Mensaje del 15 de Julio de 2003

Habla Artemio:

Así que vamos a ver que quiere este muchacho…, bueno, muy bien.

Dice Jesús:

Yo no lo tomo a mal porque lo entiendo, porque Yo soy igual, cuando sostengo algo de lo que estoy convencido y creo que el Hijo de Dios está convencido ¿no?, lo sostengo tan fuerte, que a veces puede parecer un poco de impertinencia, pero Yo supe siempre que lo blanco es blanco y lo negro es negro, ahora que entre el blanco y el negro puede haber muchos matices de grises, pero esos matices de grises los encuentran aquellos que tienen un corazón muy grande y están siempre dispuestos a comprender.

Por si no se hubiera entendido, lo blanco es blanco y lo negro es negro, pero en la vida no es así todo ¿eh?, hay tantos matices y repito, encuentra los matices aquél quien tiene un corazón muy grande, porque para encontrar matices hay que amar mucho sino no se encuentra nada.

¿Y qué tiene que ver esto de los matices?, y tiene que ver con lo que dijiste antes, lo blanco sería lo bueno y lo negro sería lo malo, pero no sé cuantos habitarán en cada lugar, mientras tanto habrá que pensar en todos los otros matices, que solamente pueden ser descubiertos por un corazón grande y un amor más allá de todo lo que los seres humanos calculan ¿no?.

Y también recojo algunas cosas de las que dijiste antes, porque los que están presente deben enterarse de que lo que vos decís no lo decís vos, lo digo Yo a través tuyo, entonces por eso retomo algún tema en cuanto a eso de que siempre caminamos sobre el filo de una navaja entre ser un hombre o un ratón, con todo el respeto que me merecen los ratones pero que son bichos jodidos también es cierto y sucios y portadores de enfermedades, pero es una creatura del Señor también ¿eh?, lo fundamental es que bueno, que el ratón viva en su lugar y uno en el suyo, la cuestión es no convivir con los ratones, dichosos si todos pudieran decir esto.

El hombre siempre camina sobre el filo de una navaja, pero a veces puede tener conductas de ratón, pero si no tiene el alcance de darse cuenta, como vos dijiste: del Santo Ismael Quiles, si dije Santo para que lo tengan en cuenta porque todavía no está introducido su causa de beatificación y (seguramente, esto lo digo entre paréntesis, seguramente no se introdujo la causa de beatificación todavía porque como se dedicaba a las filosofías orientales era sospechoso de algo seguramente). Continuo, usando eso del darse cuenta, cuántos son los que en el mundo pueden darse cuenta, hay que empezar a hilar muy fino y si hilamos muy fino habrá también quien les perdone, habrá que hilar muy fino.

Siempre pensé eso, que en los perdones hay que hilar muy fino, ¿hilar muy fino qué quiere decir?, quiere decir simple y sencillamente que es algo tan sagrado el ser humano, hecho a imagen y semejanza del Señor que solamente con un amor muy grande, Yo diría hasta sobrenatural, se puede entender bastante o por lo menos algo de los seres humanos y entonces si el planteo es este por qué juzgar, por qué decir, por qué entrar en seguidilla de opinar el resto, aunque la opinión no es una cosa tan grave porque en el fondo ¿que es la opinión?, decir: parece que sí, parece que no, entonces tiene sus atenuantes la opinión, entre que un juicio critico no, no tiene atenuantes, la opinión sí. Significaría de acuerdo a las luces que tengo, digo: esto, opino esto, parece que sí, parece que no, pero no digo exactamente que es lo que más pesa porque no lo sé, así de simple.

Mis queridos, ¿se han dado cuenta que las cosas más grandiosas y más pequeñas y más sublimes y más simples se pueden decir en tan pocas palabras? ¿mmm?, como ayer o antes de ayer, no sé, cuando Yo dije que me gustaba mucho aquello de que todo lo que me sirve para vivir lo aprendí en el jardín de infantes, hay un libro sobre eso y es cierto, si uno tiene un prescolar o jardín de infantes adecuado tiene los principios básicos para edificar su vida. ¿Esto quiere decir que yendo al jardín ya basta?, y…, mira, mirando la Escuela en todos sus niveles, que en la práctica no sirve para nada, me quedaría Yo con el jardín de infantes, pero un buen jardín de infantes.

Entonces, el hombre ante de esgrimir sus títulos que recibió en las distintas Facultades más famosas del mundo, tendría que decir: esto que uso para vivir lo aprendí en el jardín, cuando era un bebé todavía y con esto me manejo, porque no me sirve de nada el doctorado o…, para vivir, pero sí me sirve cuando aprendí qué era lo alto, lo ancho, largo, espesor, arriba, abajo y todas las nociones que se aprenden en el jardín. Ustedes dirán: el Señor no quiere dejar títere con cabeza, y bueno, Yo digo lo siguiente: si hay necesidad de sacar la cabeza a los títeres, pues bien saquemos todas las cabezas que sean necesarias, porque solamente los estructurados tienen remordimientos cuando hacen algo que ya fue aceptado por todos para siempre, desde siempre y para siempre.

Interpreten bien las cosas que digo, no sea cosa que me hagan decir algo que Yo ni tuve la intención de decir y nunca saquen las palabras fueras de contexto, porque es allí donde el Señor se aprovecha para hacerles decir a los demás lo que a él se le antoja. No se debe sacar nada fuera del contexto, ¿y las cosas que el hombre dice? ni el hombre que las dice.

Piensen que hace dos mil años que andan Mis Mensajes por ahí y tengo un sueño, un sueño tan grande, que algún día Mis Mensajes cuajen en muchas mentes, porque hasta ahora cuajó en muy pocas… (se dio vuelta la cinta) … porque Yo cuando bebé, me alimenté tanto de leche cuajada y de miel silvestre y mal no les vendría a ustedes porque en una cosa y en la otra están las bases para una vida sana.

Y ya que hablamos de esto, si hablamos de leche, pensemos en leche sin aditamentos y si hablamos de miel, pensemos sin agregados de glucosa y otras cosas extrañas para alargar y poder negociar mejor; ustedes dirán: pero como, Jesús que dijo cosas como la Parábola del Buen Samaritano se entretiene con esto, pero acaso ¿no son las mismas cosas?, ¿no son las mismas cosas?. Si en la Parábola del Buen Samaritano, el joven pregunta o los que estaban allí: “¿quién es mi prójimo?”, bueno todo lo que habló Artemio antes que le dicté y ahora está refiriéndose a eso, al prójimo, ¿quién es mi prójimo?, mi prójimo es la viejita de la escalera en nuestra señora de París, el prójimo es el violador que está perdido en una celda pudriéndose en la cárcel, el prójimo es todo ser humano esté donde esté, haga lo que haga, piense como piense, diga lo que diga y viva como viva.

Así de simple todo, si quieren ustedes complicarlo complíquenlo, pero ¿para qué?, si todos están bien así.

Los quiero mucho, los amo profundamente y a veces si por quererlos demasiado cuando dicen alguna palabra un poquito subida de tono ¿mmm? pasaría como dice Artemio: ningún dulce se hecha a perder por exceso de azúcar.

Amén.