Mensaje del 29 de Octubre de 2003

Habla Artemio:

… de Octubre de 2003.

Segundo Mensaje de este día.

Dice Jesús:

Cuánta es vuestra concentración y atención que no se oye nada, absolutamente nada, eso me pone muy contento porque es una reverencia que le están haciendo al Señor en la persona del Hijo.

Antes se habló de que la conversión era como un impulso constante a estar dentro de los caminos del Señor, ¿por qué?, porque es necesario que el hombre tenga todo lo que necesita para ser feliz, para vivir de acuerdo a una forma de vida, para tener al alcance siempre el auxilio Mío y de Mi Mamá, entonces pase lo que pase, ocurra lo que ocurra, ustedes tienen que estar convencidos de una gran cosa, de que el Señor es amor y el amor es la Misericordia obrando, entonces nada más hermoso que ser un protagonista en la vida de todos los días, como si fueran realmente cosas grandiosas y sublimes.

Por supuesto que Yo no voy a cambiar el tono de las Revelaciones pero cualquiera diría: después de todo lo que avanzaron en tantos años, es lógico que les hable de una manera distinta a antes, o ustedes dicen las mismas palabras a un hijo pequeño que al hijo cuando va cumpliendo años, y evidentemente que todos estos años fueron años de conversión, de ponerse cada días más dentro del camino del Señor.

Y ¿por qué todo esto preocupa?, preocupa porque en primera y última instancia todo lo que van haciendo en la vida, todo lo que vayan haciendo en la vida no es nada más ni nada menos que una forma, cada uno en su lugar, cada uno en su trabajo y en su profesión o lo que sea, es un peregrinar hacia la Jerusalén Celestial; ustedes dirán: pero eso falta tanto, cómo será todo, no me pregunten eso porque ustedes lo han visto en todo lo que pasó el sábado y el domingo, donde la gracia era tan evidente que se podía tocar con las manos.

Esto además de ser una forma que tengo Yo de regalar cosas, debe ser también una forma para que cada uno de ustedes se afiance mucho más en lo que hace, en como vive, en todas las cosas.

Todo lo que pasó es como ascender un montón de escalones en la vida contemplativa, en la vida así contemplativa, puede haber oraciones, puede haber montones de palabras, pero lo fundamental es esa adhesión total y definitiva que tiene cada hombre como objetivo.

Estén todos en paz, tengan la paz, solamente la paz que Yo puedo dar, solamente, y si les digo esto, también les estoy diciendo: no teman de nada, porque no hay nada que temer, todo está bien, bien ordenadito, bien pulcro, muy genuino.

Todo es siempre para mayor Gloria de Dios y mayor felicidad de ustedes, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Que esta bendición permanezca en ustedes y en todos los que aman para siempre.

Amén.