Mensaje del 19 de Septiembre de 2003

Habla Artemio:

Hoy es 19 de Septiembre de 2003.

Ya está Jesús con nosotros y todos los Santos.

Dice Jesús:

Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra; bienaventurados todos aquellos, cuya vida y cuyas horas se alejan de todo tipo de violencia.

Quiero decirles en este día que es necesario tener en cuenta todas estas Revelaciones hechas por Mí, Mi Madre y los Santos a través del tiempo, todo ello, con todo ello podría hacerse una especie de resumen de los puntos principales que Yo he tocado a lo largo de todos estos años. Yo creo que he conversado con ustedes de casi todos los problemas que tiene el hombre y que necesita resolverlos, con esto estoy queriendo decir que miren con claridad todo lo que pasa a vuestro alrededor.

No estoy diciendo nada nuevo y además entre líneas o directamente, ustedes pudieron haberse enterado de muchas cosas pero, Yo les propongo esto, si Yo soy un Dios que está vivo en medio de ustedes, en consecuencia tengo que ser eficaz en vuestras vidas, solamente un Dios vivo es eficaz en la vida de los hombres, porque los invita a que entren en Mi proyecto, porque estas palabras que a veces muchos usan pero tengan cuidado porque muchos no la usan convenientemente, hablan de proyecto pero después, como dije tantísimas veces: me tienen cristalizado y fuera del tiempo, no, Yo quiero ser eficaz en vuestras vidas.

Entonces, miren a vuestro alrededor, ustedes creen que la redención les llegó a todos aquellos que le rodean, por supuesto que Yo creo que no, pero ¿por qué?, Yo establecí una serie de cosas que había que hacer, Yo les di directivas muy precisas pero, la mayor parte de la humanidad sigue sufriendo dolores de parto.

¿Qué creen ustedes que Yo vine a hacer a la pampa gringa, en cuanto a las Revelaciones?, porque estoy, estoy siempre, vine justamente para ir puntualizando todo aquello que es necesario que los hombres descubran o redescubran de cómo viven los hermanos y si su vida está de acuerdo con los principios básicos que Yo les he dejado.

Yo vine por los que menos tienen, menos pueden, menos son, estoy apelando siempre a que los hombres me acompañen y me presten todo su ser, sus manos, su mente, su corazón para llegar a todos. Que nadie se de por satisfecho al terminar su día, si en ese día no hizo algo por los hermanos, por los demás, aunque sea una simple idea, una intención pero algo; ustedes dirán: pero el Señor no es suficientemente claro en qué cosas debemos corregir, si Yo les digo qué cosas, así en forma directa les estoy quitando creatividad a ustedes y podría, teniendo en cuenta que es la palabra del Señor sería como una imposición.

Yo les digo, si el mandamiento nuevo es: “amar a los demás como Yo los he amado”, revisen eso, ¿ustedes aman a los demás realmente así?, me refiero a todos, me refiero al hombre común y me refiero también aquellos que tienen responsabilidades sobre sus hermanos y responsabilidades muy grandes.

Entonces, ¿qué es lo que pasa en este mundo que no se adapta a eso?, es decir en muchas cosas es posible que se siga obrando a lo largo de los tiempos exactamente igual cuando sabemos que la consideración de algo debe ir evolucionando como evoluciona todo, dentro de un patrón común de verdades pero en cada tiempo tiene que haber una respuesta. Si dos Siglos atrás querían cruzar una Cordillera seguramente lo hacían a lomo de mula o de a caballo, hoy eso no lo harían sino que usarían los medios necesarios al alcance de ustedes como los aviones y harían el trayecto en mucho menos tiempo y adaptado a las circunstancias de que existen esos medios de transportes, así es en todas las cosas.

Todos aquellos que le rodean ¿son felices?, no, ¿y qué hacen ustedes para que lo sean?, no se puede mirar los problemas desde una torre de cristal sino hay que bajarse, estar entre los hombres, respirar sus dudas, sus problemas, sus preocupaciones y dar una respuesta a todo eso. ¿Ustedes creen que los seres humanos están viviendo realmente como Yo les dije que vivieran?, interpretan la Sagrada Escritura como les conviene, a mayor amor, mayor comprensión de todos los problemas, a menos amor, la comprensión de los demás es prácticamente nula. Quién tiene derechos a juzgar a los demás, ¿quién?, y sin embargo hay personas que se toman a pecho Mi palabra y con ella producen grandes desórdenes en los hombres, porque no hay una apertura propiciada por el Espíritu Santo para contemplar los problemas de este momento y de lo que podría venir.

No, no voy a entrar en detalles hoy, solamente les propongo que piensen, si cada uno de los que están cerca de ustedes o no tan cerca, cada una de las cosas que ven por los medios masivos de comunicación, piensen ¿les ha llegado el Mensaje cristiano?, Yo no lo creo pero habrá que ver quienes están haciendo de tapones en los caminos para llegar hasta Mí. Parecería que hay seres empecinados totalmente en perturbar a los demás en su búsqueda del Señor, ¿por qué?, y si no pueden perturbarlos al menos dejan filtrar palabras que hace que los demás originen cargos de conciencia, porque los hombres pueden parecer tantas cosas pero de ahí a que lo sean hay mucha distancia y no podemos delante de alguien empezar pensando mal de ellos. Es decir, Yo veo que muchos se toman las cosas Mías con muchísimas más exigencias que las que Yo tengo, ¿por qué esa injusticia?, ¿en nombre de quién actúan?, como se ve que falta en muchos la presencia del Espíritu Santo para decir siempre lo que corresponde.

Como tantas veces volví a plantear este problema y lo haré tantas veces más como sea necesario, ustedes dirán: ¿pero por qué el Señor no es más claro?, quieren que lo sea, pues bien, les digo algo entre tantísimas cosas que podría decirles, dentro de ese mandamiento nuevo que Yo les di ¿entran todos los que viven segregaciones dentro de la sociedad? no ¿verdad?, y ¿quienes son los segregados?, ¿quienes son los que tienen una consideración menor de todo?, búsquenlo ustedes porque lo van a encontrar, ahora bien si no los encuentran…, Mis queridos si no los encuentran piensen que están muy resecos de amor y me están haciendo a Mí un flaco favor.

Yo hablé de segregaciones, de considerar inferiores a los demás pero en muchísimos órdenes, bueno ¿con qué derechos?, con qué derechos. Cierran muchos todas las puertas, todas las ventanas por temor a que los demás puedan invadir su verdad acartonada, no teman, si están en lo cierto que los invadan, porque tendrán una argumentación propicia para cada cosa, ahora quien cierra las puertas, incluso niega el perdón a sus hermanos es porque no tiene las cosas claras ni remotamente claras.

Asi que, vayan pensando en todas estas cosas; dije al comenzar: bienaventurados los mansos porque ellos dominarán la tierra, pero hay muchos que dejan de ser mansos ante las terribles injusticias que les hacen padecer sus hermanos.

Por hoy no digo más, ustedes saben muy bien hasta donde llegan Mis palabras, el que no quiere oír es porque tiene sus oídos tapados, pero los demás me entienden y si sobre todo aquellos que son humildes y dejan que el Espíritu Santo hable en ellos a cada instante.

Amén.