Mensaje del 08 de Noviembre de 2003

Habla Artemio:

…, Santos, familiares…, en este día 08 de Noviembre, dice Jesús…

Dice Jesús:

Bienaventurados todos los que están aquí y todos los familiares que quedaron en el hogar, porque hoy llega la gracia a ustedes y a vuestros hogares, la gracia en abundancia que solamente puede dar la Trinidad.

Yo les agradezco esa confianza que ustedes me tienen y esa forma incondicional de amarme a través del tiempo, Yo les agradezco que se hayan decidido por Mí, porque son Mis hijos, creados a Mi imagen y semejanza y por lo tanto herederos de la Gloria.

Esto que estamos compartiendo en este día es un anticipo de lo que será la Jerusalén Celestial, es decir la Bienaventuranza Eterna, donde verán por toda una eternidad el rostro del Padre y la felicidad no tendrá límites y no por un día o dos, sino para siempre.

Tengan siempre en cuenta todo lo que representa en el plan de la salvación a Mi Madre amorosa, ella que es Mediadora de todas las Gracias, Co Redentora conmigo y Reina y Señora de todo lo creado, Mi Madre, vuestra Madre, tiene que ocupar un papel muy importante en vuestra vida. Por duro que sea lo que les toca vivir, díganselo a Mi Mamá y ella les dará el consuelo que solo una Madre puede dar.

Alaben al Señor porque es bueno, alábenlo porque es grande su Misericordia y su consideración por los hombres no tiene límites.

Dice Nuestra Madre, la Virgen:

Cada mañana al levantarse digan y háganlo con mucha alegría, lo mismo que Yo le dije al Arcángel Gabriel: “he aquí la esclava del Señor, hágase en Mí según tu palabra”.

Dicho esto sentirán que entrará en ustedes también el Espíritu Santo y los llenará del Señor: “he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”.

Nunca deben olvidar que continuamente de Mi Inmaculado Corazón sale una llama de amor, pidan para que esa llama esté siempre incinerando vuestras vidas y que nunca termine por toda una eternidad.

¡Cantemos al amor de los amores, cantemos al Señor, Dios está aquí, venid adoradores, adoremos!.

Quiero que también se cobijen siempre bajo Mi manto, que es tan enorme como todos los hombres de la Tierra, ¿qué pueden temer debajo de Mi manto?, y también agregaría: que enfermedad puede no curarse si toman el agua que sale de los grifos de este Santuario o los pétalos de rosa, que Mis rosas producen aquí, en cientos de miles, para que invadan toda la Tierra y lleven bendiciones y sanaciones a todos los hombres.

Háganlo con fe, no piensen cuanta fe tienen, eso solamente lo puede medir el Señor, sean propagadores de todo esto, diciéndole a cada uno que quiera escuchar, no a los otros: el Señor me habló y su Madre también y me dijo tantas cosas hermosas que ya los miedos no existen, los temores han huido lejos y el maligno no puede con la llama de amor que sale de Mi Inmaculado Corazón.

Y como hago muy seguido, me gustaría cantarles un poquito lo que todas las noches hago en vuestra cama: arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón, arrorró mi niño...

Les amo profundamente.

Amén.