Mensaje del 11 de Octubre de 2003

Habla Artemio:

Hoy es 11 de Mayo, perdón de Octubre de 2003.

¿Saben por qué me equivoqué?, porque María me hizo como una especie de chiste porque el mes de Mayo es el mes de ella, hoy también, todos los días sábado son de ella, bueno todos los días son de ella pero, entonces a veces también ellos juegan un poquito con nosotros ¿eh?, juegan en el buen sentido. Bueno, ahora sí…

Dice Jesús:

Que otra cosa puede hacer un Padre que amarlos tiernamente, entonces eso les indica que ustedes tienen que estar felices porque Yo les doy la esperanza de tener aquello que ustedes necesitan y aquellos que necesitan aquellos que ustedes aman.

Tendría tantas cosas para decirles, me gustaría comentar con cada uno sus problemas, sus angustias, sus alegrías, sus tristezas pero piensen que Yo conozco todas esas cosas que les pasa, nada hay que pase por vuestra mente y al decir mente digo también corazón que Yo no lo sepa y ustedes dirán: ¿cómo es esto?, siempre se quiere saber aquello que le ocurre a los que uno ama, y ¿para qué?, para acompañarlos en cada una de las situaciones que ustedes viven.

Por eso, nunca se sientan solos ni se sientan que…, que Yo no estoy, siempre los acompaño, participo de cada una de las cosas que ustedes hacen y largamente observo, no solo vuestra vida presente sino también la que tendrán en el futuro y tantas veces estoy tentado de salirles al paso para evitar que tropiecen con algo, pero soy muy respetuoso de ustedes y respeto hasta las últimas consecuencias, aquello con que fueron creados que es ser plenamente libres.

Vivan siempre pensando en que están bajo Mi mirada, que es decir bajo Mi protección constante y esto tiene que traerles a ustedes la seguridad, la confianza y por supuesto la esperanza de que siempre tendrán Mi mano tendida para todo lo que sea necesario, pero esto Mis queridos no es por un día o dos, sino para siempre, ¿saben qué quiere decir para siempre? ¿no?, toda una eternidad. Algunos pensarán: el Señor promete pero ¿quién sabe si cumple?, Mis queridos si no cumpliera tendrían toda una eternidad para reprochármelo y a Mi no me gusta que nadie me reproche nada porque es propio de los que aman hacer las cosas bien para que nadie esté desconforme.

Tal vez les parezca que Mis palabras son un poco llanas o simples, Mis queridos, nunca las cambiaré, porque cuando Yo hablo quiero que me entiendan, de nada vale hablar mucho si uno deja el corazón reseco, además quien no puede decir las cosas con palabras simples, entendibles, mejor que no las diga.

Quiero repetirles que les amo profundamente.

Dice Nuestra Madre:

Ya había mirado antes todas las cosas esas que trajeron, esas ilustraciones, todos esos dibujos y estoy realmente conmovida de cuánta gracia hay en todo, porque nace de la gracia, entonces hay como un, como una continuación del Cielo en cada una de las ilustraciones.

Piensen ustedes, si la mayoría de los hombres hicieran las cosas así, sería un mundo tan hermoso ¿no? que parecería que ese momento está fuera de cálculo ¿no? pero, por supuesto que posible y además Mis queridos, como antes les dijo Artemio, que no tienen que esperar tiempos futuros para vivir ya en plenitud con Mi Hijo, conmigo y con todos los del mundo de la Bienaventuranza Eterna, ya pueden hacerlo, ya lo están haciendo, ya forma parte de ustedes, o qué creen por ejemplo, esta imagen que está puesta detrás de Mí ¿no es una forma de participar ya de la Bienaventuranza?, ustedes creen por ventura que esos rayos que salen del Corazón de Mi Hijo y que atraviesan totalmente este país, ustedes creen repito, que es solamente un dibujo, no, es una realidad, Mi Hijo siempre entiende los deseos de cada uno y ya de esa manera los va concretando.

Qué es rezar si no desear algo determinado, qué es plasmar en un dibujo si no desear algo determinado, algo que debe ocurrir, pues bien, pequeña o grande, de acuerdo a las posibilidades de cada uno sueñen mundos felices y Mi Hijo se va apropiar de vuestros sueños, ¿les gusta?, Él se va a apropiar de vuestros sueños para plasmarlos en la realidad.

Entonces, por qué no decir: bienaventurados aquellos que a través de su corazón, de su mente y de sus manos se adelantan a los tiempos; bienaventurados porque el Señor, Mi Hijo, será tan generoso con esos sueños, pero tan generoso que ni si piensan lo más grande podrían medir lo que Mi Hijo hará, hace.

Yo les pregunto: ¿no están viviendo ya en ese mundo? ¿mmm?, vuelvo a repetirles siempre: que pena que haya tantos que se lo pierden, que va hacer.

Hay algunos que se ponen en la primer fila, otros ni en la última y otros miran desde afuera, pero Mi Hijo espera, Él es el Señor de la paciencia, por eso espera, espera, pero vuelvo a repetirles: bienaventurados aquellos que ya en la tarea de todos los días están en la primer fila, imagínense lo que será en el Reino de los Cielos y por toda una eternidad.

Amén.