiene que convencerse de que uno es el camino, mientras tanto el sufrimiento es el denominador común, pero el cristiano sabe muy bien que con el sufrimiento me ayuda a Mí a redimir a los hombres.

Y para terminar les digo: si me tienen a Mí ¿qué otra cosa puede preocupares?.

Amén.