Mensaje del 27 de Noviembre de 2003
Habla Artemio:
Está su Mamá pero están todos también ¿no? y Jesús está también ahí de pie.
Hoy es 27 de Noviembre, día de la Inmaculada Concepción de la Medalla Milagrosa.
Ahora Nuestra Madre, a pesar de eso sigue teniendo el mismo vestido que tiene en el cuadro ¿no?, es decir pueden cambiar las denominaciones pero ella es una, la denominación siempre es una, Nuestra Madre, la Virgen.
Señora, no sabes cuanto gusto me da que estés aquí con nosotros, estás siempre, todos los días, pero si estás sentada allí es porque vas a hablar vos bastante seguramente ¿no? y si las personas tienen que irse por algún motivo vos comprenderás que ellos se vayan ¿eh?.
Dice Nuestra Madre, la Virgen:
“He aquí la esclava del Señor, hágase en Mí según tu palabra”.
Yo era tan jovencita cuando dije eso, tal vez no tenía idea de todo lo que se venía, pero no olviden nunca esto, más allá del juicio particular que cada uno puede tener, es para los que se entregan al Señor, el Señor los provee de los elementos que necesitan para todo, entonces nunca se llamen a engaño, no, dejen que el mundo siga por los caminos que quiere seguir, ustedes porque están aquí están con nosotros y en consecuencia están en este camino.
Todos están peregrinando a la Jerusalén Celestial, pero muchos al peregrinar, porque si lo hacen conscientes de lo que hacen, al peregrinar es posible que se rompan la cabeza en tantas cosas, porque en el hombre hay tantas contradicciones, condicionamientos, deficiencias, precariedades, que hace que los que entienden sean tan pocos, pero ¿saben Mis queridos?, Yo a esos que entienden los veo a veces con el rayo del sol y otras en la noche, trepándose por la colina para no llamar la atención, ¿para qué?, porque están convencidos de algo. Cuando ustedes vean a un hombre convencido de algo pero tan convencido, piensen: aquí está hablando el Señor, que necesita hombres disponibles y dóciles para que el Espíritu, el paráclito se exprese en ellos, ¿y cómo sabe uno que esos hombres son del Señor?, por sus obras, por sus obras.
Decían por allá en la Edad Media ya, aunque puede resultar un poco demodé decir esto, cuando alguien piensa en el genio nadie se lo imagina en banquetes, ¿por qué digo esto?, porque los hombres que traen la Luz del Espíritu se notan a la distancia; ustedes dirán: porque traen la paz, sí, claro, para los que quieren la paz, pero para otros hacen lo que dijo Mi Hijo: traen la guerra ¿mmm?.
Pero cuidado, que montones han interpretado mal esto de la guerra, creen que es la guerra con un arma, desde las más simples que conocieron los antepasados hasta las más sofisticadas, pero no, no, no, no, Mi Hijo habla de otra guerra, la guerra en contra del mal ¿verdad?.
Y como en la sociedad muchas veces el mal está enquistado, incluso en aquellos que uno creería que no debe estar el mal, sin embargo se las ingenian tan bien, ayudados por el maligno por supuesto, se las ingenian tan bien para parecer que son de un bando pero en realidad están sirviendo al maligno.
Entonces, rebobinando otra vez: “Yo no vine a traer la paz sino la guerra”, dijo Mi Hijo, pero esta guerra, no la otra que hace bendecir las armas, no, la guerra en contra de todo lo malo, que es más difícil que hacer la guerra con las armas. ¿Por qué es más difícil?, porque no les va bien a las personas que hacen esa guerra, y entonces ¿por qué la hacen?, como decías antes: convicciones, convencimiento de que algo tiene que ser de una manera y no de otra, pero ese convencimiento, como la palabra lo indica, con junto, vencer junto, el que está convencido, está convencido por el Espíritu Santo y entonces avanza, avanza y a veces tiene que retroceder, pero ustedes saben como hacen los atletas que retroceden unos metros para saltar mejor, para tomar más impulso.
No estoy Mis queridos hablando de bueyes perdidos, no, en este día, con un nombre por advocación conviene que diga esto, en estos tiempos, tiempos de ustedes no de la otra dimensión ¿no es cierto?, pero Yo tengo que hablar con los tiempos de ustedes.
Entonces, nunca se llamen a engaño, porque traer la guerra como decía Mi Hijo es difícil, es difícil porque…, porque la Trinidad invierte, para decir con términos de hoy en esas personas que traen la guerra, no solamente la guerra sino toda la infraestructura para esa guerra y una infraestructura no se hace de un día para otro, por eso digo: la Trinidad invierte a través de los años, o de los Siglos, o de los milenios, invierte y prepara. Claro, los hombres tienen máquinas sofisticadas para preparar cosas y adelantarse prospectivamente a los tiempos, pero son cosas muy chiquititas al lado de todo lo que quiere el Señor y lo que hace el Señor.
Entonces después de lo que hablamos hoy, que es bastante difícil por supuesto y que no, no te preocupes que alguien se levantó y se fue, alguna vez tengo que decirlo y las cosas no todos pueden escucharla, porque les aburre, no por mal.
Entonces…, siempre a Mi me gusta decir cosas delante de aquellos que están en lo mismo y como una consecuencia lógica, si en la guerra esta, que no es con armas, alguien queda en el camino, se hace una tremenda necesidad aunque no estoy expresándome bien, de que los que entienden levanten la bandera, que parece momentáneamente caída al suelo y sigan avanzando.
