Mensaje del 31 de Julio de 2003

Habla Artemio:

Hoy es 31 de Julio, el último día del mes de Julio de 2003, hoy es San Ignacio de Loyola, un…, de la compañía de Jesús, nos encomendamos especialmente a San Ignacio para que interceda delante del Padre por toda nuestra obra, por todo lo que sucede aquí.

Dice Jesús:

“Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en un principio ahora y siempre por los Siglos de los Siglos, Amén”.

Me siento muy bien porque todos se han consagrado a Nuestra Señora del Carmen, a Mi Mamá con ese nombre, hoy lo hicieron, lo hicieron otras veces ya, pero hagan todas las veces que crean que sientan que es necesario.

En tantos lugares están leyendo las palabras que dije aquí el día domingo, pero hasta este momento no le han dado ninguna importancia, por eso me siento un poco dolido, pero Yo siempre sé a que atenerme según las cosas que pasan. Tengan confianza, tengan esperanza y no se achiquen nunca, la verdad a veces, casi siempre cuesta, llegar a los seres humanos pero a veces pesan tantos las verdades, pero tanto pesan que uno no tiene más remedio que reconocerlo cuando se siente aplastado por las mismas.

Claro, una cosa es sentirse aplastado porque algo pesa demasiado, es decir tiene mucha importancia y otra cosa es abrir el corazón, es tan distinta una cosa de la otra. Ustedes sigan todo igual como siempre, como si nada hubiera pasado.

Les recomiendo el renovar diariamente la donación a la Trinidad, a Mi Mamá, es decir tienen que moverse siempre con la seguridad de que la protección Mía y de Mi Mamá es total y completa, entonces de esa forma se vive bien, se vive de otra manera con el convencimiento pleno de que el hombre está dentro de Mi proyecto.

Es decir, como ya hace tantos años que vengo repitiendo: entren, entréguense confiados y tranquilos, que Yo a medida que pasan los días haré de ustedes Santos, más allá de lo que puedan pensar otros y oren como si fuera que el día de mañana se hiciera de nuevo el mundo y las cosas, es decir con esa confianza de que la Providencia tiene para todos los días algo nuevo, diferente, mejor, el ayer no cuenta, el hoy está terminando, el mañana es importante, el hoy también y el ayer por supuesto pero, ya están a punto de no ser.

Entonces no importa el mañana, hay que tener la valentía de empezar cada día como si todo se hiciera de nuevo, como si nuevamente Mi Papá empezara a crear todo de nuevo, la palabra sería re crear y ¿por qué?, por una razón tan simple, porque un día Mi Papá hizo todo y lo hizo bien, pero el hombre usó su libertad de una forma indebida y trastornó todo. Entonces tengan la seguridad de que cada día la Trinidad vuelve a apostar por el hombre, por las cosas, por la vida de los pueblos, vuelve a apostar por la justicia, la paz y la felicidad de cada uno, quien no entiende esto no comprendió muchas cosas.

Eso de que diariamente todo vuelve a hacerse de nuevo, tal vez pasarán muchos años antes que todo esté como en un comienzo pero la inquietud, la preocupación y ocupación de la Divina Providencia es lograrlo lo antes posible, sino a nivel masivo por lo menos a nivel individual de todos aquellos que aceptan esto como algo natural, lógico, propicio y contundente.

Nunca me voy a cansar de decirles que mañana cuando amanezca y el sol empiece a alumbrar aunque esté nublado, el Padre, Mi Papá, vuelve a decir a todo: “hágase de nuevo” ¿mmm?. Entonces eso significa que todo puede cambiar, mejorar, lo malo puede hacerse más pequeño, lo bueno agrandarse, cuántas cosas pueden pasar en un día, cuántas, traten de estar tomados de la mano Mía y de la de Mi Mamá, entonces el día será una bella historia.

Esto no lo olviden nunca ¿eh?.

Amén.