Mensaje del 05 de Noviembre de 2003

Habla Artemio:

Hoy es 05 de Noviembre.

Jesús está con nosotros.

Dice Jesús:

“Yo soy el camino, la verdad y la vida, quien me sigue a Mí no anda en tinieblas”.
Primera parte del Mensaje de este día.

“Yo soy el camino”, ahora el problema está en como convencer a los demás de que uno es “el camino, la verdad y la vida”, cómo convencerlos.

El problema está en que cada uno quiere que Yo sea el camino, que ellos creen que es el camino adecuado, la verdad adecuada y la vida adecuada y nunca toleran ni aceptan que otro pueda decirle, además la virtud de la tolerancia es fundamental. Hay que llevar Mi palabra pero hay que también tener la tolerancia de aceptar que muchos están caminando por su propio camino y todos van hacia el mismo fin, la base fundamental es que cada uno marche por la vida con honestidad siendo genuino con su forma de ser, de pensar, de actuar, todo y por supuesto, como dice el Evangelio de San Juan: “que la salvación es individual”, por supuesto también San Juan dice sobre la importancia de la comunidad, pero Yo he muerto en la cruz por cada uno de los hombres.

Entonces siempre tener en cuenta que si alguna vez se le comenta a alguien por el camino que transita hay que hacerlo con la debida tolerancia y respeto, porque muchas veces puede ocurrir que uno cree que el camino del otro no está bien o es equivocado y tal vez sea mejor que el del que lo está pensando.

Por eso, cada uno que piense: yo soy el que dará cuenta de mis actos, aquí en la Tierra y después en la otra dimensión, yo soy, diga cada uno, y en consecuencia viva en base a lo que cree que está bien, invoque al Espíritu Santo para que siempre le esté diciendo lo justo y necesario, pero no se olviden nunca, cada uno va edificando de acuerdo a sus características, su forma de ser, de pensar, de actuar y cada uno va a ser tenido en cuenta en base a la honestidad con que hizo todo lo que hizo. Incluso Mis queridos, hay que acostumbrarse a vivir en la Tierra siempre pensando en que uno tiene sobre las espaldas la responsabilidad de uno mismo, compartida conmigo si ustedes se ofrecen, pero cada uno lleva sobre sus espaldas sus propias cosas y en ningún caso son comparables a lo de los demás, en ningún caso, puede haber puntos en común pero cada uno, hombre es único, inédito e irrepetible.

No olviden nunca estas cosas, cuando están en el día o por la noche, solos delante de Mí, sean directos, concretos y díganme todo lo que tienen que decirme, porque cuando están en paz conmigo ya nada les puede faltar. Lo que más le preocupa al hombre muchas veces es que va a pasar en el más allá, pero si están conmigo, no tengan el más mínimo temor, porque Yo estaré con ustedes hasta la consumación de los Siglos, esa es Mi promesa y la cumpliré inexorablemente.

Amén.