Ahora, estos que llevan la bandera y pueden llegar hasta al final con su bandera, o bien otros recogen la bandera que alguien dejó caída a orillas del camino por circunstancias fortuitas, de cualquier forma estas personas son las que hacen la historia.
Mis queridos, la historia no la hacen las grandes masas de hombres, pueden influir, pero la historia la hacen algunos hombres, a veces solidarios, otras veces en pequeños grupos y para el resto de los hombres a veces no se notan, porque la mayoría de las veces avanzan en la oscuridad, no en la oscuridad porque sea de noche sino en la oscuridad de todas las incomprensiones habidas y por haber.
Porque hay ciertas reglas que siempre así son muy claras, la Luz encandila a aquellos que no tienen los ojos preparados para verla y entonces no es que sean malos, digamos en general ¿no?, pero sí tienen miedo todos aquellos que están delante de algo muy grande que no entienden, o de una Luz muy grande que sus ojos no pueden contener, se asustan, ¿y qué hace alguien que se asusta?, tropieza, golpea, destruye lo que tiene cerca, pero no porque tenga claro qué es lo que pasa, el problema es que como no ven, y los ciegos, ¿qué hacen los ciegos?, Dios los cuide ¿no?, ¿qué hacen los ciegos?, chocan con todo y tumban las cosas y dificultan el tránsito por muy santos que sean a veces, pero están ciegos, no ven.
Entonces, aquellos que avanzan en la noche pero que no es noche sino que es pleno sol, nada más que en la noche de las incomprensiones, se encuentran siempre con los que no ven, con los ciegos y lo importante es que estas personas comprenden que los ciegos no ven, pero sin embargo tienen que lidiar con los ciegos y a veces toda una vida, toda una vida. Ustedes dirán: la Madre hoy está muy simbólica en las cosas que dice, sí Mis queridos, muy simbólico puede ser pero muy entendible ¿verdad?.
Entonces…, ustedes dirán: porqué esas personas que tienen que lidiar con los ciegos y luchar más allá de sus fuerzas y en una total incomprensión, ¿por qué siguen avanzando?, podrían volverse, total Mi Hijo perdonaría todo, porque Él nunca pide más de lo que alguien puede dar, sin embargo no se vuelven atrás, sanan las heridas, se reponen de los golpes y antes de que estén cicatrizadas las heridas, vuelven a tomar las armas de la verdad y siguen avanzando.
Tal vez, dentro de algunos Siglos la ciencia pueda explicar algunas de estas cosas que hoy pueden parecer milagrosas pero…, aunque las ciencias las explique ciencias milagrosas, ¿por qué?, siguen siendo milagrosas porque la Luz que viene del infinito e incide sobre el prisma, así llamo a estos hombres, dejan pasar la Luz y proyectan un montón de haces de colores diferentes, que son los distintos campos donde tiene incidencia esto, que normalmente abarca todo, porque…, porque lo que va diciendo el Señor a través de su haz de Luz, tiene la pretensión de modificar toda la sociedad y todos los aspectos de un mundo en un momento determinado.
No quiero abusarme de ustedes Mis queridos, pero este contacto que tenemos hoy les llena de gracias, piensen: estuve en contacto de todos estos seres del más allá, de la otra dimensión y en consecuencia todos estos seres me llenan de la gracia suficiente como para enfrentar todo en la vida, ¿y qué es todo?, todo, desde las cosas más desagradables hasta las más placenteras.
Por eso Mis queridos, cuando Artemio les dice, siguiendo el Evangelio de San Juan que quién está en el proyecto del Señor y deja oír en su conciencia al Espíritu Santo, entonces entra en una dimensión donde le resulta muy difícil hacer mal las cosas, ¿por qué?, porque cuando el Señor tiene predilección por algunos, que justamente vienen como una consecuencia de la entrega y de la disponibilidad y por supuesto, de las convicciones, entonces todo es diferente.
Yo hablaría toda una vida, pero no creo que haga falta, sí estoy convencida, de que en este día muy querido por Mí, he sentado las bases de muchas cosas, quien las quiere ver que las vea, el que no…, y bueno, le esperaremos.
Mi Hijo dijo que a Él podrían llamarlo el Señor de la paciencia, y Mis queridos, a Mí también llámenme así: la Señora de la paciencia, Nuestra Señora de la paciencia, es decir esa espera a veces interminable de aquellos que están ciegos y no pueden ver y esa ceguera no se sana con máquinas, ni aparatos ni cristales sofisticados, solamente esa ceguera puede sanarse con la irrupción, Yo diría hasta violenta del Espíritu Santo. Mientras tanto en la noche o en el día, en la mañana o en la tarde, de pie o de rodillas, sigan, que todo el mundo Celestial, especialmente Mi Hijo y Yo estamos siempre con ustedes, siempre, siempre.
Amén.
Dice Nuestra Madre, la Virgen:
Quiero agregar, que bueno sería decir: cantemos al amor de los amores, cantemos al Señor, Dios está aquí, venid adoradores, adoremos, ¿a quién?, a el Hijo de Dios y Dios mismo.
Les autorizo desde hoy que digan: ¡Nuestra Señora de la paciencia, rogad por nosotros!.
Amén nuevamente.
Mensaje del 27 de Noviembre de 2003
Pero cuidado, que montones han interpretado mal esto de la guerra, creen que es la guerra con un arma, desde las más simples que conocieron los antepasados hasta las más sofisticadas, pero no, no, no, no, Mi Hijo habla de otra guerra, la guerra en contra del mal ¿verdad?.