Mensaje del 08 de Septiembre de 2003

Habla Artemio:

Hoy es 08 de Septiembre, Natividad de María.

Y Madre, nuestra Novena no es tan ostentosa como la que hacen los demás, la nuestra es muy sencilla, pero tenemos un propósito: ser las palmeras del oasis que estaban cerca de Jesús, vos y José, queremos que nos vean de lejos como una promesa de algo distinto, mejor y definitivo, por eso no es ostentosa ni es con grandes predicadores, aquí todo es pequeño Madre, tan pequeño, tan pequeño Madre.

Y ahora ya no hablo, hablá vos…

Dice Nuestra Madre:

“He aquí la esclava del Señor, hágase en Mi según tu palabra”.

Es cierto lo que dicen, que cada vez, cada día que pasa es mejor al anterior, al que pasó, sí, es cierto, aunque a ustedes no les parezca pero, deben tener conciencia clara de que cada día que pasa hay más superabundancia de gracia, por eso, cada día que pasa los signos de esa gracia son más evidentes para todos. Llegará el momento Mis queridos, en que los signos invadirán todo, absolutamente todo y eso que decías de ver con los ojos de la mente, los hombres verán, porque en el fondo los hombres esperan el amor del Señor, pero a lo mejor son tímidos, son un poco descreídos, despistados y entonces no creen tal vez que el Señor, Mi Hijo, los ama tanto, cómo me va a amar si tengo tantos defectos y soy nada más que lo que soy, bueno pero…, ser lo que uno es nada más es lo que Mi Hijo quiere para invadirlos totalmente.

Dije Yo recién: cada día que pasa la gracia sobreabunda más, cada día que pasa, salen de este lugar rayos con el fuego de Mi amor hacia los cuatro puntos cardinales para incinerar los corazones duros de los hombres. Si ustedes leen las noticias que aparecen de los medios masivos de comunicación o escuchan, se van a enterar, si miran con un poquito de atención, que a nivel mundial todos los días se puede observar algo más, es decir algo para los hombres, para el Señor es un montón, y ¿por qué?, bueno porque tanto Mi Hijo como Yo cuando prometemos algo siempre cumplimos ¿mmm?, ¿acaso no prometimos: “que todo será hecho nuevo”?, y bueno, las cosas más insólitas verán delante de vuestros ojos como muchas ya han visto ¿mmm?.

Y aunque les parezca extraño el limonero puede dar manzana y el manzano podrá dar duraznos, ¿por qué, hay que alterar las cosas de la naturaleza?, no, lo normal es que cada uno siga haciendo lo que hace muy bien, pero que cada uno sepa que para Mi Hijo puede existir un limonero con manzanas, sí, ese es el verdadero cristiano, el que piensa cualquier cosa por demás de insólita pero sabe que si Mi Hijo quiere va a ser.

Ustedes dirán: esto no es ninguna novedad, no, claro que no, la novedad se va a ver cuando los corazones más duros se ablanden como una gelatina, eso sí será novedad.

El Mensaje no es novedad, lo que va a transformar el Mensaje sí es novedad, entonces todos aquellos de buena voluntad caerán de rodillas y dirán: ¡gracias Señor porque veo!, y otros…, que creen que siempre han visto se apartarán disgustados, porque ellos creían que la Misericordia de Mi Hijo era para ellos nomás, pero de repente se dan cuenta que en eso también Mi Hijo cumple.

Aquellos que dicen ver ahora se pasarán a la vereda del frente, porque su egoísmo y su cerrazón no les permitirá aceptar, aceptar ¿qué?, y que el limonero de manzanas y que los cardos, con toda su forma rústica, tengan más bellezas que las orquídeas. Porque vendrá un momento, como pasa en todo ser humano cuando descubre el amor, en que cuando vean ciertas cosas tengan tal desconcierto, que tendrán dos opciones nada más, un acto de adoración o la locura de apartarse del Señor, sí…, es así, y verán también que aquellos que menos prometían, así como los cardos no prometen mucha belleza, tendrán la belleza de una orquídea.

Mi Hijo siempre está dispuesto a hacer las cosas más extrañas si en ello involucra a todos aquellos por los cuales Él vino, así como en tiempos remotísimos el bárbaro y el cristiano, el fiel, todos caían ante la fuerza imbatible del Evangelio, ahora pasará igual, quedarán tan heridos de amor, que no tendrán otra alternativa que decir: “Señor mío y Dios mío, Señor mío y Dios mío, cuanto tiempo posó sin conocerte, cuanto tiempo pasó sin habitar en tu casa”. Entonces, verán que aquellos que parecerían habitar la casa de Mi Hijo ya no la habitarán, ¿por qué?, porque no querrán compartir su casa con aquellos que creen que podrían contaminarla de cosas malas.

Que desazón, que desesperanza, que situación límite espantosa saber que solamente aceptando al otro como hermano se puede estar en la casa de Mi Hijo, por eso algunos se apartarán.

Parecería que me he puesto un poco profética hoy, y sí, siempre lo soy, tal vez pueda decirse que el panorama descripto es una utopía pero, en manos del Señor, que pondrá todas las circunstancias y las situaciones necesarias para que todos los días esta utopía se vuelva una realidad, porque más allá de lo que el hombre puede pensar, está lo que quiere la Trinidad.

La Sagrada Biblia dice: “que hay un tiempo para todo”, y Yo les aseguro: que a las puertas de vuestras viviendas ya está…

Se corta la grabación……………