Mensaje del 25 de Septiembre de 2003

Habla Artemio:

Hoy es 25 de Septiembre, ayer Nuestra Señora de las Mercedes, hoy Nuestra Señora del Rosario, formas de alabar a tu Madre Señor.

Dice Jesús:

Celebro estar con ustedes, es para Mi siempre un momento sublime el acercarme a aquellos que con buena voluntad están disponibles para recibirme.

Es cierto lo que dijiste antes sobre las alabanzas, la mejor manera de rezar es alabándome y en cuanto a que si uno lo hace en lengua, es cierto, me gusta que lo hagan así pero lo fundamental es la alabanza, ustedes piensen que lo que dijiste vos antes, siempre nos gusta sentir hablar el idioma que nosotros aprendimos en el seno materno, serán pequeñas cosas pero, a que hijo no le gusta recordar las cosas de su niñez, los olores de su niñez, los momentos y por supuesto el idioma, pero ni demasiado ni muy poco, todas las cosas con su debida proporción y prudencia.

La Luz sirve para que veamos, pero el exceso de Luz puede enceguecernos, traten de dar a Mis palabras el verdadero sentido que tienen en cuanto a la necesidad de las debidas proporciones. Decían en algún tiempo, no hace tanto que de esta manera se tiene criterio cuando se habla, por supuesto que hay montones de formas distintas para tener criterio pero insinúa algo nada más.

Recordemos lo que vos decís siempre: “los pájaros tienen sus nidos para pasar la noche, las bestias salvajes sus madrigueras y el Hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza”. Es cierto, esto se dijo hace dos mil años pero tiene vigencia todos los días, no todo el que dice: Señor, Señor me ama, o al menos no me ama como corresponde, y ¿cómo corresponde?, bueno recién han cantado: Señor me has mirado a los ojos, has dicho mi nombre, eso lo hice en la cero hora de vuestra vida, es obvio entonces decir que Yo soy vuestro Creador y en consecuencia Padre de ustedes y también en consecuencia herederos de Mi Gloria.

Entonces, hablo simplemente de lo que tiene que haber entre un padre y un hijo ¿no?, al menos dejarse amar, si puede ser recíproco mejor aún pero no entorpecer con nada, el amor que Yo quiero tenerles, necesito tenerles, es una necesidad tenerles, tanto que pasé horas en una cruz por este motivo.

Digo todo esto para que vean que lo que hago lo hago con ciertos derechos, no crean que es una forma presuntuosa de expresarme, qué padre no quiere estar en su hijo ¿eh?, que padre no quiere que lo ame, o al menos no entorpecer el amor que el padre quiere tenerle a un hijo.

Todo gira ¿vieron?, alrededor de esto ¿no?, ¿por qué digo?, porque hay que volver a insistir en estas cosas, cada día, en cada momento, ¿y de qué forma?, pensar que Yo estoy siempre mirándoles y estoy siempre dentro de ustedes si es que me dejan, entonces es necesario aclarar todas estas cosas, darles la verdadera dimensión que tiene, hasta dónde esto que digo es abarcativo. Esto en su grado máximo se dará en la Visión Beatífica, pero mientras tanto puede darse en la vida mística, donde hay una contemplación de todas las bellezas del Creador y de sus creaturas, ¿y esto es muy difícil?, noo, ocurre que muchas veces viven estos estados pero no los tienen en cuenta, ustedes creen que es simplemente una oración o un divagar en las cosas del Padre, no, es una contemplación mística, que es como decir vida recóndita.

Cuando comencé todo, dije: primero el qué es lo que ocurre, cómo solucionarlo y por último el para qué y dentro de las cosas del para qué está la vida mística, que lo podemos definir si es que así lo quieren como un estado pleno de unión, de la creatura con su Creador y del Creador con la creatura. No le den nombres extraños a esto, ni piensen en cosas demasiado complejas, Mi Papá cuando se define dice: “Yo soy el que soy, o vino a hablarte el que es”, y el ser no tiene mezcla de no ser, por eso es eminentemente simple.

Entonces con una humildad profunda y un sentido justo de las proporciones es posible llegar a ese estado, que como dije el Creador y la creatura se funden en una hermosa unión, que de alguna forma es un anticipo de la Visión Beatífica que tendrán cuando estén todos o cada uno en la casa del Padre.

¿Será hermoso eso?, ningún hombre pudo jamás pesar cuán hermoso es eso y es tan hermoso que no tiene uno momentos fugaces de esa presencia sino toda una eternidad, con esa presencia y en esa presencia, o acaso no se lamenta el hombre que la felicidad es cortita, pasajera, que ni bien uno tomó conciencia ya se esfumó. Bueno, la Visión Beatífica dura eternamente, sin ninguna sospecha de que mañana puede terminar, bueno en la Visión Beatífica no existe el tiempo, entonces está mal decir: que mañana puede terminar, el alma está sumida para siempre dentro de tanta felicidad, belleza, bondad, etc., que los años o Siglos pueden ser segundos y los segundos pueden ser Siglos o milenios para decirlo en como miden ustedes las cosas.

Por eso, en cuanto a que el Hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza es una invitación para todo esto tan maravilloso que les espera para cada uno de ustedes y como ustedes saben muy bien Yo nunca les fallo, porque Mi fidelidad es eterna. La palabra eterna a veces parece demasiado grande o tal vez parecería que no dijera tanto, pero cuando uno está en ese momento de asumir esto, entonces ahí empieza a tomar conciencia de lo que es el amor para siempre, la felicidad para siempre, la alegría para siempre, todo lo bueno para siempre.

No quiero estropearles esta idea pero acuérdense de hacer mucho por todos aquellos que están en la oscuridad y todavía no pudieron tener la Visión beatífica, Yo diría que es un deber de ustedes, especialmente con los familiares pero con todos. Esto no quiere decir que el día de mañana vuestra felicidad se vea empañada por ver a alguien que amaron y aman en la oscuridad pero, cuando se tiene un tesoro en las manos el que es generoso quiere que todos lo tengan, en esto no hay posibilidad de errores, no.

Todo esto para mayor Gloria de Dios, todo esto dicho en este lugar, en el corazón de la pampa gringa, en Justiniano Posee, Córdoba, Argentina, Sudamérica y dicho por supuesto, en el mayor Santuario que tiene América, aunque en este momento son tan pocos los que hay aquí, pero eso es lo que Yo quiero, más que cantidad intensidad, pero también muy pronto llegarán los días en que verán multitudes como hoy veían por la pantalla, pero Yo les puedo asegurar que las multitudes que habrá aquí serán el mil por uno de los que hoy han visto y ¿saben?, que ya falta muy poco. Ustedes dirán: el Señor con qué tiempos habla si dice muy poco, hablo con el tiempo de ustedes, muy poco.

Amén.